Viendo "Posts antiguos"

SIETE ACTITUDES DE LA BELLEZA HUMANA

¡Cómo te embellece ser feliz!


Por: Gvillermo Delgado OP



1. Quien ama sólo sabe hacer el bien. El bien  embellece. La persona embellecida busca hacer el bien a todas las personas y a todas las cosas, aun a las cosas inanimadas.  Amar es el camino para ser bueno y feliz. Toda persona racional tiene que buscar los mejores modos de amar. De quienes aman, dicen las demás personas cuando le ven pasar por el camino: "te embellece ser feliz". En ese caso, el mal afea a las personas. Da lugar al mal, en el alma, aquella persona que no ama y tiene una idea equivocada de la felicidad. 


2. Cuando oyes decir que te dicen: "amarás", debes captar esa voz de mando que ha nacido en la fuente más pura del corazón humano, que a su vez se alimenta del inmenso a-mar divino. Por tanto, no puedes desobedecer tal mandato. El verdadero amor es obligatorio para toda persona humana. El amor es la norma de donde nacen todas las legislaciones. Con razón decimos que: ¡Todo mandato que no es de amor nadie tiene que obedecerlo! simplemente porque no es bello. Sólo debes amar lo bello. Eso define al amor verdadero.


3. El amor es una decisión que tiene rostro. Si nos asombra un atardecer de domingo, cuanto más la sonrisa de un niño recién nacido. El asombro del amor manifestado en ti, siempre deslumbra a quienes te ven pasar hacia el trabajo o te ven venir por la acera del vecindario. El amor en ti hace que tus palabras y gestos den y reciban ternura y enlacen con lo misterioso de Dios. Hace que las personas piensen, de este modo: hay algo más que quiero saber y poseer de ti, que no eres tú ni lo que imagino de ti, sino ese algo misterios que te posee y que se manifiesta en ti. 


4. Cuando la belleza se manifiesta en ti, ni siquiera eres consciente de lo bella que eres. Una característica de la belleza es su ser inconsciente. Como inconsciente es el aroma que suelta la flor con la luz de los primeros rayos del sol del sábado por la mañana. Como es inconsciente la flor silvestre a la vera del camino por donde vienes con el cansancio de la tarde. Tan inconsciente es tu belleza, como el agua limpia que te sacia y te da la calma. Pero si la presumes, ya no eres bella. Porque la belleza presumida no encanta, sólo entusiasma y desaparece al poco tiempo, se marchita como flor.


5. La belleza es una cualidad de Dios, por tanto, es una cualidad que tiene que ver con lo eterno. No puedes ser bella y luego fea. Eres bella para siempre.


6. Quienes aman no buscan ser amados, simplemente embellecen las relaciones humanas, porque es Dios quien sustenta sus relaciones de amor. En ese sentido, quien ama y es amado busca lo perfecto porque se realiza en lo perfecto.


7. El amor siempre lleva una dirección y una meta. Amar no es buscar sino dejarse encontrar. Si buscas el amor es porque antes fuiste encontrada. Amar es la manifestación del amor que  lleva indeleblemente la marca de la belleza. Eres bella, entonces: llevas consigo el misterio eterno de la felicidad. De tal modo que, al mirarte sólo pueda exclamar de ti: "¡Cómo te embellece ser feliz!".



lunes, 10 de agosto de 2015

CONTEMPLAR


El mendigo espera la oportunidad de recibir "algo" , por eso no se aparta del camino. Igual pasa con aquella persona que supone bondad de quien es imagen suya. No exagera en sus largas horas de espera. Y si exagera en el pensamiento, y ensancha su Corazón, es sólo para recibir todo lo que ya sabe  de antemano que recibirá. Quien cree, tiene siempre listo el Corazón. Vacío para ser llenado, o lleno para vaciarlo. Nunca da "cosas", ni "dinero", él mismo se da, se entrega, da su tiempo, su edad. Quien espera, él mismo se entrega. Cree que "la realidad de la auténtica espera" es darse uno mismo.

