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EL RESPETO

 

El respeto es perfume que  se vierte sobre toda relación humana, haciéndola bella y deseable.

 

Por Guillermo Delgado OP

10/01/2023


El respeto es el valor básico para la convivencia. El suelo para andar.


El respeto no es el valor sustancial como el amor, en tanto fuente de los valores y efecto multiplicador de una vida feliz. Sin embargo, el respeto expresa al amor con toda su carga. En tal razón, el respeto es la acción primaria del amor que, como perfume, se vierte sobre toda relación humana, haciéndola bella y deseable.


Perder el respeto es perderse fuera del amor. ¿Es posible vivir en el extravío, o fuera del respeto?


Una relación sin respeto es vacía y tosca. Es perderse en lo irracional y absurdo. Un ser absurdo solo puede subsistir bajo el efecto de la dopamina artificial; no vive ni vivirá en la energía que el amor en su pureza esparce sobre el alma y la condición humana. Más bien ya está condenado a perderse.


Quien ha perdido el respeto a las demás personas se lo ha perdido a él mismo. Carece de identidad y sentido. Debe ser recuperado. O encaminado a la perdición, arrasará todo lo que se pose ante sí.


Para recuperar el respeto hay que recuperara el sentido del amor. Empezando por admirar a las personas en la belleza propia de los niños y los ancianos. Además, generalizar la admiración que despierta una persona en particular hacia todas las demás sin excepciones; sabiendo que el amor es universal, común a todos, más allá de las diferencias individuales, culturales, y socioeconómicas.


Para recuperar el respeto, estamos obligados a reinventar las relaciones humanas desde la empatía con el universo de todo lo creado. Que incluye, para empezar, lo humano en todos los grados; los animales, las plantas, el paisaje; después, el cuidado personal: la alimentación, los ejercicios físicos, la apariencia, el sueño, el esparcimiento y el buen humor.


Una vez emprendemos este sentido, sin saberlo, estamos cuidándonos y cuidando a los demás. De otro modo, ya estamos amando al “prójimo, como a nosotros mismos”. Entonces, el respeto ha retomado su camino, del que nos habíamos extraviado.

martes, 10 de enero de 2023

La Familia Extensa

La familia extensa

Por definición la familia es extensa; aunque en su fue y organización inicial sea “nuclear”.

Con estas dos afirmaciones constato que, toda familia tiene una fuente de organización primaria (que está en el núcleo del encuentro del hombre y la mujer) donde lo humano se ordena. Sin embargo, no es suficiente la fuente y organización; pues requiere de una realización, y ésta la encuentra en los distintos modos en que el núcleo se expande hacia todos aquellos miembros que en cierto modo son afines entre sí.

¿Por qué la familia es extensa en su realización?

Los datos estadísticos y la experiencia de quienes hemos nacido en suelos americanos nos hace decir que nunca es suficiente la educación de los hijos centrada únicamente en la Madre y el Padre. 

Por eso damos mucha importancia a la escuela, a la Iglesia, a las fiestas patronales, a los comités de vecinos; ya no digamos la del valor que damos a las fiestas familiares, a los eventos de solidaridad por enfermedad, por muerte u otras circunstancias, en los círculos de identidad por consanguinidad. 


A esos acontecimientos cotidianos se debe que hablemos de familia en otros términos, dado que son miembros de la familia aquellos que comparten la vida juntos.


En la cultura maya quekchí de Alta Verapaz: Mamá (qaná) y Papá (qawá) se traducen literalmente como "madre nuestra" o "padre nuestro". En esa vida cultural, ser padre o ser madre es asumir esa condición para toda la comunidad. Por eso, toda la comunidad la respeta con entera familiaridad.

La familia de sangre

Al referirnos estrictamente a la familia de sangre, los puntos de atención suelen ser más estrechos y contundentes. Por eso la figura de los abuelos es casi sagrada, pues, son el referente de quienes proveen los elementos y claves necesarios para realizar la vida familiar. Aquí, más que todo, es el desde donde definimos la familia como extensa.

Las familias se definen alrededor de los abuelos, ellos son el texto vivo que lleva cuenta de la historia vigente y de todos aquellos principios y valores indispensables para que la familia se realice.

En Guatemala y Centro América, la casa de los abuelos son el hito para iniciar y culminar toda actividad. Alrededor de ellos gira toda celebración o se curan las heridas que surgen de la crueldad que las relaciones humanas nos dejan.

