Viendo "Posts antiguos"

El tiempo presente

 


El tiempo presente

 

Por: Guillermo Delgado OP

 

Si respiras conscientemente notarás que dejas entrar y salir el tiempo presente a tu interior a través del aire que respiras. Con el aire conectas el exterior con el interior.


El presente es el único “lugar” real que puede ser habitado. Añorar un mundo feliz desde lo que un día fuiste o lo que puedes llegar a ser, en cierto modo son pasiones inútiles. La añoranza y los anhelos son mejores al mirarse desde la experiencia y los deseos más altos en que un proyecto de vida se construye.


Lo que un día fuiste (aunque enlistes muchas cosas buenas del pasado) y lo que puedes llegar a ser (aunque hayan nobles ideales) estos nunca serán suficientes. Porque lo suficiente está en el suave respirar del tiempo presente. En el ahora mismo. Jesús decía: que no nos preocupemos por el mañana, cada día tiene bastante con su propio afán (Mt, 6, 34).


Para vivir la vida cotidiana con espiritualidad y sentido, estamos obligados a vivir “una cosa a la vez”. Desde luego que, dejaríamos de ser racionales y responsables si no consideráramos la historia personal y no proyectáramos la vida hacia un futuro; sin embargo, tales cosas jamás tienen valor ni realidad si ahora mismo no somos conscientes del presente que vivimos.


Cuantas veces hemos oído decir. “me gustaría repetir el pasado”, “jamás volvería al pasado”, o: un día me gustaría ser importante o tener tal o cual cosa. Pero extrañamente no siempre oímos decir: me gusta el momento presente.


El presente define la vida, por eso define lo eterno. Lo eterno es el presente sin pausas. Ahí hallamos al amor, la paz. Ahí hallamos a Dios. Aquel que es lo suficiente. Lo que necesitamos y nos basta.

viernes, 11 de abril de 2025

Perdonar con el alma

 


Perdonar con el alma

 

Por: Guillermo Delgado OP

Fotografía: de camino a Santa María Cahabón.

 

Solo si amas eres capaz de perdonar. Quien ha pasado por el bache infranqueable que deja el pecado (el pecado como una traición al amor), y ha perdonado o ha sido perdonado, adquiere para sí la autoridad moral del amor y el poder de reconstruir cualquier relación en ruinas.


“La misericordia es el nombre de Dios” (Papa Francisco). Que es lo mismo perdonar con el corazón. Por eso, en Dios es posible superar todo pecado, por grave que sea. ¿Cómo?: Amando al pecador y aborreciendo el pecado. En este caso el resultado no puede ser otro que la transformación total, como el tránsito de la semilla enterrada que luego se ilumina germinando. Ser perdonado es avanzar en la luz del amor.


Esto es, en pocas palabras, lo que Jesús nos cuanta acerca de quién es Dios en la parábola del Padre amoroso, tradicionalmente conocida como del hijo pródigo (Lc 15,11-32). Y cómo nosotros, sus criaturas, somos imagen suya.




¿Es posible perdonar y olvidar? Olvidar: ¡Claro que no! Perdonar ¡Claro que sí!, porque perdonar es superar la situación de pecado; aunque persista la memoria en retener los hechos sin olvidarlos.


 “A golpe dado, no hay quite”. Pero no hay golpe que no pueda ser sanado. ¿Cómo?: Recibiendo nuevamente a quien estaba extraviado y ha vuelto a casa. Acogiéndolo con el abrazo del alma. Así quien perdona es referente de la imagen de Dios y quien es perdonado asegura para sí mismo la semejanza del Altísimo a modo de una fuerza que de ahí en adelante le irá trasformando en alguien totalmente nuevo.


En consecuencia, no hay modo de hacer efectivo el perdón si este no se da con amor. Así la conversión acontece en quien pide perdón y en quien lo da. Y de un modo más pleno en quien perdona. De ahí la grandeza de Dios, y la autoridad de la persona que perdona. Quien perdona, también, sabe reprender, reprender por amor.

lunes, 10 de marzo de 2025

Alma encantada

 


Alma encantada


Por: Gvillermo Delgado OP

Fotografía: Manzano en flor, del jardín de la Casa Santo Domingo Cobán.


El alma encantada de los bosques tiene mucho que ver con la música de quienes lo habitan. La noche da paso a otro día en el momento en que esas voces se atenúan en la tibieza de la luz y el canto de los pájaros, que exaltados buscan atraer a sus hembras. En Francia e Inglaterra medieval tal realidad se asociaba con el amor como tiempo para el romance.


