¿De
dónde vienes? ¿Cuál es tu origen más lejano? ¿Cuáles han sido las tareas que
han ocupado tu tiempo sagrado? Nos ha sido dado cada trozo de tiempo, medido
con mucha sutileza, para realizar la noble tarea que sólo uno mismo puede
hacer: volver a refundarse. Eso es,
volver a mirar con atención, evocar desde la memoria más próxima o remota lo
que hemos sido (esa es la anamnesis
de los judíos y la gnosis de los
griegos). Volver a los orígenes.
De
modo más radical o profundo, volverse a Dios es no olvidar nunca aquello por lo
que ahora somos, con el fin de configurarnos mejor en personas, para no perder
nunca el sueño de ser para Dios y para los demás. Nos hacemos para los amigos,
la familia, o para aquellas personas que nunca escogimos, Dios las escogió de
manera preferente para que cada uno viva felizmente la vida. Y eso no puede
hacerse de cualquier manera. Necesitamos continuamente volvernos a reunir con
Dios.
Por: Gvillermo D.
Arte: prestado
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