Viendo "Posts antiguos"
Creados por Amor
Cuando Dios creó a Eva, dejó caer sobre Adán un sueño profundo, pues la mujer es el sueño del hombre. Eva es el sueño. Al despertar, Eva, por primera vez, lo hace al contacto del amor. Antes era sólo sueño. Ahora, el amor sueña con ella y ella sueña con el amor. Por eso, la mujer, existe sólo para los demás.
Por: Gvillermo Delgado-Acosta OP
Foto: jgda
El Cuerpo es un Símbolo
El Cuerpo es un Símbolo
La Fe
La Fe
Todas las personas tendemos a la búsqueda de cosas mayores, digamos, como ejemplo, la felicidad. Nos pasamos la vida añorando ser felices y luchando por ello. Sin embargo, nos despedidos de este mundo sin un día haberla alcanzado, al menos en el modo que la imaginamos.
Guillermo Delgado OP
El problema de no alcanzar la felicidad está en el modo de buscarla. Necesitamos de la fe.¿Qué es la fe?
De ahí que por la fe buscamos aquello que el alma sabe que requerimos para ser felices.
Aceptar «su» palabra, implica entrar en relación con él. Esa es la fe verdadera.
En ese orden de cosas, damos confianza y esperamos la confianza de las otras personas, sin la cual no es posible ninguna relación humana permanente.
La fe es el alma del amor. Y hace del amor la realidad visible por el cual nosotros creemos.
Ese día, el de la felicidad, no puede esperar más... solo hay que empezar con animar al amor con la fe.
La Verdad es simple
La verdad es simple
Lo esencial de la verdad está en lo simple. Sin embargo, a
veces se muestra compleja e inaccesible ¿por qué?
Así, como el cristal transparente deja pasar la luz, del
mismo modo la verdad puede ser conocida con la simple mirada. Sólo hay que ponerse
del lado de la fuente de la luz.
Mis estudiantes de ética hicieron unos ejercicios de observación.
Se fueron a cualquier sitio cotidiano donde la vida transcurre. Unos fueron al mercado,
al parque, a la Iglesia, al bus, al supermercado, a la propia casa, y a otros
tantos lugares.
¿Qué vieron? Vieron gente caminando, hablando, comprando,
vendiendo, corriendo, rezando, comiendo… ¿Cuál fue la novedad de esa observación?
Sólo una, y es esta: que la verdad está iluminada en cada persona.
La verdad está ahí en cada persona. La verdad es la historia de
las almas y su movimiento. Ella nos mueve: a trabajar, a construir sueños o a morirse
antes de tiempo.
Ahora, ¿esto es el último descubrimiento los estudiantes
de ética han hecho para la humanidad? Claro que no.
Pero nos visibilizaron la verdad, invisible para muchos.
¿Cómo lo hicieron?: Mirando con la simpleza, como quien mira
a través de un cristal. Así entraron en el alma de las personas.
Quiero decir que, los estudiantes, no sólo vieron muchas
conductas en las personas. Ellos vieron la verdad. Eso «los hizo sentir en su propia alma», aquello que descubrieron en las personas que observaron.
Puedo suponer que los estudiantes sintieron libertad, y lo
concreta que ella es. Más aún, puedo concluir, después de sus reflexiones
personales que:
Lo bello es simple. Nadie podrá experimentar lo bello,
sin la capacidad para entrar en el corazón ajeno, como la luz que atraviesa el
cristal.
Cuidar la Vida
Armonía es vivir imitando el orden de la naturaleza
Por: Gvillermo Delgado OP
Cuidar es “hacerse cargo del otro”; atender aquello
que es distinto a mí, de tal modo que, “el otro” no sea mínimamente lastimado y
vulnerado. Es parecido a la tensión permanente que une la rama al árbol y al
instinto de las aves cuando construyen un nido para sus crías.
Igual es el valor de la responsabilidad.
Estrictamente la responsabilidad es responder: “hacerse cargo de uno mismo”. O asumir
las consecuencias de las propias acciones.
La responsabilidad es una de las características de la persona adulta. Que define, al mismo tiempo, la moralidad y la vida buena y feliz.
La responsabilidad y el cuidado
Aunque es diferente al cuidado, la responsabilidad,
ayuda a comprender el cuidado. Pues, en cierto modo, la responsabilidad es
ocuparse “del otro”; si no fuera así se reduciría a un antivalor que fomenta el
individualismo extremo (por ocuparse sólo de sí mismo).
Hacerse cargo de uno mismo, implica también hacerse cargo de los demás. No existe vida feliz si no está orientada a la vida de las otras personas con quienes convivimos.
