Viendo "Posts antiguos"
AMAR EN LIBERTAD
Para eso le ha servido la libertad. O sea, el amor libera y ata, y la libertad busca al amor en aquello que lo realiza. Misteriosamente el amor y la libertad no pueden ser sino fundiéndose el uno con el otro: el “tú con el yo”, para dar lugar al “nosotros”.
LA IDENTIDAD Y EL SER AUTÉNTICO
De Gvillermo Delgado OP
Arte: [en línea]
LA ESPERANZA HUMANA
LA ESPERANZA HUMANA
Guillermo Delgado OP
La frustración pone al descubierto lo susceptible que es la persona a todos los males y a todos los bienes.Paradójicamente, en los días felices, la libertad se define como la posibilidad de abrirse al mal, lejos de toda conciencia; hasta que esta empieza a morder y a despedazar lo más sensible del alma.
«Listening to the wind of change… The future in the air… Blowing with the wind of change».
Este lugar presente sólo puede serlo la persona humana: ella es el terreno fértil desde dónde toda religión, toda ética, todo el arte, todo el pasado y toda realización adquiere vitalidad.
Asumida la esperanza en el aquí y ahora, al llegar la tribulación como la alegría, sitúan lo humano en la profundo y lo más alto. Sabiendo que entre la frustración y los anhelos está la razón del tiempo que pasa y del espacio que habita. No en el vacío sino en la espera confiada de algo mayor. Lo mejor siempre está por manifestarse.
Un Haz de Luz
que se desprende de su fuente
es la vida mía.
Con la única diferencia
que la luz difuminada
no regresa nunca a su fuente,
se diluye en el camino del infinito,
o en el fondo de la duda.
La vida mía, en cambio,
al igual que la tuya,
sí retorna a su fuente.
Y es certeza.
De José G. Delgado OP
Foto: jgda
AMAR AL PRÓJIMO
Por: Gvillermo Delgado, OP
Foto: jgda
Existe en un dileme infranqueable en el ser humano que consiste en el anhelo de una persona
adulta por volver a ser como niño y la de un niño por llegar a ser como un adulto.
La explicación que cada quien se hace con este realidad frustrante tiene que ver con que nada puede ser saciado de una vez para siempre. Trantándose de como se define cada quien, teambién, es facil saber que el fundamento de sí mismo se aparece en el modo en que las otras personas nos ven y nos asumen y al mismo tiempo en el modo como en que uno mismo se mira y afronta la vida.
Eso explica en parte que, añorar lo otro (o a la otra persona) es reafirmar lo propio. Porque nadie existe sin estar
referido a a alguien o a algo y al mismo
tiempo, ninguno puede estar referido a alguien si antes no está referido
así sí mismo o a su propio interior.
O sea que, nadie puede llegar a
ser alguien sino es a partir del otro. Yo soy yo, porque tú eres tú.
Tú eres mi fundamento. Tú me perfeccionas.
De ese modo, y sólo después de ello,
el yo desciende a su fuente interior para saciar su propia sed. Luego la persona se eleva para
dar de su agua a otros sedientos. Porque del mismo modo como yo me fundo en ti,
tú te fundas en mí.
Amar al prójimo es amarse así
mismo. No hay cosa más grande que encontrar a Dios en ese intercambio, ya que
estando tan dentro cómo tan fuera del alma, ha de ser la razón de la búsqueda. No existe otro modo de acceso a Dios que no sea por lo ya conocido, ni una
añoranza más grande que beber de su agua, que sacie la sed de eternidad.
Mientras camines en este mundo necesitarás
ser como niño sin dejar de ser adulto y ser adulto sin dejar de ser como niño. Seguramente,
un día comprenderás que lo que realmente buscabas no era otra cosa que ser
prójimo de Dios.
El afán de la búsqueda define los privilegios de cada quien. De tal modo que, siendo niño o adulto nadie quiere abandonar la condición presente, sino añadir aquello que aumente la admiración de sí mismo.
ORAR ES DIALOGAR CON DIOS
- Orar no es rezar, ni sólo pedir. Rezar es como repetir palabras: oraciones hechas o formuladas. Y pedir salud, bendiciones, etcétera, puede ser de los aspectos más pobres de la oración.
