Escrito para Dafne
¿Qué es el abandono?
1. El "abandono existencial" es el sentimiento de pérdida de aquello que no hemos poseído nunca. También es la aceptación de un vínculo profundo de “algo más”, que con frecuencia sólo puede hacerse comprensible en lo más leve y cercano de lo cotidiano del día o de la noche.
2. En otras circunstancias llamamos
letargo al abandono, en tanto estado anímico
que subiste después de leer un libro de filosofía, o al regresar de un largo
viaje. Es la sensación extraña que el alma retiene mientras el conocimiento se
desinhibe (esto me pasa cuando me obliga la premura de saber).
3. El abandono en esta fase de la
existencia mueve a la inseguridad, al
no saber enfrentar el futuro incierto por sí mismo. Es el gran desconsuelo del
niño ante la ausencia de su madre o la tristeza del amante por la partida
del amor de su vida. Se parece a la condición de viudez que podría acabar con
una persona, pero que se restablece con el tiempo, porque el abandono, en estos
términos, no mata, sólo es un estado temporal
del alma, como es la lluvia para las plantaciones del campesino.
4. Por lo mismo, sólo hay que esperar que el sentimiento se asiente, como el atardecer al escampar la tormenta. Eso es. El asunto es saber esperar, soportar, aguantar "ese sentimiento terrible" que "oprime al corazón". La certeza sin igual consiste en que eso "pasará", y que no puede quedar retenido, oprimiendo al corazón. ¡Otras tormentas vendrán! pero deja que sean sobre otros territorios de tu alma. Sobre nuevos sueños.
1. Un atardecer, una sonata de Mozart, los olores del bosque entre los pinos, los caminos en tiempos de invierno, el trinar de los pájaros en la mañana o los grillos en la noche de verano, son indicios de un "rumor" lejano y profundo del alma. Por el cual, "sentimos" que estamos reverentemente "obligados" a ser encontrados, por ese algo o alguien. Obligados, también, a ir en su búsqueda. Aunque no sepamos dónde ir o qué esperar.
4. Por lo mismo, sólo hay que esperar que el sentimiento se asiente, como el atardecer al escampar la tormenta. Eso es. El asunto es saber esperar, soportar, aguantar "ese sentimiento terrible" que "oprime al corazón". La certeza sin igual consiste en que eso "pasará", y que no puede quedar retenido, oprimiendo al corazón. ¡Otras tormentas vendrán! pero deja que sean sobre otros territorios de tu alma. Sobre nuevos sueños.
¿Qué debemos entender por abandono?
1. Un atardecer, una sonata de Mozart, los olores del bosque entre los pinos, los caminos en tiempos de invierno, el trinar de los pájaros en la mañana o los grillos en la noche de verano, son indicios de un "rumor" lejano y profundo del alma. Por el cual, "sentimos" que estamos reverentemente "obligados" a ser encontrados, por ese algo o alguien. Obligados, también, a ir en su búsqueda. Aunque no sepamos dónde ir o qué esperar.
2. Lo propio del
abandono es la espera de algo (alguien) o su búsqueda en una dirección definida y
una meta de la que nunca puede la mirada apartarse. En ese sentido, el temor se define de otra manera, que empieza por dirigir la mirada en el horizonte hacia donde está inclinado espíritu y tus grandes anhelos. Cuando llegas a este punto, ya han desaparecido aquellas personas o situaciones que en el pasado fueron tus opresores, como pequeños demonios que bailaban en el patio limpio de tu mente.
3. El abandono es en cierto modo,
ese "temor" de reverencia y
admiración que se activa en la
soledad silenciosa cuando el amor empieza a "manifestarse" de un
modo no acostumbrado. Entonces, las palabras sobran, porque todo el universo se
convierte en la palabra que “expresa” lo que el alma no puede ni siquiera
balbucear.
¿Qué debemos esperar del abandono?
1. Cuando eso ocurre, la naturaleza
y sus mutaciones se convierten en la expresión de lo que puede estar pasando
dentro; porque somos uno con el universo.
En esos días sabemos que estamos
"orientados" a fundirnos en la unidad de un ser superior. De ahí
que, el abandono se convierte en esa
fuerza motora que nos capacita para "buscar", aquello que nos
unifica; que en cierto modo se nos
aparece en las personas y en todas las cosas que decimos amar.
2. Paradójicamente, sólo en el amor somos capaces o incapaces de
entender esto. Ya que el amor es el alma universal que abraza a la persona
desde fuera y lo inunda desde su profundidad.
3. Del abandono lo sabemos todo y al
mismo tiempo no sabemos nada, pues, hay verdades que el alma conoce, pero no pueden
ser expresadas con palabras, porque está anclado en la "esperanza" que da las "razones" del para qué vivir la vida. Y eso no explica con palabras sino con la vida misma.
4. O sea que, lo que el alma anhela, no lo
sabremos nunca en su totalidad, a no ser que nos encaminemos a la unidad en el amor. Si avanzamos
paso a paso a ese encuentro, seremos reconocidos como lo que somos. Pero sólo será posible mando a otros, amándonos a nosotros mismos, como lo hace el atleta cuando se equipa para su competencia y gana en salud y entusiasmo.
5. En este momento interior de
encuentro, decimos: “yo me abandono en ti”, “confío ciegamente en ti”, “sólo en
ti espero”; tanto, como yo mismo confío y espero en mi.
Lo propio del abandono
1. Por fin hemos definido el abandono como encontrarnos cara a cara: saber que tú eres yo y que yo soy tú: que somos “nosotros”.
Somos uno. Somos el amor.
2. Mientras vivamos en este
mundo sólo el amor nos definirá, porque
sólo él nos unifica en lo que anhelamos. El amor es la razón por el cual
vivimos y existimos en este mundo. Lo demás está demás, porque nos quita fuerzas en lugar de darnos. La mejor manera de considerar lo que vale, es la "calidad". Nos permite avanzar, ser más... Ω
Foto: Hun-ahpu.
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