Viendo "Posts antiguos"
Vivir la Vida
Por no pensar en la muerte esta no dejará de llegar. Todos avanzamos con ella a cualquier dirección que nos dirijamos.
Cada instante vivido, al que llamamos pasado, en realidad son trozos la muerte. Un segundo vivido no retorna nunca, tampoco regresamos donde un día estuvimos.
El silencio se impondrá como el viento huracanado en la montaña. Ausentes. Seremos el olvido para quienes avanzan en sus prisas. Entonces, todo en este mundo habrá terminado. Todo.
La resurrección de Jesús sólo se comprende a la sombra de la Cruz. La ternura de una mujer aparece asombrosamente el día que se convirtió en Madre. Pero tuvo que morir a la frescura de la soltería.
De la muerte nadie tiene control, solo la vida. Dios. En todo caso tomar control de la muerte es tomar control de la vida. Tener conciencia de esa realidad es vivir la vida feliz.
Por: Fr. Gvillermo Delgado O.P.
Celebremos la Navidad
En los tiempos ancestrales o primordiales se crearon los símbolos. Por ejemplo, durante la navidad prevalecen símbolos como: de luz, de follaje, de la familia, y de todo lo referente a lo nuevo o recién nacido. Con razón, en esas fechas, nos re-vestimos con ropa nueva, como quien renueva su piel. Y lucimos renovados por dentro y por fuera. Por ser este el único modo de experimentar lo que sentimos en las profundidades de la propia existencia. Y para afrontar con realismo aquello que ya está cambiando en nosotros; a todo cambio que ya se impuso, y no nos hemos querido dar cuenta; por ejemplo, el hecho de no aceptar las enfermedades o la propia vejez.
El símbolo no sólo representa el nacimiento del Hijo de Dios sino también a nosotros mismos. Por eso, el símbolo es capaz de despertar sentimientos, lanzarnos a lo más recóndito del pasado, o a la profundo del propio inconsciente; y, al mismo tiempo desata la imaginación en base a lo que somos capaces de construir en lo venidero. Pues es lo único que nos queda. El resto depende del Dios en quien creemos. No hay más.
Lo cierto es que, cuando ese acontecimiento simbolizado une el tiempo pretérito infinito y el advenimiento de todas las cosas, transforma las mentalidades y los afectos, ya que permite imaginar el futuro y visualizarnos re-novados.
Por eso, esas fechas cobran actualidad año tras año. Porque lo queramos o no, ya no somos lo mismo que hace 12 meses. Se nos acorta la vida y los significados del tiempo, de los espacios y de las relaciones humanas y de Dios. Ahora la existencia tiene un nuevo candor, color e importancia.
En esa claridad intercambiamos regalos, nos abrazamos, deseamos buenas cosas para unos y otros, antes que llegue la penumbra. Es el instante para soñar el mundo que merecemos vivir, es el cuándo la vida es interpretada y renovada como las hojas de la higuera.
Gracias al festejo el devenir vendrá y superará las dificultades, reparará las fuerzas debilitadas; de tal modo, el festejo hace de la esperanza la materia prima de lo que se espera, y la razón del por qué luchar en el momento presente.
INTERROGATORIO
¿para dónde va?
Si el espacio cambia
¿de dónde viene?
¿Qué es el presente?
El presente
son todos los colores,
las formas,
la música,
y el viento,
de tu sonrisa.
Yo.
Y, ¿El futuro qué es?
El futuro serán siempre
los olores,
el firmamento en penumbra
detenido en el humito gris
de una taza de café
de la finca Miranda
del Volcán de San Salvador
en noviembre.
El futuro
soy yo
mirándote
en el azul lejano
del cerro Guazapa.
Por: Gvillermo Delgado
Foto: jgda
LA IRRESPONSABILIDAD
Estrella de la Mañana
Si Dios es la esperanza de los abatidos, María es la estrella mañanera que en su dulce mirada traduce nuestras fatigas y frustraciones en la paciencia que hace llegar más temprano que tarde aquello que esperamos. Porque ella es el lucero matinal que los antiguos mayas contemplaban en la espera del nuevo día. Pues, ese día ha llegado para todos los creyentes. Los creyentes ya vivimos en la aurora permanente, antes contemplada en el lucero matinal, que es Nuestra Señora y Virgen del Rosario de la Verapaz.
