Por Gvillermo Delgado OP
La
puntualidad es la acción que hace del tiempo un valor y de la vida el
movimiento orientado a la conquista de grandes cosas, solo quien lo comprende y práctica lo alcanza y disfruta.
La
puntualidad trae consigo quietud, seguridad, confianza en uno mismo, hace creíble
la palabra, origina el «movimiento de las cosas», porque hace de la voluntad humana
un «alma grande», en tanto capacidad de realizar los sueños.
Pequeños dioses del tiempo
Las personas
de «alma grande» infunden confianza, trazan sueños hacia otros mundos posibles,
pues son como pequeños dioses del tiempo.
Para ellos, el
tiempo es un valor porque enmarca la vida desde su inicio hasta su final. Al saber
que la vida no sólo puede existir ahí, la revaloran constantemente para alcanzar
todo lo que se proponen, y perdurar más allá de esos límites.
Al asegurar que Dios crea el tiempo, al mundo y el uso de todo lo creado, ellos se convierten «pequeños dioses» que se realizan, transforman la naturaleza para su
bien, se plantan en el podio del éxito, y hacen del tránsito leve por este mundo,
algo más que una huella imborrable, porque en aquello que transforman edifican los
trazos de su propia perfección.
El uso indebido del tiempo
La puntualidad
como valor marca el tiempo y la vida, define a cada una de las personas. En ese
orden de cosas, cualquier anarquismo, en tanto desobediencia a las normas, es
la indebida actuación sobre aquello que nadie en este mundo es capaz de crear o
producir, como la vida y el tiempo. Por lo mismo el uso indebido del tiempo
convierte a las personas en dioses prepotentes y autoritarios.
Cuando una
persona «presume omnipotencia» se convierte en un ser malvado y curvado, inclinado al vacío
abismal de sus acciones; extraviado, sólo puede ser alguien inútil en el trato,
limitado de mente, sordo al conocimiento y a los latidos del corazón, pues, limitado
a su propio vacío se priva de disfrutar del ritmo de la vida que transciende su
pequeño mundo.
La puntualidad para hacer cosas grandes
Quienes
existimos en el límite del tiempo y la vida, sabemos que no nos queda otra cosa
que ser puntuales, porque ahí encontramos el único regalo para hacer de cada
instante de tiempo un mosaico de realizaciones.
Quien, además
comprende esto hace cosas grandes, pues, se deja llevar por los impulsos
internos del alma, y hacia fuera, se expresa con tolerancia y respeto, afabilidad
y ternura.
Esas son las
personas exitosas en todo aquello que emprenden, ya que con su trabajo
construyen la comunidad humana; o sea, sirviéndose a sí mismos aman a quienes
ni siquiera conocen.
Estas son las
personas prestigiosas que caminan por las aceras de las ciudades, pues, saben
que nacieron en una hora puntual y que volverán a su punto de origen del mismo
modo; y para no ser sorprendidos por la muerte, viven haciendo que todo dependa
de ellos, mientras ellos no dependen de nada. Son libres en el tiempo, viven
cada instante en puntualidad.
La puntualidad es algo sumamente importante, demuestra lo importante que es una actividad. Lamentablemente en la actualidad pareciera el más grande error de una persona, pues quien la practica se arriesga a ser visto como un anticuado, sinembargo debe ser altamente valorada y evidenciar, en cada acción, que se posee ya que nunca pasará de moda y es sinónimo de respeto para sí mismo y los otros.
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