CAMBIAR Hechos y Palabras domingo, 17 de marzo de 2019 Sin Comentarios

CAMBIAR

Cambiar es convertir algo viejo en nuevo o dar forma diferente a una cosa cualquiera. Es hacer del barro una vasija.

Al hablar de personas, el paso de lo viejo a lo nuevo sólo llega con el tiempo. Nada se puede forzar como el alfarero moldea al barro. El tiempo pueden ser segundos o años. Sólo determinado por el amor.

Lo primero que sabemos de los cambios es que son propios de la naturaleza. Los cambios llegan solos -con el tiempo- porque forman parte de la evolución humana. Eso explica lo que los años hacen con la existencia humana, ya que la vida está en una permanente expansión. La vida inicia en segundos pero puede durar hasta cien años.

Lo segundo que sabemos es que los cambios son profundos. Los cambios profundos se caracterizan por que afectan la naturaleza, pueden cambiarla. Por ejemplo, el agua en la suavidad moldea a su capricho a la tosca piedra. Si eso ocurre entre la piedra y el agua, imagina lo que puede ocurrir entre dos o más personas.

Llamamos cambios profundos aquellos que se dan dentro o al interior de la persona. No son superficiales. Eso quiere decir que hay que llegar y habitar la profundidad de lo que deseamos cambiar. Por ser profundos no es dar forma como pasa con el barro ni moldear la piedra. Es transformar el llanto de muerte en silencio apacible o a las palabras destructivas en aquellas que edifican y acercan a las personas. 

¿Cómo ocurren los cambios profundos? Supongamos a una niña con un temperamento explosivo que la ha convertido para su entorno en antipática e "invivible". 

Si queremos cambiarla, eso sólo será posible en la transformación profunda. O sea, “desde dentro”. Como el jardinero es al rosal, los familiares y los amigos lo serán para esta pequeña.

¿Cómo? Si el cambio “debe” ser desde dentro, entonces hay que entrar en el interior de la niña. Habitar su corazón.

¿Eso es no cambiar nada para cambiarlo todo? Ciertamente. No cambiar nada porque no podemos forzar nada, y cambiarlo todo porque al respetar el modo de ser de la niña,  los cambios se impondrán en su debido momento. Sólo es cuestión de tiempo. Que pueden ser horas, días o muchos años.

Habitar el corazón de niña a quien queremos cambiar es comprenderla, amarla, tal como ella es, con su carácter explosivo. Comprender es cosa del amor. El amor la transformará desde dentro y a profundidad.

Los cambios profundos no siempre ocurren al capricho de quien los anhela, los cambios profundos son un capricho del amor, porque dependen de la fuerza del amor. Toca pues, amar, para hacer venir los cambios al modo en que el amor lo permita. 

Así por ejemplo, si los cambios son profundos y estables es indicación que vienen del amor. 

Por consiguiente, si amas a una persona la cambiarás, sin ni siquiera pretenderlo. El amor, cambia en dirección de la perfección.  Para eso, "debes" entrar y permanecer en el corazón de quien amas, ya que el único modo de amar es y será siempre entrar en el corazón de quien se ama.

Quien ama, ama porque ha logrado entrar y colocarse en el corazón (en el centro) de quien ama. Y quien ama, no solo cambia a la persona que ama, sino que cambia ella misma, y sin pretenderlo cambiará también a su entorno.

Así como el río encuentra su cauce, la persona que ama, como quien recibe amor, se transformará en aquello que ni siquiera sospecha, porque finalmente se transformara en aquello que el amor obligue.

Por: Gvillermo Delgado OP
Foto: jgda

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