Las causas
Boceto de poema para un enamorado que anhela casarse en la madrugada de un sábado santo |
Los hombres de ciencia buscan las causas de tus ocupaciones…
Cada vez que vuelves de tus oficios me recuerdas la revolución industrial ya que donde te posas dejas un mojón de sombras fértiles.
Y es que tú eres esa cosa bella que define las causas y las tareas que ocupa a toda persona.
También eres la madrugada que se prolonga hacia el final de otro amanecer donde nunca falta la esperanza para este país de incertidumbres.
Por mi parte, creo tener las razones de mis búsquedas.
el Paraíso terrenal
Por: Gvillermo Delgado Acosta OP
Las crisis señalan la urgencia de lo que “debe” ser cambiado: ¿Cómo cambiar? ¿Hacia donde impulsar los cambios requeridos?
Para cambiar hay
que tomar decisiones. Estas sólo se hacen en el margen de la libertad, con responsabilidad incluida. Un buen ejercicio para decidir en libertad es
anticiparse a asumir la responsabilidad de cualquier acción.
Dios al crear la
persona la hizo despertándola de un sueño. De ahí nace el diálogo de Adán y Eva
con Dios.
Si con el tiempo hubo rupturas y desacuerdos entre Dios y las personas creadas, hadio porque el hombre y la mujer creyeron que se bastaban así mismos. La libertad dejó de ser libertad parqa dar paso al pecado. El pecado es consecuencia de haber sacado a Dios de las relaciones de libertad. Siendo la irresponsabilidad el rostro negado de lo divino.
Por tal razón,
el sueño es aquello que perdura en el tiempo mientras vivimos. Y la libertad es
el derecho de tender a ese sueño del que un día fuimos despertados (que después
negamos). Ese es el sueño de la realización o felicidad, que, de no materializarse
de día en día en el tiempo, sólo será una fantasía infantil.
El sueño de la
felicidad se realiza ahora mismo, para que a cada impulso hacia adelante la persona se mejore cada vez más y más.
Aparece así el
amor como la fuerza que moviliza las decisiones hacia ese mundo feliz. El mundo
feliz es la materialización del beso de la justicia y la Paz (Salmo 85,10).
Simbólicamente es el paraíso terrenal donde habita Dios, del que un día nos
extraviamos.
La realización de
todo sueño humano sólo es posible por la fuerza misteriosa del amor. El beso es
el mar donde se funde toda la fuerza humana con la divina. Es el choque de
las miradas del cielo con la tierra, que florece en el paraíso que cada persona
construye al ejercer su derecho de libertad.
Decir que el amor
es la fuerza que nos mueve a la construcción del paraíso es sólo una constatación
que ha nacido de las acciones libres y responsables gracias a ese anhelo
permanente de ser más.
Envuelto en el
misterio, la persona sólo puede definirse como quien está enteramente insatisfecho
hasta no verse abrazado por lo divino. Mientras aquello acontece, se abraza y
realiza en las pequeñas cosas que puede construir en las relaciones humanas.
Eso explica porqué ama a las otras personas.
Quien ama se impulsa
en la dirección del único y definitivo amor.
Siendo que el definitivo
amor es el sueño del paraíso, la experiencia del amor humano siempre será
limitado e imperfecto. Pero esa es la única manera con el cual nos vemos
impulsados hacia al gran amor. No hay otro camino.
Mientras vivimos
en este mundo no nos queda nada más que construir el paraíso terrenal en nuestro
propio jardín, en aras de alcanzar el paraíso definitivo del abrazo con lo
divino.
Si lo que aquí experimentamos
es un ensayo de lo que seremos, el amor que aquí tributamos no puede dejar de
ser, en cierto modo, divino.