La persona que espera lo bueno y lo bello, no puede engañarse así misma ni engañar a nadie. Porque no da a poquitos, da todo. El Corazón de quien espera no puede estar enajenado. La realidad es visible a sus ojos. La bondad y la belleza son los ojos de quien cree. Así es como mira. Así es mirado. Sólo que a veces tiene que tomar altura como el águila o emprender camino cuesta arriba como el alpinista. Para mirar desde la altura o desde la distancia. Subir a la montaña para ser visto, o mirar a las otras montañas. Esa es la mística de quien cree. Quien sube o se eleva, luego desciende al lugar del mendigo, al lugar de su amada, al lugar de sus hijos, al lugar de sus tareas cotidianas. Al lugar de la justicia.

Los Ojos dilatan el Corazón. El Corazón dilatan el Alma.
Cuando la distancia y el alpinista se encuentran, dejan que el horizonte lejano les oriente el camino  hacia la meta. 
Entonces, sucede que: 
Los Ojos dilatan el Corazón. El Corazón dilatan el Alma. El Alma dilata el Espacio sagrado de la "Celda Interior" para recibirte [recibir a quien amas, a quien esperas]. El amado recibe a la amada, el Padre a sus Hijos, la Creación a las Criaturas, el Creador a lo Creado. Sucede que uno mismo se siente Montaña, Río, Altura, Belleza, Bondad. Porque la persona "llega a ser uno solo" con el Cosmos, y con su Creador. "La misericordia y la fidelidad se encuentran,la justicia y la paz se besan (Sal 84,11).


Viéndote me miro a mi mismo. Veo mi alma en tu alma.


[Soliloquio]
El alpinista dice a la montaña: 
Me gustas tanto cuanto migras interiormente y te haces pequeñita y grande al mismo tiempo, porque me das a conocer los secretos íntimos de tu alma; cuando eso acontece te haces tan transparente que sólo quisiera que esos segundos fueran sino eternos al menos para mi. Me gusta contemplarte. 
Prosigue:
No estoy equivocado en lo que antes pensé; porque tuve la dicha de mirar lo que en otro momento imaginé. Y sabes ¿por por qué? Porque eso me permite a mi también darte a conocer mis secretos; porque viéndote me miro a mi mismo. Porque veo mi alma en tu alma. Y eso es mucho decir. 
Por: Gvillermo D.
Fotos: 2 Prestadas de Web y una de Miriam Aragón (Mimita)
martes, 4 de agosto de 2015

EL ALMA LIMPIA




La Luz purísima viene del alma limpia que pone al descubierto las almas obscuras


Gvillermo Delgado OP


El Amor tiene el poder de perdonarlo todo, porque el amor transparenta «toda la verdad» de las cosas. 

En lo transparente no hay modo de engañar. El amor por ser «luz que transparenta», derrota a la obscuridad. Bajo ese supuesto, donde la verdad es la luz y la mentira la obscuridad, definimos lo que aquí llamamos «el alma limpia».  

En la dualidad de contrarios, no-afines, intentamos comprender la culpa y la fuerza invencible del amor.

1. Quienes aman vive en la verdad

Quien ama se equivoca menos, y puede ser librado de todo mal. El «acto de amar» es la única manera de saber donde existe la culpa, porque, como ya hemos dicho, el amor pone al descubierto la verdad de las cosas. 

«La Luz Purísima» proviene de las almas  limpias, que ponen al descubierto a las almas obscuras. Las almas oscuras no soportan la luz de las almas limpias. 

El alma perdida en el abismo del mal, hace de la noche una noche culpable, donde un haz de luz es suficiente para encaminarla al amanecer.

2. Las almas limpias son personas limpias

Las almas limpias se refieren a las Personas Limpias de Corazón que perfeccionan este mundo y lo hacen más habitable. 

Las Personas Limpias de Corazón se hacen sentir cuando pasan entre «las almas oscuras», porque el Corazón Limpio va iluminando cada palmo por donde avanza. 