Según una tradición, cimentada en el segundo siglo de nuestra era, el emperador Claudio II prohibió el matrimonio a los jóvenes, como garantía de mayor eficacia en el servicio militar. Los jóvenes solteros son mejores soldados que los casados. San Valentín, desafió al emperador celebrando matrimonios en secreto. Por lo cual fue arrestado, encarcelado y ejecutado un 14 de febrero del año 270.


Del canto de las aves a la rebeldía de san Valentín, comprendemos la tendencia humana que pasa necesariamente por el amor.


El amor es la mejor expresión del alma que asegura y realiza todo aquello que una persona se propone. Todo es posible y nada sin ello. 


Irrumpir en el amor, como las aves en la mañana, es propio de quien augura desde sí, tiempos mejores. Tiempos mejores, que sin el halo de la "rebeldía" serian imposibles. (Rebeldía entendida como aceptar y sacar provecho de los cambios imprescindibles de la naturaleza social, e incluso promoverlos).


¡Qué cada uno haga memoria de sus propios vuelos contra la gravedad, que le han permitido, desde su propio paraíso interior, cultivar relaciones con el fin de vislumbrar el mejor de los mundos posibles y en consecuencia ofrecerlo y habitarlo en el amor!

domingo, 9 de febrero de 2025

Diez propósitos para un año

 


Diez propósitos para un año

 

La felicidad está en el umbral de tu casa. Déjala entrar.


 

Por: Guillermo Delgado OP

 

La felicidad es una tarea que no llega sola, se hace venir. Nada es posible sin las fuerzas profundas del interior. La felicidad está en el umbral de tu casa. Déjala entrar.

En seguida te propongo 10 propósitos posibles para la felicidad. Un año puede ser tiempo suficiente para que estos te sustenten el alma.

 

1.Creer lo que sueñas. La creencia se abraza con la fe. Convencerte de lo que crees es permitirte surgir desde tus raíces más profundas, como semilla que despierta y se manifiesta en una planta visible que crece y se desarrolla. No puedes sólo creer sin soñar, ni soñar sin creer.

 

2. Ama lo que eres. Con el cristianismo aprendimos que el amor a las otras personas es reflejo del amor propio de la persona que ama; y este es a su vez muestra del gran amor de Dios. ¡Claro! Eso obliga amar lo que uno es. Amar la propia condición humana: mi color de piel, mi condición familiar, mi propia historia. Lo que soy es el equipaje que me aliviana para ser ahora mismo y para avanzar en cualquier dirección con un horizonte preciso.

 

3. Amar a aquellos con quienes convives. Hemos sido creados para amar, para relacionarnos. Del amor venimos y ahí volvemos, siempre. El amor es el único lugar seguro. El amor es el lugar privilegiado y habitado por las personas con quienes convivimos, aunque en la cotidianidad de la vida no siempre expresen todo el amor esperado. Cada uno tiene a esas personas de apellidos e historias similares. A esas hay que amar siempre. Porque ahí comienza todo y ahí se vuelve siempre. Cuando todo se reduce a los más íntimo y personal, siempre tenemos a las personas que amamos y nos aman.

 

4. Buscar espacios de silencio y soledad. Si quieres oír y seguir la voz profunda de las verdades del alma, debes cuidar y crear espacios de silencio y soledad. A veces esos espacios están habitados de personas prudentes, ancianos que pueden ser nuestros padres, abuelos o vecinos; también pueden ser lugares como los templos, las montañas; la propia habitación o esos espacios personales con fragancia y música al gusto. Ahí donde la verdad se impone y se quiere. Esos lugares te convierten en aquello fresco y amable que llevas consigo ahí donde vas o estés. Los demás lo notarán. Verán en ti a un ser misterioso. Lo misterioso viene de la soledad y el silencio. Todos queremos amar lo misterioso y a la vez hacerlo nuestro. Dale lugar a lo misterioso en ti. Luego me cuentas.

 

5. Haz ejercicios físicos. El ejercicio físico es el primer paso para la meditación que unida a las buenas vibras, te hacen fuerte desde la actividad cerebral. De esa combinación proceden, en gran parte, la salud física, emocional, intelectual y espiritual.

 

5. Buscar la salud espiritual. Al decir equilibrio pensamos en la balanza que sostiene dos fuerzas contrarias. Referirnos a la salud espiritual es convivir con todas las fuerzas del interior y del exterior, desde donde nos constituimos, somos y pertenecemos, y nos transformamos en personas con un sentido para vivir, o en personas que tienen razones (o por qués) definidos para vivir. Las personas espirituales llevan la vida con satisfacción, aun en lo difícil, por ejemplo, situaciones de salud, estados de imperfecciones físicas o emocionales o historias fatales. La salud espiritual levanta, orienta y en consecuencia define la calidad de vida que ahora mismo cada uno merece.