Al desaparecer la figura de los abuelos, por fallecimiento o por otras razones, la familia se abre a otros círculos de ordenamiento y sentido. Por tales razones la familia jamás deja de configurarse en torno a ellos.

Los otros modos de familia

Con el surgimiento de otras modalidades de definir la familia, por ejemplo, las familias de padres solteros y aquellos que surgen por afinidad sexual, contrario a lo que muchos piensan, la familia se hace más fuerte, porque nos guste o no, esos modos nuevos sólo vienen a reafirmar aquello que el tiempo, y con ello la tradición, nos han llevado a entender qué es realmente la familia.

En la familia siempre hemos tenido tolerancia al aceptar los distintos modos de llevarla adelante, para que el ser humano crezca en humanidad; pero, aquellos modos que atenten con su idoneidad, como pasa en todo cuerpo orgánico, la composición del mismo organismo termina por expulsarlos o integrarlos, según lo requiera su propio proceso evolutivo.

Por eso, no debemos demorarnos en discusiones hepáticas, cuando nos obligan a ser o no tolerantes con uno u otro modo de ver la familia, pues, ella no es mía ni siquiera de quienes la definen en función de crear políticas públicas e internacionales que buscan salvaguardar algunas demandas.

La familia es patrimonio de la humanidad

No. La familia es patrimonio de la humanidad. Todo aquello que atente contra su fuerza dinamizadora de perfeccionamiento terminará por aniquilarse por sí mismo.

Por todo lo anterior, la familia siempre será numerosa. Será extensa. A la vez, siempre se configurará en la relación heterosexual. Será nuclear.

Tanto precisa esta afirmación que incluso llamamos familia a la comunidad, es decir, a todos aquellos que no comparten nuestra historia sanguínea o genética. Por eso, los padrinos los buscamos fuera de los círculos elementales; con eso hacemos más extensa la familia de lo que ya es y más nuclear en su configuración.

Por tanto, no admitir otros modos de ordenar la familia nos convierte no sólo en intolerantes sino en rancios e indiferentes a lo más sagrado y elemental de la familia. «Admitir» significa seguir siendo familia con sus perfecciones e imperfecciones. El tiempo y la tradición nos seguirán dando la razón. 

En cierto modo, al nacer en una familia nos convertimos en herederos de unos procesos ancestrales, de los cuales somos un matiz poco visible. 


Lo que nos queda es perfeccionar y recrear, aún más, aquello que hemos heredado, de acuerdo a las nuevas circunstancias, de tal modo que la familia siga siendo el hogar que asegure una vida digna para nuestra vejez y el techo a aquellos que aún están por venir y que nunca conoceremos. 

La familia es patrimonio de la humanidad y por definición es extensa y nuclear en su fuente.

Por: Guillermo Delgado OP
Foto: jgda
lunes, 25 de marzo de 2019

¿Cómo Educar en valores en tiempo de globalización?



Educar en valores

De Guillermo Delgado OP



¿DE DÓNDE PARTIMOS?

Constataciones de la globalización


1. La globalización es un indicador de que no hay distancias físicas ni culturales, que todo está comunicado entre sí. A través de este fenómeno económico-científico y cultural se imponen costumbres y valores aceptados acríticamente por las diversas gentes, siendo unos sectores de la población más susceptibles a su aprehensión.
2. Las nuevas contradicciones pasan por las modalidades espontáneas de igualar a todas las culturas a través del mercado (economía), y a la vez por ensanchar las diferencias entre las grandes masas de pobres ubicados en los países del Sur y los pocos ricos del Norte.
3. Constatamos una sobrevaloración de lo material sobre lo social o moral.
4. La educación pasa por aceptación de la tecnología (útiles para el aprendizaje), la comunicación (conectados con otros mundos y “cosas”) y la economía (consumo).
5. Existe la sensación de que existe una única cultura (no existen mundos distintos), que se funda exclusivamente desde la “gran cultura”.
6. En las relaciones familiares: “Los padres se han vuelto como los hijos y los hijos como los padres. Como que los hijos saben más que los padres. Quizá porque el patrón regulado es que "somos guiados" por los medios y las técnicas de comunicación. La esperanza en las familias, está puesta en los niños y los jóvenes, pero ellos son afectados por la globalización”. (Adolfo Chen, Cobán, febrero del 2009).
7. Con la globalización tenemos una amenaza y un reto. “Es una situación bastante difícil. Hay que hacer uso responsable de las cosas. Si nos perjudica, hay que tener en cuenta eso”. (Taller sobre globalización Ak Kutan, febrero del 2009).
8. Existe el peligro de imitar en la pequeña familia los problemas de la “familia grande” (el Estado). Por ejemplo, imitar el quehacer de quienes gobiernan las cosas del Estado, en tanto “estado fallido”, al hacerlo infiltramos hacia nuestras familias esa condición de “familias fallidas” (infuncionales), debido a la aceptación inconsciente de los modos de hacer trampa, de ser infieles a las promesas,  y así una serie de acciones que solo aluden al fracaso social. 