La peor condena de «quien no-ama» es tener que suportar la luz de quienes sí aman. 

Quienes no aman, no tienen otra alternativa que declararse enemigos, de quienes aman, porque no entienden de «las cosas-del-amor». 

3. La condena como incapacidad de amar

La condena o la perdición es, pues, incapacidad de amar. De ese modo, cuando hablamos de «salvación» o de «vida eterna» estamos refiriéndonos a todo aquello que se alcanza gracias a las capacidades de amar, que es lo propio de las almas limpias, de las personas realmente bellas. 

La condena o la perdición es vivir para el egoísmo y el desamor.

3. Dijo el Maestro: ¡Bienaventurados los limpios de corazón...! 

El amor es la norma sin excepciones que norma todo. Fuera del amor no te salvas. Estás perdido. 

Por tanto, no busques la felicidad fuera del amor, porque te toparás sin la luz en el paso siguiente. 

Nunca avances por los caminos de la vida si no amas. 

No vayas por la vida creyendo que no necesitas de la ley del amor, porque el amor te hace excepcional. 

¡Grandiosa! ¡Única! 

En el modo de ser aletea el espíritu del amor

4. Qué es amar

Amar es encontrarse con lo perfecto, vivir para lo perfecto, estar delante de la imagen de lo perfecto. 
La experiencia del amor empieza por encontrar lo mejor de uno mismo. 

Amar es buscar el bien en cada cosa, a costa de todo.

Si amas, procuras hacer el bien en todo a todos, en todo momento, sin esforzarte tanto. 

En quien ama no tiene lugar la mentira, o sea, aquello que no es natural al alma. 

La persona que ama dilata el bien en todo lo que mira y toca. 

Las personas que aman tienen el privilegio de experimentar lo perfecto en todo aquello que buscan.

Amar es el modo más perfecto de ser. Porque en el modo de ser aletea el Espíritu del amor. En el modo de ser la persona es conocida: quien es realmente, y cómo está su alma

5. Somos hechos de amor  y para el amor

 ¡Dichosa el alma que pueda decir!: «En el amor te encontré», «en realidad yo no buscaba a nadie, yo sólo pasaba por ahí y de repente te vi o me viste». 

¡Amando me encontraste! Dichosa la hora en que «me diste aliento y pronunciaste mi nombre».

 En ese segundo empecé a existir, porque empezaste a cincelar mi alma a imagen tuya. Entonces, el mundo se hizo habitable.

 Dijo el Apóstol: ¡El amor nunca pasará! 
¡Nunca!

Foto: prestadas (Web).
sábado, 1 de agosto de 2015

AMARNOS


Si quieres amar las cosas y a las personas, primero mira dentro de ti mismo como quien mira hacia dentro de un recipiente vacío. Aprende a ver en la oscuridad de lo invisible y a escuchar el eco de la voz que golpea en las paredes de tu alma.

¡Abrázate desde lo íntimo y profundo! Quiero decir, busca tiempos prolongados de silencio. No temas a la soledad. Apaga tu teléfono, desconéctate de los satélites que te tienen inundado de palabras e imágenes difusas. No tienes que ir muy lejos, el silencio lo encuentras de camino en el bus, en tu habitación o en el parque de tu ciudad donde todos se mueven con la prisa de su vaivén.

Apaga también esas voces inútiles que amplificaste erróneamente cerca de tu corazón. ¡Aléjate de la gente ruidosa! Ellas no ayudan a la salud del alma. No temas tomar distancia de ellas. Sólo así habrás liberado tu espíritu de toda atadura innecesaria.

En el silencio habla a tu alma haciendo eco de cada una de estas palabras:
«No te aferres más a lo que no es tuyo». «¡Es la hora de amarte a ti mismo!». «Desprende-te del todo como la rama del tronco». «Deja que el río arrollador de la ternura te arrastre al inmenso y acantilado Mar (A-mar)».
Esto te puede parecer egoísta o extraño ¡pero no debe serlo! Eso es "amarse así mismo". ¿Sabes? ¡Sólo sí te amas a ti mismo darás lugar al Gran Amor! ¡Antes no! Así, al salir de tu soledad silenciosa mirarás de otras maneras, y atenderás las palabras como música agradable. El ruido se convertirá en la sensación de armonía humana (aunque no lo sea para las demás personas). Entonces, sin mucho esfuerzo estarás amando-te, y amando todas las cosas.

