Al Tío Chilano Delgado
En el día de su partida definitiva
De la estación
hacia el campo de concentración
Por las ventanas diviso
mi estatura de pájaro
y las paredes de piel.
y las paredes de piel.
Voy soportando el aliento grisáceo de las fábricas
que desgastan los engranajes de los
nervios
envejeciendo los párpados de las miradas
para prolongar el silencio de los
panteones.
A esta hora que voy hacia ese campo,
la luz huye a otras campiñas,
me envuelvo de sombras
calladas.
En esta cúspide triste
hago la venia a la noche
entre sollozos de estrellas...
(Mientras avanzo lentamente a mi punto,
despierto en el vagón de mi última
estación...)
y aunque descubro clorofila en
mis venas,
la tristeza es comején
de mi corazón de árbol madrecacao.
jgda
Fotos: Mimita Aragón
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