El pensamiento ético
Los problemas de salud emocional tienen raíz en la salud moral y ética.
Por: Gvillermo Delgado OP
¿Existe un modo adecuado de pensamiento que permita tomar las mejores decisiones?
Existen métodos. En su conjunto amplían el horizonte para la mejor de las decisiones. Tradicionalmente la filosófica ha facilitado los caminos más o menos consensuados e idóneos de los que casi nadie puede eludir.
Toda reflexión
exige al menos un método, ordenar las ideas para no dar opiniones vanas acerca del comportamiento y orientarlos.
Si nos
damos cuenta, todos tenemos al menos un modo propio para hacerlo.
Por ejemplo, en la reflexión teológica, a mí me
funciona ordenar las ideas en el modo de: ver, juzgar y actuar.
Ver es
enfrentarse con las cosas y las personas tal cual son. Verlas con la crudeza
del caso. El momento de juzgar es evaluar la realidad vista con aquellos criterios
que nos ayuden a tomar decisiones. Y el momento del actuar es operativizar
acciones a partir de lo visto y juzgado.
Este modo
de pensar y tomar decisiones lo aprendí en mis primeros años de estudios
académicos en teología, desde entonces no he dejado de sacarle el jugo; porque me di cuenta de que en realidad ya lo sabía y lo aplicaba, aunque no explícitamente.
La persona moral es aquella que tiene todas las capacidades psíquicas e intelectivas en vigencia. Piensa, decide y actúa. Por consiguiente, sabe
ser responsable de aquellas acciones que pasan por tales filtros.
En el caso contrario, la persona sigue siendo
persona, pero no moral. Una persona no moral, no es apta para la convivencia mínima,
ya que está disminuida psicofísica y espiritualmente. Simplemente no es dueña de su
pensamiento, sus decisiones y de sus acciones. No puede vivir porque no sabe
vivir.
Con razón, hay que sustituir inteligencia emocional por inteligencia moral. Los problemas de salud emocional tienen raíz en la salud moral y ética. No al revés. Las emociones son el soporte de las acciones morales o inmorales. Si quieres salud emocional cuida tu salud moral.
Por eso, ordenar el pensamiento ético es muy importante.
El ver, juzgar y actuar es un procedimiento sencillo y complejo al mismo
tiempo para lograrlo.
Lo aplica un médico a sus pacientes, las personas cuando instalan una
pequeña tienda en su propia casa. Lo usan quienes elaboran proyectos de
ayuda social y hasta el Papa cuando elabora sus documentos para sus feligreses.
He
ahí, un modo de fundamentar el pensamiento ético.
Intenta aplicarlo a tu vida y
verás que puedes vivir moralmente.
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