Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.
(Jesús
de Nazaret en Jn 15, 13-14)
Por: Gvillermo Delgado OP
Tara y Roberto se definen éticamente
como “cuidadores”. Amigos de la vida. Tienen su casa al pie del Xucaneb, cerro sagrado
para las culturas ancestrales mayas de Cobán en la Alta Verapaz de Guatemala.
Ricardo y yo fuimos a visitarles un
domingo por la tarde. De ahí estas ideas sobre la amistad.
La gratitud hacia las personas pone en evidencia la identidad de “los otros” y de “uno mismo”. Más, si está referida a los amigos. Ir con los amigos es avanzar desde el desgano o el entusiasmo hacia lo desconocido que sólo será descubierto una vez regresamos del viaje.
Habitualmente agradecemos por aquello que las otras personas “sacan
a flote” de nosotros mismos, y vemos reflejado en los amigos. Sólo entonces,
hacemos propósitos y aprendemos a replantear lo que ahora mismo somos. Por
ejemplo, nos hacemos más tolerante en el trato con las demás personas.
Los amigos nunca se pierden. En el
caso que mueran los acogemos en el alma. Hacemos nuestro su legado y los añadimos
a lo mejor de nosotros mismos. La ausencia de los amigos nos perfecciona. ¿Qué
queda fuera de los amigos? Decía el Poeta Jorge Guillén: “Amigos. Nadie más. El resto es selva”.
Jesús dijo a sus discípulos: Ustedes
son mis amigos… porque les he dado a conocer todo lo que mi Padre me ha dicho (Jn
15, 14).
La amistad que avanza del todo a la
nada o de la nada al todo determina los valores de la confianza y la
radicalidad del amor.
¿Quiénes son los amigos? Cada uno
define los suyos según le permitan definirse así mismo. En la base o fuente
están los padres, desde ahí, como luz difuminada, se expande la amistad por el
basto universo de las personas y las cosas. Con razón damos estos atributos
humanos a Dios ¿o de Dios los aprendimos, aún sin haber nacido y sin saberlo? Quizá, por eso
decimos que los amigos son para siempre.
Tara y Roberto nos enseñaron
aquella tarde que el mejor modo de ser amigos tiene que ver con la capacidad de
amar la naturaleza en todas sus manifestaciones.
Algo nuevo reluce en nuestras almas, gracias a los amigos.
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