¿Cómo convertirse en una persona fuerte y segura?
La persona segura de sí misma se construye a fuerza
de valores. Se edifica según los lugares que habita y las relaciones que
establece.
Como árbol con raíces profundas. La persona fuerte y
segura se construye desde sí misma. Crece, al mismo tiempo que fortalece sus
raíces.
A diferencia de los Baobabs del principito, el
hombre es un árbol con raíces profundas que camina. Por eso, avanza poco a poco
como río hacia lo grandioso del mar. Mar al que nunca se abrazará en su
totalidad. Porque el mar es el punto de llegada del que nadie debe ni puede apartarse. Porque
está debajo de las raíces, adelante en el horizonte que se abre y arriba
como el inmenso cielo infinito.
Mientras se avanza hacia allá, la seguridad implantada
de sí mismo obliga a dos acciones indistintas: a perseverar en la dirección
que ya traemos, y al mismo tiempo cambiar sin temores, dado que el cambio es
parte de la naturaleza que nos hace fuerte en cada paso.
La perseverancia abliga a definir y a decidir sobre la dirección que le daremos a la vida. Como el tren encarrilado que no se aparta de su propio camino. Llegar a un destino, a veces no es tan complicado; lo complicado suele ser, más bien, mantenernos con firmenza en lo que hemos alcanzado con esfuerzos. Con frecuencia, ahí andan los líos de los matrimonios, las profesiones, las vocaciones religiosas, y mantener la vida feliz.
Por otro lado, está el cambio sin temores. Todo cambia. Decidamos o no, los cambios se imponen tarde o temprano. Por eso, es mejor abrirse uno mismo a hacerlo. Hay que hacerlo empezando por el cambio de mente.
Quien no cambia de mentalidad no podrá alcanzar las grandes cosas y corregir los defectos del camino. El cambio es apertura de mente. Dado que en el cerebro, está el alma, las emociones, la voluntad, el espíritu y todo desde donde gobernamos el cuerpo. Quien dominana la mente, se conoce, se domina así mismo, se perfecciona; cambia su mundo y el mundo de los demas. Quien cambia su mente, asegura su destino. Sabe enfrentar la adversidad. Se hace fuerte.
De todo lo anterior surgen como flores del ápices
de las ramas, innumerables valores cuya síntesis se recoge en uno solo: la
integridad. Ese es el epicentro donde nos definimos. Por ser el puente seguro
que nos llevará al otro lado. Hacia donde avanzamos.
La integridad es espíritu o coraje que anima desde dentro de nuestro ser. La integridad es el conjunto de todos los valores. Como aquello que determina el carácter para actuar, en dirección de lo bueno y deseado. De la integridad definimos el "sí" o el "no" de las decisiones. De la integridad surgen las fuerzas para sobreponernos a las adversidades. De la integridad viene la paz y la recta conciencia de cada día.
Por el puente de la integridad llegaremos a la meta que queremos llegar, a la felicidad, al cielo, a la vida eterna, a la consumación del amor.