El poder de ser-uno-mismo Hechos y Palabras lunes, 20 de enero de 2020 1 Un Comentario




El poder de ser-uno-mismo


¿Cómo superar el vacío interior? Existen modos. Esta vez quiero aludir a uno, y es, a través de la re-valoración de la soledad y la memoria.

Volverse sobre uno mismo es hallarse en la soledad de los propios orígenes. De suerte que de la soledad vienen las capacidades para tomar decisiones firmes.

Por ejemplo, la ancianidad se vive con gozo cuando se centra en la decisión de conmemorar la vida. Eso la hace alegre y feliz, no sólo en lo momentáneo. Volcados a la niñez y a la juventud, los ancianos viven jubilosos. Para ellos el recuerdo no es una frustración por aquello que jamás volverán a ser, sino por el gozo de mirarse a sí mismos en lo que persiste en su alma.

La soledad no es un estado de abandono (a modo de desamparado o vació) sino la experiencia más propia "para ser humano", que con frecuencia pasa por la “buena relación de las personas” y no por el puro formalismo de los contratos institucionales que garantizan la “realización material”. Con lo cual constatamos que la soledad acerca a Dios, a los ideales, y a las relaciones humanas plenas.

Para cualquier edad de la vida, cuidarse y autoevaluarse, son recomendaciones prácticas. Cuidar las capacidades de autocontrol. De tal modo que, en el momento más importante del éxito, una vez colocados en la cima de los ideales, no se pierda el control del mundo personal y social. Para eso la autoevaluación ayuda a “dudar de todo”, incluidas las creencias elementales, para perfeccionar la fe y mantener la integridad de los ideales.

A menudo las personas que rigen las instituciones se declaran con poder -de acuerdo con sus parámetros de realización y anhelos- llegan a obviar la realidad, creyendo que lo que ahora son, será para siempre. La experiencia nos dice que toda conquista dura tanto como una puesta de sol, que precede a la oscura noche. No hay que esperar a la derrota para medir las propias fuerzas; aunque es frecuente que el hombre libre puede reivindicarse, aún en la desventura.

El hombre libre es quien está brotando siempre, como de una fuente de agua, de su propia soledad y memoria.

Por: Gvillermo Delgado Acosta
Pintura: Alfonse, "La luna y las estrellas".

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