Por Gvillermo Delgado OP
28/09/2021
La familia es nuclear por su origen y extensa en su
realización. Las relaciones más íntimas y profundas son el núcleo como el de un
átomo, desde donde se desbordan las energías. Al mismo tiempo la familia
es fuerza implosiva hacia donde se dirigen todas las energías. ¿Qué otra
posibilidad puede haber para realizarse en la familia?
El termómetro del éxito se mide en la vida de familia. Es por
lo que el trabajo y la vida social exigen grados íntimos o de confianza en los
valores familiares. De lo contrario nos convertimos, por ejemplo, en trabajadores
esclavos que se van consumiendo hacia el no-ser-nadie conforme se pierden las
capacidades físicas e intelectuales.
No ser máquinas ni esclavos quiere decir que somos humanos
para el éxito; por lo que, si el éxito nos realiza ahora mismo, seguiremos
siendo útiles y necesarios para los demás, aun cuando hayamos perdido
capacidades para el trabajo.
Quienes se resisten a comprender esta realidad aceptan con
resignación que no les queda otra alternativa que vivir para la necesidad y el
aburrimiento.
El éxito es, por tanto, el equilibrio entre lo que fue y lo
que será. Es el aquí y ahora o el nunca de la vida. Es la realización que dinamiza
aquello por lo que vivimos. Es una tarea permanente.
Eso es alcanzar éxito.
Sin Comentarios
¿Qué piensas de esta reflexión? Dame tu opinión.