No olvides que vinimos a este mundo únicamente a una cosa: para amarnos. «Lo demás», como dijo el Maestro:«vendrá por añadidura».


Por. Guillermo Delgado OP

lunes, 27 de julio de 2015

EL AMOR PERFECTO

"

María Magdalena es un buen referente de lo perfecto, ya que buscando alimentar su alma en “las cosas terrenas” descubrió que su insaciabilidad estaba en el amor. Un amor que ella desconocía. Pero un día halló en su propio camino. Llegó del modo que nunca pudo imaginar. Una mirada fue suficiente para que el amor impregnara su alma. Dio un vuelco empezando por revisar su propia historia de vida. El "vuelco", lo comprendemos a partir de "las lágrimas, que no nacen de lo superficial de un sentimiento, sino de lo profundo del corazón. Así,  las lágrimas de María Magdalena que al inicio fueron de arrepentido se transformaron en lágrimas de amor luminoso.

¿Dónde estaban las razones que animaron el cambio en esta mujer?
El alma movida por la fuerza del amor se eleva hacia lo más alto de lo divino y desciende a lo más profundo de su fuente y su raíz. Con razón el amor perfecto no se alcanza así no más, requiere ser alimentado de fuentes profundas o pulido en el fuego divino. Las lágrimas son el canal por el que fluye "esa agua" de perfección, que viene del corazón, que finalmente hacen fuerte a la persona. Al llegar la fortaleza a la persona "la virtud" entra en acción, quiere decir que el camino de la perfección está en marcha.

Las lágrimas que beben de una fuente profunda, definen el grado de la perfección con que el alma vive y el tipo te interés que le mueve. Si su alimento es divino, entonces su interés tiene que ser la búsqueda de la unidad; y al darse cuenta que su origen es divino descubre que sus deseos nunca serán saciados mientras viva en este mundo.

¿De qué son tus lágrimas? ¿De pesadumbre por haber permitido libremente el mal a tu alma, cuando entraste en relación con otras almas? ¿Tu lágrima es de alegría por la amistad que has alcanzado con otras almas? ¿Lloras en el gozo de servir y entregar tu vida pensando en el bien de las demás almas? ¿Cómo es tu lágrima delante de tu bien amado? ¿Cómo es tu lágrima cuando otros lloran por ti, sobre todo cuando el amor ha desbordado las fronteras de tu alma?

Lo perfecto se alimenta de lo perfecto, que está en lo profundo del alma. En ese sentido, el alma es el manantial donde el amor sacia su sed. Las lágrimas perfectas son aquellas que expresan hondura, frescura, alegría, paz; llegan a los ojos con la mirada y las palabras.

Si estás amando o viviendo en el amor, pero aún sientes que no alcanzas a poseer la totalidad de ese amor (por experimentar inquietudes extrañas de temor) eso se debe a que el alma siempre ansía vivir en el amor perfecto. 

A veces, o casi siempre, el alma humana tiende a querer saciar ese deseo de totalidad en las “cosas finitas”. Pero el alma por su origen es infinita. El hecho que el alma una vez creada haya sido puesta por encima de las cosas finitas, no puede saciarse ni hallar quietud sino en las cosas superiores a ella. Sólo Dios puede saciar el alma. De ahí que la persona que ama a otra persona, sólo busca alcanzar al alma eterna.

El alma humana que busca a Dios halla el amor perfecto en las personas a quienes ama. Y a la vez es sorprendida en el amor eterno.

Pocos tenemos la suerte de encontrar a personas que estén por encima del deseo apasionado de "vivir para las cosas”. Quienes tenemos la dicha de conocer y vivir cerca de personas que buscan la perfección, hemos experimentado el amor divino. Como le pasó a María Magdalena.

