Viendo "Posts antiguos"

Somos para la amistad


¿De dónde vienes? ¿Cuál es tu origen más lejano? ¿Cuáles han sido las tareas que han ocupado tu tiempo sagrado? Nos ha sido dado cada trozo de tiempo, medido con mucha sutileza, para realizar la noble tarea que sólo uno mismo puede hacer: volver a refundarse. Eso es, volver a mirar con atención, evocar desde la memoria más próxima o remota lo que hemos sido (esa es la anamnesis de los judíos y la gnosis de los griegos). Volver a los orígenes.

De modo más radical o profundo, volverse a Dios es no olvidar nunca aquello por lo que ahora somos, con el fin de configurarnos mejor en personas, para no perder nunca el sueño de ser para Dios y para los demás. Nos hacemos para los amigos, la familia, o para aquellas personas que nunca escogimos, Dios las escogió de manera preferente para que cada uno viva felizmente la vida. Y eso no puede hacerse de cualquier manera. Necesitamos continuamente volvernos a reunir con Dios.

Por: Gvillermo D.
Arte: prestado
sábado, 7 de febrero de 2015

íntimo Amor



Dios que te llamó a la vida en el íntimo amor,
te renueva cada vez que te convoca
para que te vayas con él, y descanses en él.
Muchos te hemos visto perderte al final del camino,
y te hemos seguido con entera confianza,
porque en vos hemos reconocido al que te llamó.
Has desembarcado con el Maestro,
con él también te has puesto a enseñarnos
y te hemos reconocido.

Has logrado que también seamos amigos o amigas de Dios.

Por: MI, MM & JG
Con motivo del cumpleaños de Odessa

El Gran Amor


El amor se engrandece cuando busca el bien del amado. El Gran Amor ofrece y entrega lo mejor, que está en sus posibilidades. Si considera que lo mejor de este mundo está en su corazón, simplemente da su corazón.
Lo grandioso está en que al "dar el corazón" a una persona lo está entregando a muchos.
Jesús permitió que sus amigos habitaran su corazón, para que muchos entraran "a su casa". Él amplió su alma para abrazar a todo lo humano con su sombra divina. Decía:
«Vengan a mí todos los que están fatigados y sobrecargados, y yo les daré descanso. Tomen sobre ustedes mi yugo, y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallarán descanso para sus almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera» (Mt 11, 28-30). 
Del mismo modo cuando Jesús dijo que él es la Verdad, se dedicó a poner las bases para que las personas nos uniéramos a él.
Una vez creado el vínculo, la persona examina su propia vida delante de ésa imagen verdadera, del cual es semejante. Ahí está el Gran Amor.
«He aquí, que yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo» (Ap 3, 20).
La persona que se examina delante del Gran Amor, ella misma se convierte en el Amor, se hace «punto de referencia para» que otras tantas personas examinen su propia vida.


Por: Gvillermo D Acosta, OP
Arte: Prestado de Web

Amigos de Dios

H

Las personas que caminan en la plaza pública por la mañana -quienes dialogan todo el día o descansan con Dios cuando cae la tarde- son reconocidos por las personas como si fueran Dios mismo. La gente mira a Dios en los amigos de Dios.

¿Cómo ser reconocidos en la multitud como amigos de Dios?
Si vamos a un estando y buscamos con la mirada a una persona entre la multitud, al encontrarla las demás personas parecieran no existir; existe sólo la persona buscada. Todas las luces se apagan para los demás e iluminan a la persona que he hemos encontrado. Porque esa persona encontrada es la amada, ella es el vínculo inmediato de La Gran Amistad.
Quien ama hace de su mirada una fuerza centrípeta que le arrastra con toda su alma y todo su ser hacia ese centro inevitable donde parece acontecer «todo».
 Lo divino es reconocido en lo humano cuando un corazón está dirigido a otro corazón.
Si somos amigos de Dios no existe juicio alguno que se imponga sobre el verdadero amor, dado que el amor es uno -es divino-. Los amigos de Dios gozan del privilegio de ser elegidos, ellos nunca buscan a nadie en plena plaza pública, ellos son encontrados primero.

Por: fr. Gvillermo D.
Foto: jgda (estanque de una aldea en Cahabon).

VERDAD CONCRETA

 

Por: Gvillermo Delgado OP


En más de una oportunidad he afirmado: Me engrandece la no-verdad que alguna persona pueda desprender de mis palabras.


Quienes mienten desconocen el cimiento de la verdad. Como dijo Sócrates de quienes actúan mal: son  inocentes, por ser ignorantes. En lugar de castigarles hay que educarlos en la virtud.


Caer en halagos puede ser peligroso. Las adulaciones son arena movediza. Estacionarse en ellas es perder el horizonte de lo lo bello y lo bueno. 


Esa es mi verdad concreta, que puede ser falseada, pero nunca erradicada. 


