El Adviento Hechos y Palabras viernes, 18 de noviembre de 2016 Sin Comentarios

El Adviento es el período de cuatro semanas antes de la Navidad. Este tiempo nos prepara interiormente para la llegada de Nuestro Señor Jesucristo. Los cristianos esperamos ansiosos la manifestación definitiva del Señor. Él mismo nos dijo: Mira, vengo pronto (Ap 22, 7). Los cristianos decimos: ¡Amén! ¡Ven, Señor Jesús! (Ap 22, 22). Este es el significado fundamental de estos días.

La palabra Adviento significa «llegada» y claramente indica la actitud de vigilia y preparación de los cristianos. Nos dice el Apóstol San Pablo: 
Ustedes mismos saben perfectamente que el Día del Señor ha de venir como un ladrón en la noche. Pero ustedes hermanos no vivan en la oscuridad, para que ese día no los sorprenda como ladrón, pues ustedes son hijos de la luz e hijos del día (1 Tes 5, 2. 4-5).
El Adviento marca el inicio del año litúrgico como el tiempo de Dios, cuando Él se hace presente en la vida de la comunidad con el único propósito de darnos la salvación.

Aunque Dios ya se ha manifestado plenamente entre nosotros, aguardamos su venida final. Con ese motivo los cristianos celebrábamos el Nacimiento del Niño Jesús. Ese acontecimiento lo esperamos con un tiempo de preparación en cuatro semanas previas a la Navidad, que se convierten en un periodo de reflexión y de perdón.

El Adviento como tiempo de meditación y penitencia nos ayuda a tomar conciencia de la «calidad de vida» que tenemos. Como quien dice: «vivo de esta o de esta otra manera, pero no me sirve para ser feliz. Debo cambiar el rumbo de mi vida». Este tiempo de Dios es la oportunidad para renovar la vida presente delante de quienes amamos y delante de Dios. Es volver a nacer a partir de una vida reconciliada.

Es verdad que Dios está por manifestarse plenamente en el tiempo futuro. Pero la mejor y más grande noticia es que se está mostrando siempre, porque Dios camina con nosotros. De lo que se trata en este tiempo de Adviento es de darle el lugar a Dios para que nuestros hogares sientan su presencia.

Por tanto, el Adviento es el «chance» que Dios nos da para «reiniciarnos». Por eso hablamos en primera persona, en estos términos:
Adviento es renovarme con las mimas alegrías con que empecé el proyecto que ahora hago realidad en la familia. Es renovar los propósitos de mi vida. Es retomar mis sueños con nuevas fuerzas, porque muchas de las cosas que fueron importantes ahora ya no lo son. Es el tiempo de renovarme personalmente para presentarme dignamente delante de la comunidad de quién soy parte, y permanecer listo para cuando el Señor me llame a su presencia".
Por: Gvillermo Delgado OP
Fotos: jgda (Antiguo convento del Monasterio de la Santa Espina, Castilla).
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