Por: Gvillermo Delgado
26/12/2022
Soy
sobreviviente de una guerra reciente,
Árbol
azul de mariposas misteriosas.
El
olvidado pregón de los pájaros tempraneros.
Soy
pordiosero de tus mensajes,
quien
inmóvil por la mañana
mira
pasar la brisa lenta
que
lleva la silueta
de
los movimientos que en tu paso dejaste
en
el camino de arenas.
Soy
quien,
atrapado
en los años indemnes de los rezos,
por
el silencio de las flores de la tarde,
por
el grito abatido de las estrellas nocturnas,
por
las auroras de avemarías,
se
levanta cada día
en
el impulso de las semillas
que
despiertan del sueño primordial.
Soy
gigante que busca la altura lejana de su Dios,
desde
el patíbulo que el amor obliga.
Quien
atrapa el murmullo de los segundos en agonía
Sobre
la antigua montañas de los olivos.
Enano
que engulle el espacio de la fruta nueva,
quien
se sustenta de cada sorbo de las palabras
en
el hondo amor de las raíces.
Y
es que todos conocen
los
secretos de mi condición,
la
gravedad de mis búsquedas,
el
ruidal reprimido de mi agonía
que
apunta al corazón del alma:
hontanar
sagrado donde el amor abraza.