Viendo "Posts antiguos"

EL DIOS VERDADERO

El Dios verdadero está en el silencio, en la palabra que nunca se dice.
  ¿Para qué pueden servir las instituciones y las personas, aunque construyan casas para Dios, si se estancan en concepciones absurdas? Deben cambiar. Sin esa exigencia, es imposible que su dios (con minúsculas) se haga presente y salve. Aunque digan palabras "bellas" en sus cultos y ritos. El Dios Verdadero (con mayúscula), no compite con dioses y sus promotores. Lo verdadero es lo contrario a lo falso e idolátrico.
La idolatría amparada en dioses falsos es reconocida por las acciones malas que parecen buenas, por el odio disfrazado de buenas intenciones, por la aniquilación de la persona para apartarla del camino y hacerse con el poder; justifica la lujuria a cambio de ofrecer bendiciones. La idolatría es reconocida en la gente que promueve a los demonios [sin disimulo], viste como ángeles medievales [con disimulo], vuelan a media altura y deambulan por las noches al acecho de nuevas aventuras orgiásticas [cuando nadie los ve]. La idolatría tiene sus "fieles". Se ve en quienes a veces leen "las sagradas escrituras" y las lleva consigo para elaborar sus apologías.
El verdadero Dios, en cambio es siempre nuevo, totalmente presente. Totalmente otro. Impronunciable e imprevisible. Porque es todo y nada a la vez. Camina con quienes aman. Está en el silencio, en la palabra que nunca se dice. El verdadero Dios raya el amanecer con su dedo luminoso. Habita el corazón sincero de los limpios de corazón. De quienes, quizá no siempre vayan a Misa, ni se confiesen los domingos. Los limpios de corazón simplemente transparentan lo auténtico, lo divino, porque habitan el corazón de Dios. Son habitado por Dios. No se visten de nada, son revestidos de luz.
Por: Gvillermo D.
Foto: Miriam Aragón (Mimita).

jueves, 9 de julio de 2015

LA MATERNIDAD

Ser madre es poner al descubierto un gran Amor. Esa cualidad embellece a la mujer en toda su existencia, no sólo desde aquel día en que se convierte en mamá.

La maternidad es un misterio dado a conocer en ellas, porque así es como Dios descifra sus palabras. 

Quiero decir que, la mujer es la mejor interpretación de una palabra de Amor. Quien al convertirse en madre, entonces, el amor deja de ser una palabra simple, y toma forma en la energía que mueve el universo de quienes acompaña en el paso por este mundo. Por eso, las madres, siempre nos sorprenden en el amor a los hijos.

Y es que todos somos hijos, pero no todos madre o padre. En cualquiera que sea nuestra condición, la madre es el vínculo del origen, el árbol del paraíso, porque es la sombra preferida de Dios para dialogar con sus hijos. Ella es la semilla germinada, en quien se transfiere el anhelo de Dios para perfeccionar su obra creadora.


Con justicia afirmamos que: 


1. Cada niña y niño al nacer trae un mensaje de buenas noticias al mundo, pues, trae los secretos de la divinidad que da origen a la vida.


2. Cada criatura humana trae un mensaje en sus manitas apretadas, mostrando así, que permanece unida a su padre-creador, quién quiso, en ella, enviarnos su misma imagen de Dios.


Sólo con los días, después de nacer, el niño y la niña, va soltando las manos poco a poco. Las abre con la esperanza de volver a empuñarlas el día en que atrape de modo definitivo aquello que aparentemente perdió al nacer; que en cierto modo renovará, después de todo, cuando se convierta en Madre o tome conciencia de su condición de hijo o hija.

Así, la obra de Dios se recrea en el movimiento del perfeccionamiento. Será la madre ese universo donde se seguirán escribiendo las mejores cosas, porque lleva la gracia del amor divino.

Por consiguiente, la madre es siempre para sus hijos el mismo paraíso fundado en su casa, donde Dios habita.


El paraíso perdido sólo tiene lugar en el desierto de la humanidad estéril.


Mientras hayas madres habrá paraíso terrenal trazado con camino infinito.


Por: Guillermo Delgado OP

Foto: jgda




viernes, 10 de abril de 2015

LA RESURRECCIÓN ES

Somos luz en expansión, luz que viene del cenit original de la vida
La resurrección es la vida perdurable actualizada en las personas de buena voluntad, que movidas por el Espíritu divino, luchan en todo momento para que la voluntad de Dios sea posible en la obra creadora.
La resurrección es luz expandida en las personas creyentes que se toman en serio aquello de “ser hermanos” y viven para lo eterno. Dios pasa por sus caminos, o permanece en ellos. De las personas de este talante, decimos lo mismo que se dijo de Jesús: “que pasó haciendo el bien y sanando a cuantos estaban dominados por el diablo, porque Dios estaba con Él” (Hch.10, 38).
La resurrección es vivir iluminando todos los caminos.
La resurrección tiene que ver con el cómo Dios que nos envuelve y nos quema desde dentro dándonos capacidades para cooperar en sus iniciativas.
La resurrección es el impulso del Espíritu que mueve toda la creación a su plenitud como luz en permanente expansión.
La resurrección es la capacidad poderosa de convertirnos en lo que creemos. Es ser lo que decimos que somos.