Yo puedo presumir de esta gracia, de la virtud de perfección en cierto modo, sobre todo por las personas que me aman, que son muy pocas.

Cuando las virtudes están cimentadas en ese amor, entonces el alma es embellecida. Sólo las personas que aman en la virtud son bellas, porque tienden a lo perfecto y se sienten incapaces de hacer “algo malo”.

El amor, aún aquel que no es perfecto, es el aroma que lo embellece todo porque en el amor no hay lugar para el azufre de lo feo.

La figura de María Magdalena es la mejor indicación de la belleza porque es amada y ama; envuelta por el fuego eterno del amor divino, amó hasta el final. Sus lágrimas son la mejor expresión del amor perfecto.

Por: José Gv. Delgado
Foto: Magdalena de Ivanov

miércoles, 22 de julio de 2015

Tradición y cambio




Las innovaciones tecnológicas y el desarrollo económico han permitido que se mejore la calidad de vida pero no han logrado resolver las inquietudes existenciales más profundas. 
Una vez resueltas las angustias más inmediatas de supervivencia, surgen aquellas interrogaciones que elevan a la persona al nivel más propio de la razón del ser: al significado de la vida, a los misterios de la muerte, al porqué del sufrimiento y a los secretos de la felicidad. 
Si la identidad da razón a esas búsquedas, entonces las instituciones que sostienen la vida social son las responsables no sólo de formar a sus miembros sino de contribuir en el replanteamiento y adaptación. 
Por tanto, las tradiciones y las costumbres no deben cambiarse, nadie puede hacerlo más por que lo pretenda, deben adaptarse a los nuevos tiempos. 

Por: Gvillermo D.
Foto: diseño web
lunes, 13 de julio de 2015

EL DIOS VERDADERO

El Dios verdadero está en el silencio, en la palabra que nunca se dice.
  ¿Para qué pueden servir las instituciones y las personas, aunque construyan casas para Dios, si se estancan en concepciones absurdas? Deben cambiar. Sin esa exigencia, es imposible que su dios (con minúsculas) se haga presente y salve. Aunque digan palabras "bellas" en sus cultos y ritos. El Dios Verdadero (con mayúscula), no compite con dioses y sus promotores. Lo verdadero es lo contrario a lo falso e idolátrico.
La idolatría amparada en dioses falsos es reconocida por las acciones malas que parecen buenas, por el odio disfrazado de buenas intenciones, por la aniquilación de la persona para apartarla del camino y hacerse con el poder; justifica la lujuria a cambio de ofrecer bendiciones. La idolatría es reconocida en la gente que promueve a los demonios [sin disimulo], viste como ángeles medievales [con disimulo], vuelan a media altura y deambulan por las noches al acecho de nuevas aventuras orgiásticas [cuando nadie los ve]. La idolatría tiene sus "fieles". Se ve en quienes a veces leen "las sagradas escrituras" y las lleva consigo para elaborar sus apologías.
El verdadero Dios, en cambio es siempre nuevo, totalmente presente. Totalmente otro. Impronunciable e imprevisible. Porque es todo y nada a la vez. Camina con quienes aman. Está en el silencio, en la palabra que nunca se dice. El verdadero Dios raya el amanecer con su dedo luminoso. Habita el corazón sincero de los limpios de corazón. De quienes, quizá no siempre vayan a Misa, ni se confiesen los domingos. Los limpios de corazón simplemente transparentan lo auténtico, lo divino, porque habitan el corazón de Dios. Son habitado por Dios. No se visten de nada, son revestidos de luz.
Por: Gvillermo D.
Foto: Miriam Aragón (Mimita).

jueves, 9 de julio de 2015

LA MATERNIDAD

Ser madre es poner al descubierto un gran Amor. Esa cualidad embellece a la mujer en toda su existencia, no sólo desde aquel día en que se convierte en mamá.

La maternidad es un misterio dado a conocer en ellas, porque así es como Dios descifra sus palabras. 

