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Ser persona. Según Fray Bartolomé de las Casas



Ser persona 
Según Fray  Bartolomé de las Casas


Por: Gvillermo Delgado Acosta OP


Fray Bartolomé de las Casas fue testigo y parte de las reflexiones y discusiones que se estaban haciendo en Europa a favor de la persona humana. En la Europa del siglo XVI, la persona humana y los pueblos feuron pensados como naturaleza humana. O sea como comunidad que tiene unas características propias y normas de conducta desde donde se rigen, mueven y actúan los miembros que la conforman.


Este modo de comprender a la persona tiene su inspiración en el cristianismo de ese entonces: donde la persona es el centro del universo, vive en una sociedad de jerarquías y tiende a la convivencia en comunidad. Pero cerrados en el círculo del ser comunitario. Así, cualquier cosa que venga de fuera será tenida como extraña. 

Los indígenas por ser distintos a los europeos, de aquel entonces, parecían demasiado extraños, al punto de no ser reconocidos, tan siquiera, como personas. Fue Fray Bartolomé quien concilia lo extraño y diferente con la común pertenencia a la misma naturaleza humana. Su concepto de persona estuvo expresado en el concepto "del indio" en el marco de las nocioens de culturas y pueblos.

El modo de conciliar aquello significó, para el fraile, hacer una explicación de los pueblos indígenas como quienes tienen y viven una cultura propia. 

Por tanto, estos pueblos tienen una identidad. Y la diferencia con los europeos sólo puede ser cultural, no humana.

Todos somos humanos. Dirá: “Estos también son hombres y tiene alma racional”.

Se rompe así, la idea falsa que justificaba el hecho de que unos son inferiores y otros superiores, unos esclavos y otros esclavistas, porque así es la vida de la naturaleza social y religiosa.

Con esta manera nueva de presentar al ser humano, el indígena fue considerado como persona racional, capaz de hacer política y gobernar la ciudad. 

En todo caso, si hay que decir que tenía un nivel de retrazo, comparado con los europeos, habrá que afirmar que éste no es de "su naturaleza” sino de los modos de descifrar las leyes de la naturaleza y transformarla para ponerla al sevicio de su desarrollo. 


Aún cuando los españoles que traían los estandartes de una nueva cultura, en muchos casos, carecían "de cultura educativa". En eso nunca estuvieron por encima de los nativos americanos.

El mismo Las Casas sostenía que los españoles no son culturalmente superiores a los indios, sino más bien verdaderos idólatras, pues imponían su codicia por encima del reconocimiento de la persona.



En consecuencia para Las Casas el indio ya no es una “persona natural” sino “persona cultural”, que vive "en" la naturaleza de la humanidad; aunque carezca del nivel educativo europeo, que fue presentado como el ideal de la persona civilizada. En consecuencia, Bartolomé de las Casas nos presenta un nuevo concepto de persona y dignidad, en las características siguientes:

En primer lugar, admite el Fraile, que la persona humana es identificada como igual desde el reconocimiento de grupos culturales diferentes; en ese marco de semejanza y diferencia los nativos están llamados a ser cristianos y por naturaleza tienen una dignidad y derechos, aunque no sean cristianos bautizados.

En segundo lugar, el hombre indígena no puede ser considerado inferior a ningún otro ser humano. Es un ser social, político y capaz de hacer todo aquello que es propio de la persona humana.

Y, por último, el indígena es sujeto de derecho a la vida, y este derecho está por encima de una salvación del alma acompañada de la muerte del cuerpo. O sea que la vida del nativo americano es más plena, sagrada y verdadera que cualquier otro valor religioso.
jueves, 25 de junio de 2009