El Cuerpo es un Símbolo
Por: Gvillermo Ðelgado OP
Foto: jgda
El cuerpo es el símbolo
de la persona humana. El valor del símbolo está en lo que representa
hacia afuera y lo que es realmente hacia adentro.
Hacia fuera el cuerpo
es lo que está a los ojos. Permite que con facilidad deduzcamos a quien vemos. Casi
nunca nos equivocamos en la opinión que damos en lo que vemos. Biológicamente hay características definidas que describen
al hombre o a la mujer, al niño o al anciano, al débil o al fuerte. Además,
por el cuerpo, también, nos aproximamos al estado interior en que la persona se
encuentra. El cuerpo habla mucho de la persona, sin que ella diga una sola
palabra. Basta con verla, a veces, sólo con sentir su presencia es suficiente para
saber delante de quien estamos.
Hacia adentro el cuerpo
es lo que no está a los ojos, pero nos permite intuir que es lo que hay. Lo que
está dentro se hace visible en la exterioridad. La alegría, la tristeza, y el
dolor son estados interiores que al manifestarse hacia fuera en el cuerpo lo
dicen todo. Sin esconder nada. El cuerpo no sabe de secretos. Nada pasa por
dentro que no lo sepamos por fuera.
El cuerpo se cuida desde dentro. Lo que decides o haces, todo viene de dentro. La salud es integral
y duradera cuando se provee desde dentro. Cuando por fuera quieres alentar lo
que va por dentro, a veces llegas demasiado tarde. Y nada se puede hacer. Lo mejor
es cuidar el cuerpo desde dentro. Para eso es conveniente pensar acerca de aquello llevarás hacia a dentro a través de lo que comes, de lo que oyes, de lo que miras,
de lo que tocas de lo que hueles…
La vida interior debe ser cuidada con buena alimentación, buenos ambientes físicos libres de
contaminación. La vida interior se cuida con espacios prolongados de silencios
y soledad; con la preferencia de buenas relaciones humanas. Es aconsejable, alejarse
estratégicamente de las personas ruidosas y enajenadas. También, es necesario
meditar, leer, ir a la montaña, recibir el sol de la mañana y de la tarde, ver el
esplender de los cielos estrellados y la luna en plenilunio, montar a la
bicicleta, nadar en ríos de aguas frías, dormir plácidamente, corregir los
errores, pedir y dar perdón, deshacerte de cosas que no necesitas o tienes de
más, mirarte al espejo y amarte.
La salud mental, física y espiritual es sostenida por un manantial profundo que va
por dentro. En tal razón la belleza exterior, la felicidad exterior, la
sonrisa, el semblante y todo lo que vemos en el cuerpo es sólo expresión de lo
que abunda o no abunda en ti.
domingo, 17 de noviembre de 2019