Ustedes mismos saben perfectamente que el Día del Señor ha de venir como un ladrón en la noche. Pero ustedes hermanos no vivan en la oscuridad, para que ese día no los sorprenda como ladrón, pues ustedes son hijos de la luz e hijos del día (1 Tes 5, 2. 4-5).
El Adviento marca el inicio del año litúrgico como el
tiempo de Dios, cuando Él se hace presente en la vida de la comunidad con
el único propósito de darnos la salvación.
Aunque Dios ya se ha manifestado plenamente entre
nosotros, aguardamos su venida final. Con ese motivo los cristianos
celebrábamos el Nacimiento del Niño Jesús. Ese acontecimiento lo esperamos con
un tiempo de preparación en cuatro semanas
previas a la Navidad, que se convierten en un periodo de reflexión y de
perdón.
El Adviento como tiempo de meditación y penitencia nos
ayuda a tomar conciencia de la «calidad de vida» que tenemos. Como quien dice:
«vivo de esta o de esta otra manera, pero no
me sirve para ser feliz. Debo cambiar el rumbo de mi vida». Este tiempo de
Dios es la oportunidad para renovar la vida presente delante de quienes amamos y
delante de Dios. Es volver a nacer a partir de una vida reconciliada.
Es verdad que Dios está por
manifestarse plenamente en el tiempo futuro. Pero la mejor y más grande noticia
es que se está mostrando siempre, porque Dios camina con nosotros. De lo que se
trata en este tiempo de Adviento es de darle el lugar a Dios para que nuestros
hogares sientan su presencia.
Por tanto, el Adviento es el «chance»
que Dios nos da para «reiniciarnos». Por eso hablamos en primera persona, en estos
términos:
Fotos: jgda (Antiguo convento del Monasterio de la Santa Espina, Castilla).
Adviento es renovarme con las mimas alegrías con que empecé el proyecto que ahora hago realidad en la familia. Es renovar los propósitos de mi vida. Es retomar mis sueños con nuevas fuerzas, porque muchas de las cosas que fueron importantes ahora ya no lo son. Es el tiempo de renovarme personalmente para presentarme dignamente delante de la comunidad de quién soy parte, y permanecer listo para cuando el Señor me llame a su presencia".Por: Gvillermo Delgado OP
Fotos: jgda (Antiguo convento del Monasterio de la Santa Espina, Castilla).
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