Fiesta de luna llena Hechos y Palabras sábado, 17 de julio de 2010 1 Un Comentario

Las hojas de los liquidámbares se estremecen
nerviosas por el abrazo de los bejucos en su tallo.

Las oropéndulas van gritándose una a otra
mientras se persiguen
hasta alcanzarse en los guarumos.

Los clarineros  juegan sin disimulo
para atraer a sus hembras.
Por su parte, en otro árbol, los chíllos posan en el ápice de las ramas vigilando las distancias.
Después de todo, los pájaros llaman a sus hembras desde sus nidos. Y la luna invisible entre lo espeso del verano espía a la montaña en el otro extremo de la noche.

- Se acerca nuestra fiesta,
 nuestra fiesta de luna llena.

- Salgamos.

- Vámonos para la Ermita.

- Ponte el chal de la tardecita.

- Allá, a la distancia de otro día, los niños vienen cortando las flores y persiguiendo mariposas.

De un lado a otro los conacastes
bromean contentos,
mientras se pasan de mano en mano
el perfume del viento visible
en sus pequeños dedos dorados.

- A esta hora seguimos el rumbo
que nos trajo la mañana.

Mientras tanto, las mariposas duermen,
y brillan las luciérnagas
al compás del túngere, túnguere de las ranas.

Y la niña tomada de la mano de su Madre pregunta: ¿para dónde vamos Mami?

Cuando en el silencio de la noche los grillos tocan sus chinchines.


Por: fr. Gvillermmo Delgado OP
Fotos: jgda

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1 Un Comentario

Anónimo

Que rico una luna llena en un paraiso asi. Ojala que cuidemos de tanta diversidad vegetal y animal y que por nuestro bien vivamos en equibrio con la naturaleza.

Leonel