La confianza Hechos y Palabras martes, 9 de diciembre de 2014 1 Un Comentario


La confianza es ponerme enteramente en las manos de “la otra persona”. Yo empiezo a confiar en ti según las cualidades que me haces visible al presentarte delante de mi.

LLa confianza da origen a la amistad. La amistad es la unificación de los distintos  modos de ser de la  persona, expresadas en la diversidad. O sea que, la amistad no es un proyecto cualquiera, ni las cualidades y perfecciones de lo humano descritas en una sola persona. La perfección de la amistad se desgrana en las diferentes personas asociadas a tus relaciones inmediatas: los amigos del trabajo o de estudio, las amistades de tu comunidad eclesial, los hijos, los hermanos, el padre, la madre, la novia o el novia, los esposos; en fin, todas las relaciones contribuyen a la construcción de la amistad. La amistad empieza por reconocer en las personas, en esa diversidad, aquello de lo que son capaces, según las condiciones intelectivas y afectivas para realizar cualquier meta, ellas, que expelen confianza como el aroma de las flores silvestres. La amistad se huele.


Para comprender esto, a veces hay que tomar distancia de las personas en quien se confía, aunque sea el ser amado, para darle tiempo a que se manifiesten las virtudes que en él o en ella prevalecen. Este ejercicio no siempre es fácil. A veces es doloroso. Pero sólo así la persona en quien se confía usará la creatividad para hacer valer aquello que se le ha sido dado en gracia. Tanto quien da como quien recibe la confianza, danzan mano a mano. Cada uno se ha puesto en las manos del otro.


Si la amistad se huele, es porque la confianza es la música que evoca la danza de la amistad.Todo desde la confianza, nada sin ella.


Tal realidad genera hacia fuera y hacia dentro de sí mismo la Fe-Amor, para creer en quien se ama. Con lo cual, nos movemos a tomar decisiones definitivas. En consecuencia a ser más felices.

El contrario de la confianza es el miedo. Del miedo se deriva la des-confianza. El miedo es inmovilidad, es resistencia al cambio. Por ejemplo, cuando asumimos a Dios sólo desde la tradición, las normas-cumplimiento, y la ritualidad, entonces la divinidad pierde su encanto novedoso. Lo propio de Dios es lo que no cambia, pero que a su vez provoca el permanente cambio, porque “en el cambio está la evolución” (Chambao) y lo novedoso que muestra el encanto de la belleza. Venimos de quién no es movido por nada pero que  a su vez lo mueve todo, y en ambos puntos tanto el de partida como de llegada esta la belleza. Lo humano está determinado por su ser evolutivo, que  es  el encaminarse de manera permanente hacia su perfección, como el río orientado a fundirse en el inmenso mar, así la persona avanza a fundirse en el misterioso ser divino, que los místicos llaman mirarse cara a cara con él.


No olvides que el miedo, más que el egoísmo, es lo contrario del amor. El miedo es trampa que no deja que el ser de lo humano se manifieste tal cual. El miedo se opone a la autenticidad. El miedo ciega porque no permite visibilizar lo bello y niega la apertura a los otros y a Dios. Como opuesto al amor, el miedo es desconfianza pura.


Por: Gvillermo Delgado.
Fotos: jgda

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1 comentario :

  1. Eso precisamente experimenté la semana pasada con dos de mis amigos. Con la primera, que ahora es madre de cuatro hijos, aunque al principio creyó que la sermonearía por eso, se dió cuenta de que no fue así y que me agradó verla de nuevo. Con el segundo, le comenté que nunca me había sentido segura a su lado como el día viernes que tuvimos que ir a la Antigua el por negocios y yo por razones de estudios, pero al ir en el bus me di cuenta de que era una persona en la que puedo confiar. Y descubrí que Dios se puede manifestar por medio de ellos o de mi, pues Él siempre nos está brindando su amor, solo tenemos que aprender a confiar.

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