 Por: Guillermo D.
Foto arte: prestado de MBB


domingo, 5 de abril de 2015

El Edén


Todos venimos de un sueño. Que no es un lugar imaginado fruto de la fantasía. No.

Sólo recuerda, cuando el Señor hizo caer en sueño profundo a Adán. Empezó toda la historia de lo humano. Desde entonces buscamos habitar el mundo de las personas no a las personas. Se equivoca quien se mueve al revés. Ese mundo no está en el pasado o en el futuro. Está en lo profundo del sueño.

Todos deseamos entrar al sueño  profundo para conocer el secreto misterioso de lo que el Señor le dijo a Adán aquella vez, pudo ser de noche o de día, eso no importa, interesa conquistar el mundo, el Edén que edificó en él.

En fin. Lo único que buscamos es llegar a Dios, desde el sueño. Porque de ahí venimos.

¿Te parece poco?



Por: Gvillermo
Foto: prestada
domingo, 15 de marzo de 2015

La paz


Hablando de las personas que promueven la Paz



Transmiten  paz las personas con una rica vida interior
con válidos referentes morales, 
con actitudes y estilos de vida apropiados al amor.

La persona hecha paz, lleva la paz. 
Provoca pensamientos de paz.
Contagia paz, deja estelas de ternura por donde pasa.
Y crea alrededor de sí  una atmósfera de respeto, 
honestidad y cordialidad.

En el medio humano, al menos en el que yo vivo,
se hace necesario enseñar a las personas  a amarse,
a educarse en la paz, a vivir con benevolencia,
 más que con simple tolerancia.

Hay que decir no a la venganza, reconocer las propias culpas,
aceptar las disculpas sin exigirlas, 
perdonar de modo que las ofensas nos permitan avanzar hacia la reconciliación.

En la atmósfera donde vivo, deambulan las palabras de desecho
mezcladas con palabras creadoras. 
Ahí, veo rostros curtidos de desvergüenza a la par de imágenes santas.
Donde yo vivo, extraigo la paz de entre la gente y regreso al silencio. 
Donde yo vivo, a veces veo pasar la paz muy cerca...
Con aquella bocanada de frescura te transmito mi pensamiento.

Quiero decir con esto que 
Quien comunica paz, antes se ha reconciliado, 
dando y recibiendo el perdón. 
Porque el mal se vence sólo a fuerza de bien.

Confieso que a veces me he disgustado,
y de repente, la paz me atrapa otra vez.
Mi bandera está pintado  de alegría
con tonalidades de misericordia
que no pinté yo, la recibí, tal cual, como regalo de nacimiento.

He crecido al lado de gente tan buena como vos, que llegaste leyendo hasta aquí
de quienes he aprendido  que nuestra paz implica acción, compasión, solidaridad, valentía y perseverancia.

En este contexto hay que luchar, y fortalecer nuestra interioridad para ser instrumentos de paz, para llevar el auténtico amor, donde hay gente odiando por oficio,  llevar perdón donde hay ofensa, verdadera fe don hay gente que ha puesto en duda las razones más auténticas del ser humano y de Dios.

Por: Fr. Gvillermo D.
Fotos: prestada
viernes, 13 de marzo de 2015

Un consejo


No te distraigas mirando el dedo que señala. 
Puede ser que a ti señale. 
Fíjate en la meta señalada. 
Que puedes ser tu misma/o. 

Muévete por razones y la justicia, 
no por los quejidos fatuos de las bestias depredadoras.
Los lobos nocturnos se adueñan de los caminos.
E intimidan, interceptan tu paso en pleno día. 

Cuida que el miedo se apodere de ti.
El miedo trae odio y el odio la muerte. 
Por tu parte, déjate guiar por lo razonable. 

No olvides nunca, 
que el amor es mas poderoso y racional, 
y finalmente triunfa
 aunque a veces pase por quebradas oscuras,
 inclusive por la Cruz.

El amor siempre te espera al final del camino, 
porque nunca te abandonó mientras avanzabas.

Por: Gvillermo D.
Foto: Prestada de Sinthya Aku.
miércoles, 11 de marzo de 2015

Prójimo de sí mismo




Ocurre que a aveces nos despertamos siendo prójimos de sí mismos. Cosa extraña. Al parecer alcanzamos una estatura que nos supera, que antes no teníamos. Como si hubiéramos escalado desde nuestras raíces hacia lo más alto de la dignidad.