Puedo decir con fervor: puedes no aceptar mi verdad. No cambia nada. De no hacerlo, yo seguiré donde siempre he estado.


Lo que hace la diferencia entre usted y yo es que usted se ha perdido la oportunidad de ser una persona verdadera; se ha privado de estacionarte conmigo aquí  donde el bien se toca con las propias manos; la belleza se mira en todo y está determinada por la libertad. Aquí donde pasa Dios.


Yo que soy palabra pronunciada, palabra hecha, a la manera de hechos y palabras. Permanezco en la verdad concreta. Que lo diga la realidad, o yo también miento.

martes, 27 de enero de 2015

El Perdón


 Sólo quien es amado ama y puede perdonar. Sólo quien es perdonado es capaz de amar.
 Por: Gvillermo D.
Pintura:  Fray Angélico.

LA VIDA NUEVA

A: Mis amistades de siempre. Las de hoy, esas que viven mi eterna metamorfosis. O sea, vos.
La persona que ama sabe que debe cambiar, de modo permanente. Realmente sólo cambia o se convierte quien experimenta el amor. Si no amas cambiar será una tarea dolorosa. Si amas, cambiar es materia necesaria. La persona que se siente amada se avoca radicalmente hacia la otra persona para amarla. Luego, quien se siente amado o amada, ama como una acción permanente que le define todo su sentido de ser, y su hacer; modifica o da sentido hasta a los movimiento más pequeños como vestirse, ir, venir, cantar, hacer uso de las cosas. Le da sentido a lo que parece no tenerlo, las moqueras de la mañana pueden definirte con alegría, ponerte en marcha en horas de tráfico te hace sentirte unido a los demás, eres capaz hasta de contemplar y hacer versos de tu ombligo. Pero hay que apartarse del mal, descubrir que el pecado, como fruto del mal, es una falta contra la razón, la verdad, la conciencia recta. Es faltar al amor verdadero para con Dios y para con la persona humana que pretende cuidar; a causa de un apego perverso de ciertos bienes, hiere y atenta contra la naturaleza humana (CEC, 1847).
  


La urgencia de cambiar es un movimiento, una fuerza, dirigida hacia alguien concreto. Es posarse delante de quien la persona debe cambiar, es volverse a lo más auténtico del encuentro de ambos, es apartarse de todo aquello que mueva al engaño, la incoherencia, la desconfianza, la deshonestidad, es apartarse de todo aquello que los margine del amor puro. Cambiar o convertirse es una reorientación fundamental de la voluntad humana hacia Dios y desde ahí sentir lo humano de Dios en la otra persona. De ese modo es convertirse en Dios mismo. Es experimentar el amor de Dios en el amor en la persona, y con ello apostar por una vida renovada. Eso es la vida nueva.


Por: Gvillermo D.
Arte: prestado

El sueño de eternidad


La persona humana no tolera la mediocridad, la imperfección ni la muerte; por ser estós, estados del alma que no se acoplan a su sueño de eternidad. Según mi entender, la explicación es sencilla. Cada persona, al examinar ·su corazón sabe que está diseñada con un dinamismo infinito y cuando se distrae fuera de ese horizonte encuentra inmediatamente frustración. O sea que la personas no puede estar fuera de aquello que le es propio; aún cuando éstas sean aquellas cosas que intencionalmente busca provocándole satisfacciones momentáneas. Aconteciendo esto, la persona expresa las mismas palabras que el cantor, después del gusto, el disgusto .
De ahí Que al experimentar esa desazón no puede dejarse hundir en el abismo de la confusión, sino al contrario, intenta cada vez más reivindicarse, apostando por si mismo. Sabe que siempre encontrará, en su examen honesto, la ruta adecuada por donde transitar ahora mismo. Pues en el fondo del abismo, de la confusión, del sinsentido, de la muerte, del dolor y del abandono, existe siempre la un germen en penumbra que se adecua a la chispa divina, que le muestra la esperanza incomprensible. Entonces, entiende que no Puede reducirse al desamparo aparente de Dios, dado que Dios está ahí ​​donde ni siquiera imagina que pueda estar. E intuye que no está hecho para el estacionamiento sino para avanzar en la dirección del sueño eterno. 

Esta ha de ser la razón por lo que la definición de lo humano nunca falta la fascinación que subyace en la búsqueda y el avanzar hacia lo más grande que él,: más aún, en el contemplarse en la belleza que tantas veces se ve reflejada en lo que ama. Así ese dinamismo lo engrandece, lo conforta, lo diviniza.  Pues es lo que le sostiene en la insatisfacción permanente de querer ser más, de llegar mas lejos, de inmortalizarse, de alcanzar el sueño más grande.

Por: Gvillermo D.
Foto arte: Prestado


miércoles, 21 de enero de 2015