Quiero decir que, la mujer es la mejor interpretación de una palabra de Amor. Quien al convertirse en madre, entonces, el amor deja de ser una palabra simple, y toma forma en la energía que mueve el universo de quienes acompaña en el paso por este mundo. Por eso, las madres, siempre nos sorprenden en el amor a los hijos.

Y es que todos somos hijos, pero no todos madre o padre. En cualquiera que sea nuestra condición, la madre es el vínculo del origen, el árbol del paraíso, porque es la sombra preferida de Dios para dialogar con sus hijos. Ella es la semilla germinada, en quien se transfiere el anhelo de Dios para perfeccionar su obra creadora.


Con justicia afirmamos que: 


1. Cada niña y niño al nacer trae un mensaje de buenas noticias al mundo, pues, trae los secretos de la divinidad que da origen a la vida.


2. Cada criatura humana trae un mensaje en sus manitas apretadas, mostrando así, que permanece unida a su padre-creador, quién quiso, en ella, enviarnos su misma imagen de Dios.


Sólo con los días, después de nacer, el niño y la niña, va soltando las manos poco a poco. Las abre con la esperanza de volver a empuñarlas el día en que atrape de modo definitivo aquello que aparentemente perdió al nacer; que en cierto modo renovará, después de todo, cuando se convierta en Madre o tome conciencia de su condición de hijo o hija.

Así, la obra de Dios se recrea en el movimiento del perfeccionamiento. Será la madre ese universo donde se seguirán escribiendo las mejores cosas, porque lleva la gracia del amor divino.

Por consiguiente, la madre es siempre para sus hijos el mismo paraíso fundado en su casa, donde Dios habita.


El paraíso perdido sólo tiene lugar en el desierto de la humanidad estéril.


Mientras hayas madres habrá paraíso terrenal trazado con camino infinito.


Por: Guillermo Delgado OP

Foto: jgda




viernes, 10 de abril de 2015

LA RESURRECCIÓN ES

Somos luz en expansión, luz que viene del cenit original de la vida
La resurrección es la vida perdurable actualizada en las personas de buena voluntad, que movidas por el Espíritu divino, luchan en todo momento para que la voluntad de Dios sea posible en la obra creadora.
La resurrección es luz expandida en las personas creyentes que se toman en serio aquello de “ser hermanos” y viven para lo eterno. Dios pasa por sus caminos, o permanece en ellos. De las personas de este talante, decimos lo mismo que se dijo de Jesús: “que pasó haciendo el bien y sanando a cuantos estaban dominados por el diablo, porque Dios estaba con Él” (Hch.10, 38).
La resurrección es vivir iluminando todos los caminos.
La resurrección tiene que ver con el cómo Dios que nos envuelve y nos quema desde dentro dándonos capacidades para cooperar en sus iniciativas.
La resurrección es el impulso del Espíritu que mueve toda la creación a su plenitud como luz en permanente expansión.
La resurrección es la capacidad poderosa de convertirnos en lo que creemos. Es ser lo que decimos que somos.

 Por: Guillermo D.
Foto arte: prestado de MBB


domingo, 5 de abril de 2015

El Edén


Todos venimos de un sueño. Que no es un lugar imaginado fruto de la fantasía. No.

Sólo recuerda, cuando el Señor hizo caer en sueño profundo a Adán. Empezó toda la historia de lo humano. Desde entonces buscamos habitar el mundo de las personas no a las personas. Se equivoca quien se mueve al revés. Ese mundo no está en el pasado o en el futuro. Está en lo profundo del sueño.

Todos deseamos entrar al sueño  profundo para conocer el secreto misterioso de lo que el Señor le dijo a Adán aquella vez, pudo ser de noche o de día, eso no importa, interesa conquistar el mundo, el Edén que edificó en él.

En fin. Lo único que buscamos es llegar a Dios, desde el sueño. Porque de ahí venimos.

¿Te parece poco?



Por: Gvillermo
Foto: prestada
domingo, 15 de marzo de 2015