Y desde esa tribuna  nos  atrevemos a decir,

Escuchen Todos:
Te conviertes en lo que crees si miras claramente la energía del «grial» que moviliza el "sueño del hombre despierto". Entonces, más que mirar, te haces vidente, y evidente ante la gente... Sólo intentas mirar.  En esa imagen, en esa semejanza de tu alter ego te convertirás en lo que amas y en lo que esperas.
 Amarse a uno mismo es
  1. Sacar lo mejor  de sí, sabiendo que lo mejor se vierte por la vía de aquellas personas que amas de modo auténtico, porque son lo mejor de ti mismo. 
  2. Poner toda tu confianza en lo que amas. 
  3. Vaciarse de lo "oscuro" y absurdo para ser llenado de luz.
  4. Es ser sostenido por lo que crees, por lo que luchas, por lo que has llegado a ser.
  5. Es aprender a decir no a lo que tiene que ser no, aunque duela en el alma.
  6. Abrirse al misterio del amor eterno visible en el tiempo.
  7. Decir sí a lo que a veces es opaco, que sólo se esclarece en el horizonte del camino.
  8. Es caminar con dignidad. Con el único reproche de ser amado.
  9. Es atender la voz más sublime, que nunca se pronuncia.
  10. Es irse lejos para mirar a la distancia los colores del verdadero amor.
Por: Gvillermo D.
Foto: prestada.
jueves, 5 de marzo de 2015

LA PASIÓN DEL SEÑOR

Consideremos al “Varón de dolores” del que nos habla el profeta Isaías (Is 52, 13-53,12). Quien tiene semblante desfigurado. En él se da a conocer lo que nunca podía ser imaginado. Él creció como raíz en el desierto, despreciado, habituado al sufrimiento; soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores. Por lo mismo, se convirtió como quien tiene “parte entre los grandes”. Es nuestro Señor.
Extrañamente nosotros buscamos ayuda en ese “Varón de dolores” (Hb 4, 14-16; 5,7-9). En su gracia alcanzamos lo que buscamos. Él aprendió a obedecer padeciendo, y se convirtió en causa de salvación. ¿A caso no estamos incluidos en su programa de redentor?
Según el evangelista San Juan el día de la pasión del Señor (Jn 18, 1-19, 42), todo había llegado a su término. El momento culmen es visualizado cuando agotado, casi vencido, dijo: tengo sed. Le dieron vinagre. Pero soportó hasta el final, diciendo: todo está cumplido. Luego le vino la muerte y le dieron sepultura. Movido por el gran amor, llegó al límite de abandonarse totalmente a la suerte de la muerte, sabiendo que el amor auténtico nunca enmudece en el “aparente abandono”. El verdadero amor se caracteriza por ser confiado y radical, hace esperar aunque soporte la entera soledad y se sumerja en la noche oscura de la tristeza. O, simplemente, aquello no es amor. El gran amor se abandona y por lo mismo se perfecciona en esa entrega confiada. La pasión del Señor  es la muestra más grande de cómo vivir el amor apasionadamente.

Por: fr. Guillermo D.
Foto: jgda
miércoles, 18 de febrero de 2015

La Nueva Alianza



Según nos cuenta San Pablo, la noche del Señor (1Cor 11, 23-26) es aquella cena de pascua en la que él participó y ofreció su propia vida, dejando atrás para siempre los años severos de la opresión del pueblo. Esa comida ya no consiste sólo en ofrecer el cordero, como una cena más, sino en ofrecerse él mismo como el Cordero de Dios, expresados en el Pan y el vino. A partir de entonces esta es la Nueva Alianza: alimento que nos fortalece mientras esperamos  su retorno definitivo.

La entrega de la vida del Maestro “por los amigos”, es la más grande indicación del amor extremo (Jn 13, 1-15) que acontece en el momento oportuno, “llegada la hora”. O sea, al reunirse los amigos para contemplarse cara a cara, y celebra la vida en una Cena. Sin embargo, también esa es la hora del gran tentador, que se filtra entre “los de confianza”: ataca desde el centro, entró en corazón de Judas”, para combatir desde dentro. El Maestro, puede más, henchido de amor “lavó los pies a los discípulos”, porque “el amor siempre encuentra su camino” (Ana Frank). 

Cuando el amor se impone, "el infiltrado" se asfixia atosigado de odio. 

Los amigos se fortalecen para siempre en el Vino exquisito y el Pan sabroso que perdura haciendo fuertes los vínculos de Alianza.

Por: Guillermo D.
Arte: Prestado.
martes, 17 de febrero de 2015

Somos para la amistad


¿De dónde vienes? ¿Cuál es tu origen más lejano? ¿Cuáles han sido las tareas que han ocupado tu tiempo sagrado? Nos ha sido dado cada trozo de tiempo, medido con mucha sutileza, para realizar la noble tarea que sólo uno mismo puede hacer: volver a refundarse. Eso es, volver a mirar con atención, evocar desde la memoria más próxima o remota lo que hemos sido (esa es la anamnesis de los judíos y la gnosis de los griegos). Volver a los orígenes.

De modo más radical o profundo, volverse a Dios es no olvidar nunca aquello por lo que ahora somos, con el fin de configurarnos mejor en personas, para no perder nunca el sueño de ser para Dios y para los demás. Nos hacemos para los amigos, la familia, o para aquellas personas que nunca escogimos, Dios las escogió de manera preferente para que cada uno viva felizmente la vida. Y eso no puede hacerse de cualquier manera. Necesitamos continuamente volvernos a reunir con Dios.

Por: Gvillermo D.
Arte: prestado
sábado, 7 de febrero de 2015