¿EDUCAR PARA QUÉ?

1. Formar para la vida, no siempre para ser alguien (profesionalidad interesada). Una exdirectora de un Colegio Católico en El Salvador, hablando sobre los muchos jóvenes profesionales desempleados, me decía: “A veces creo que soy deshonesta con los jóvenes, cuando los oriento poniendo a la educación como un modo de acceder a la realización profesional”. En la realidad, no siempre la educación es garantía de lo que se busca. A veces no se alcanza nada. 
2. Formar para la diversidad cultural y religiosa. Con el criterio ético paulino: “Examinarlo todo y quedarse con lo bueno”. Dado que:
a) La religión no es el centro de la vida. Al menos para las nuevas generaciones. La Iglesia católica aparece como una religión más y no como la religión rectora de otros tiempos. Somos parte de un mundo atomizado. Y la religión es la mejor muestra de ella. No hablamos de “La Iglesia”, sino de “las iglesias”. Todas aparecen como portadoras de verdad.
b) Pérdida de credibilidad de las instituciones y las personas que las representan. La crisis institucional vulnera las relaciones sociales. Las personas quedan desamparadas ¿Dónde ir? ¿Quién me ampara? ¿Dónde está el Estado? ¿Dónde se fue el "pater familias"?
c) Aceptar críticamente la secularización. Ante las tendencias de la aceptación de la existencia de Dios sin religión, y ante los nuevos modos de individualismo y espiritualidad fuera de lo religioso, en contraste con el surgimiento de movimientos radicalmente conservadores, hemos de considerar esos extremos con criticidad.
d) Sopesar la integración de la espiritualidad (desde la mística humanista), junto a normas y costumbres propias, cara a la “gran cultura”, para la gran comunidad humana.
3. Formar para la consolidación de la familia. Familia nuclear, extensa (nuevos modos: familia monoparental, familias cortoplacistas, familias gay…). Revalorar la familia en ámbitos más amplios cosanguíneamente, cara a gran familia humana.
4. Formar en la valoración del costo humano del trabajo y la cooperación conjunta del cuido de la creación (pensar en actividades concretas, que visibilicen resultados inmediatos).
5. Formar en la revaloración de las normas. A partir de la sabiduría popular y el aprendizaje que nos da  la experiencia (en la figura del anciano o de los adultos mayores) y las tradiciones transmitidas y pulidas a lo largo del tiempo. A partir de las relaciones estímulo-sanción.

¿COMO HACERLO?

1. Con jornadas culturales para el fortalecimiento (sobre la base de lo existente) de valores, más allá de las condiciones sociales, religiosas y éticas. Por ejemplo: “la semana de la paz”, con compromisos concretos: “Yo, soy la paz” o “yo no golpeo”. E inducir respuesta con actitudes concretas en plazos cortos.
2. Revitalizar los tiempos lúdicos. Como días de campo, con tares de aprendizaje concretos. Con el fin de reactivar las capacidades de convivencia. Para contrarrestar las actitudes egocéntricas que se despliegan a partir de la globalización y de la gran familia humana.
3. Buscar sensibilizar sobre el sentido del dolor humano, a partir de los excluidos (el siervo doliente de Asíais). En contra de la aceptación lejana de la violencia que le pasa a otros, y ante la incursión de la materialización y manipulación de las cosas por el acceso desmedido de la tecnología y los medios de comunicación masivos y privados.
4. Agilizar métodos para palpar realidades, en combinación con conceptos abstractos. No basta con dar información, hay que crear métodos propios de conocimiento. La realidad duele, “la realidad se carga”. Alguien tiene que hacer algo. El indiferentismo tiene costos sociales y golpea éticamente a la persona. El indiferentismo mata.

Fotos: jgda
sábado, 5 de septiembre de 2009