Por lo mismo, la responsabilidad y el cuidado son fuente de las normas y demás
valores morales.
De tal modo que el amor se asimila al cuidado.
Quien ama cuida, quien cuida ama.
Salir
de uno mismo
Con el cuidado una persona sale de sí misma. Se
desprende de su propio yo. Como rama que se arranca del tronco, como esqueje,
para reproducirse en una nueva planta. De tal acción se derivan los valores de
la compasión, la solidaridad, la amistad, el altruismo, la armonía, etc. Siendo
la vida la membrana que envuelve todo e intuye la vida feliz.
El valor de la armonía
Veamos, por ejemplo, el valor de la armonía. El
universo es contemplado en las pequeñas cosas. Una diminuta hormiga recrea el
hábitat de un maravilloso universo. Para la hormiga todo el mundo acontece de
modo articulado cuando avanza por el camino silencioso.
De ahí que la armonía es como la danza de la creación. Donde nada se mueve por
las propias fuerzas.
La armonía es orden. Es el dedo que señala a la belleza y a las leyes naturales que la rigen. La armonía es la belleza de Dios en la naturaleza. Aristóteles dijo que la belleza tiene formas y estas son el orden, la simetría y la delimitación. En ese sentido, el arte es contemplación de la naturaleza. O trata de imitar la naturaleza a través del orden y la simetría. En pocas palabras, armonía es vivir imitando el orden de la naturaleza. Es el arte de Dios.
La
virtud cardinal
Quienes vivimos con una clara consciencia de la
débil condición humana, descubrimos que el mundo (o la recreación) no nos
pertenecen. Y, por tanto, no nos queda más que cuidarlo, como cuidamos la salud
del cuerpo. Quien cuida la naturaleza que acontece fuera de su cuerpo, cuida su
mismo cuerpo.
“Cuidar” de modo responsable es
la virtud cardinal propia de las relaciones humanas; porque embellece al mundo
que habitamos y al mismo tiempo nos hace bellos a nosotros mismos.
La belleza acontece en el instante de las buenas
relaciones humanas, porque hacemos habitable la tierra y nuestro propio cuerpo.
Cuando eso pasa, el alma ha encontrado su lugar como el agua la quietud de su
pozo.
No hay otro modo de existir sin la referencia “a lo
otro” de la naturaleza: todo lo que acontece fuera de mí. Ese es el único modo
de cuidarnos a nosotros mismos.
Somos
naturaleza. Somos belleza
Yo no existo sin "lo otro". Aceptar que
el universo en su totalidad puede ser comprendido desde mi propio mundo es
hacerme consciente de la responsabilidad de “hacerme cargo” del universo que
nace de mi interior, del modo en que lo entiendo.
Eso es lo pasa en el instante en que “me hago cargo del otro”, (de los demás).
El Deseo de María Magdalena
El Deseo de María Magdalena
«Estaba María Magdalena junto al sepulcro fuera llorando. Mientras lloraba se inclinó hacia el sepulcro, y ve dos ángeles de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y otro a los pies. Dícenle ellos: «Mujer, ¿por qué lloras?» Ella les respondió: «Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto.» Dicho esto, se volvió y vio a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús. Le dice Jesús: «Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? (San Juan 20, 11- 15).
Guillermo Delgado Acosta OP
Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?
El momento de la unidad es precisamente cuando las aguas se confunden: tanto lo humano con lo divino, como las aguas duces del río con las saladas del mar.
«Todo aquel que ha sido capaz de llegar a la verdad es porque ha sentido la fuerza de este amor» (San Gregorio).
Buscar afuera lo que ya está dentro
«Como la sierva que anhela las corrientes de agua,
así suspira mi alma por ti, Dios mío. Mi alma tiene sed de Dios vivo» (Salmo 42, 1-2).
Foto: jgda
Las Metas
Las Metas
Si llego al final de una competencia y las personas me aplauden, no precisamente por ocupar un lugar destacado, quiere decir que me reconocen “por lo que yo soy”. No por abrazar un trofeo. En realidad, los trofeos ni las medallas no son necesarias. ¿Para qué me puede servir una medalla de oro?
El pensamiento ético
El pensamiento ético
Los problemas de salud emocional tienen raíz en la salud moral y ética.
Por: Gvillermo Delgado OP
HACER EL BIEN
Hacer el bien
A quién actúa según el mal le gritamos “cosas feas” reprochando ignorancia respecto a la naturaleza más propia y original del bien.
El paraíso no está perdido. Está en el diseño de cada ser humano. Si actúas conforme al bien la moral no tiene nada que decir. La moral sólo se explicará desde ti.