Apenas amanecía en Diriamba,
las ramas de los pinos y cipreses
golpeaban el silencio a latigazos.
¿A qué se debe tanto furor?...Desde muy dentro del alma universalresuena el Tum ancestralque lamenta a los que se han ido:unos sin retorno,habitando distancias;otros en simple vigía.
Silencio,dile a mi alma:¿Cuánto duele un azote?
Respondan a coroárboles del bosquegruesos y esbeltos:¿por qué golpean tan fuerte al viento?¿Acaso no pueden atajar las tristezasy vencer la oscura noche con su altura?...Entrada la nochecuando llega el sosiegoLos cipreses y los pinos erguidosabren paso al silenciode la oscura noche de los sueños,sin lastimar apenas.
El almacolmada
reposa en calma.
Por: Gvillermo D.
Foto: jgda
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