- Orar es dialogar, lo cual supone escuchar, y para ello hace falta silencio y tiempo para dárselo de manera exclusiva a quien uno ama.
- El silencio para oír. Crear silencio es el principio de toda oración y de toda sabiduría. Eso es ya una forma de orar. Hay que buscar un ambiente adecuado, apagar la tele, apagar los teléfonos, no sólo dejarlos en vibrador; no dejar nada pendiente por hacer.
- Dejarse guiar en la oración. En algunos casos alguien debe dirigir este momento, para que nos ayude a sentir la presencia de Dios. En otros casos es mejor estar totalmente en solitario: por ejemplo, en la Capilla del Santísimo de un templo.
- Encuentrar una postura cómoda y adecuada. Para estar inmóviles por unos minutos. Cerrar los ojos y estar en quietud, sin mover las manos ni los pies. No temas incluso dormirte. Cuando niño me quedaba dormido rezando el rosario. Mi Madre siempre toleró ese comportamiento porque sabía que mis últimas palabras y pensamientos antes de dormirme eran hacia Dios.
- Quietud física y mental. Busca una postura relajada: sentado, de rodilla, inclusive caminando. Eso es, alistarse para escuchar. No hacer otra cosa. Ponte en actitud presente. Intenta no preocuparte por el pasado o por lo que hay que hacer más adelante. Debes estar presente de alma y cuerpo. Tú, entero.
- Escuchar los ruidos lejanos. Comienza por escuchar los ruidos que vienen del ambiente de la calle, la gente que pasa, el aire. Pero no te entretengas en ello.
- Escuchar los ruidos cercanos. Escucha los ruidos más cercanos, por ejemplo, los de la habitación, el respirar de quien está a tu lado o los impulsos del aire que golpean las ramas del árbol.
- Oír los latidos del corazón. Escucha tu cuerpo. Considera las emociones y las sensaciones internas y externas: el calor al sentarte, los dedos, el movimiento de tu respiración. Escucha los latidos de tu corazón.
- Escucha el silencio de tu alma. La conciencia es Tu yo más personal, por tanto, es posarte desnudo frente a tu alma ¿Qué dices de ti mismo? Así por unos minutos. Siente tu alma y habítala como tu propia casa.
- Descansar en el amor. ¡Por fin, haz llegado al momento más sublime de la oración para descasar en el amor puro! Habla con el Padre, con tu Señor; puesto en sus manos o dentro de su corazón, déjate arropar por él, sostenerte por él. Es un momento privilegiado, por ser tiempo de encuentro con el amado.
- Dialogar. Si haces oración con otras personas, hay que invitarles a compartir “lo escuchado” o dialogado. Así darás paz y recibirás paz. Ya están orando y viviendo en oración.
El Abandono
Escrito para Dafne
1. El "abandono existencial" es el sentimiento de pérdida de aquello que no hemos poseído nunca. También es la aceptación de un vínculo profundo de “algo más”, que con frecuencia sólo puede hacerse comprensible en lo más leve y cercano de lo cotidiano del día o de la noche.
4. Por lo mismo, sólo hay que esperar que el sentimiento se asiente, como el atardecer al escampar la tormenta. Eso es. El asunto es saber esperar, soportar, aguantar "ese sentimiento terrible" que "oprime al corazón". La certeza sin igual consiste en que eso "pasará", y que no puede quedar retenido, oprimiendo al corazón. ¡Otras tormentas vendrán! pero deja que sean sobre otros territorios de tu alma. Sobre nuevos sueños.
1. Un atardecer, una sonata de Mozart, los olores del bosque entre los pinos, los caminos en tiempos de invierno, el trinar de los pájaros en la mañana o los grillos en la noche de verano, son indicios de un "rumor" lejano y profundo del alma. Por el cual, "sentimos" que estamos reverentemente "obligados" a ser encontrados, por ese algo o alguien. Obligados, también, a ir en su búsqueda. Aunque no sepamos dónde ir o qué esperar.
Foto: Hun-ahpu.
re-Imaginar la Identidad
Amor Imponente
en medio de la profunda noche,
así es el Amor.
no claridad.
no posibilidad.
no la inercia.
no la casualidad.
no la noche breve.
no la búsqueda.