 

6. Lee y medita en el conocimiento humano y científico. Si sabes leer, lee. Nadie debiera presumir del conocimiento mínimo. Demasiadas cosas están dichas y explicadas por hombres y mujeres de ciencia, que no debiéramos desconocer. No te conformes con leer aquello que te imponen las redes sociales. Cuida de no caer en la superficialidad de “los contenidos” que te siegan y niegan la posibilidad de conocer la verdad de lo humano y del universo. Se dueño de tu propio destino. Decide tú mismo qué leer, en qué creer. Define la dirección de tu vida desde el conocimiento científico y humano, para no ser uno más en el montón, sino persona en la multitud. Ser el personaje que piensa y habla diferente.

 

7. Crea. Inventa un mundo nuevo. Que sea tu mundo. Antes se decía que hay tantos mundos como personas, porque cada uno creaba el suyo. Ahora no ocurre, porque unos pocos crean jerarquías de valores, modos de ser, preferencias sobre las cosas y las imponen. Por ejemplo, en las redes sociales. Muchos viven según las ocurrencias de otros. Es necesario que volvamos a crear el propio mundo, retomar la autonomía de la libertad. Crea, como el mismo Dios creó el mundo. Inventa tus propias palabras, haz arte. Diseña un universo para ti donde quepan todos aquellos que amas.

 

8. Cuidarse cuidando a los otros y al planeta. Cuidar es el mejor sinónimo del amor. Amar no es sólo un pensamiento, es una tarea. ¿De qué sirve la salud física, emocional y espiritual, sin que redunde en la salud de los otros? Sería una sombra maligna que enferma. Tu autoestima se mira en la planta que cuidas y en el tenue atardecer que entra por tu ventana. De tal modo que cuando contemplas un atardecer te contemplas a ti mismo y cuando cuidas a quienes amas respiras la paz profunda de la belleza.

 

9. Celebrar lo que eres y tienes. No añores nada que no sea aquello que ya tienes en tu ser profundo. Todo lo demás, incluso las personas, llegarán tarde o temprano a tu vida, incluso sin buscarlas. No vivas para las cosas. No vivas para el trabajo. Trabaja para vivir. Deja que las cosas te sirvan y se vayan cuando no las necesites. Suelta, libérate de lo innecesario. Vive con lo esencial. Entonces cada instante será para ti como celebrar lo que eres y lo que ya tienes.

 

10. Agradece en todo momento. Lo que ahora has llegado a ser se debe a lo que decidiste en el pasado. Eres aprendizaje. Agradece por lo que fuiste y por el momento presente. Favorece así todo aquello que sin saber vendrá a tu vida en trabajo, salud, relaciones y buenos tiempos. Celebra la vida. Motivos sobran. Un día te irás de este mundo y todo quedará. Si no agradeces y celebras con alegría un día serás olvidado como las cenizas de un árbol viejo.

martes, 7 de enero de 2025

OTRA NAVIDAD

 


Otra Navidad

 

Por: Gvillermo Delgado OP

 

Las serpientes mudan piel y los árboles sus hojas como indicios de que en la naturaleza todo cambia. Nada persiste sin cambios. Lo que persiste sin expresiones de cambios, desde las profundidades de las mismas leyes de la vida, envejece. Lo envejecido sin renovación morirá tarde o temprano sin ser tenido en cuenta para la posteridad. Solo aquello que envejece innovándose prevalece. Heráclito intuyó esta realidad al decir que: “Lo único que no cambia es que todo cambia”.


La naturaleza social muestra que todo se mueve en ciclos. Añado: En espiral ascendente. De tal modo que todo abre y cierra periodos permanentemente, sin que nada sea igual. Los cambios en espiral ascendente o hacia arriba, pueden evidenciar vejez, percepción del tiempo, caducidad de las cosas, pérdidas, realizaciones, frustraciones…; como indicación de que algo se ha perdido, pero nunca frustrarán la novedad, no aniquilarán la esperanza, al contrario, la fortalecen; aunque no siempre sea percibida por igual en todos los grupos sociales o por la condición individual de las personas.



Por lo mismo, la estupidez, como atentar a la recta razón, se manifiesta al realizar cambios para que no cambie nada, en ese caso el cambio se parece a la crueldad de quien se sienta voluntariamente en la silla de la pena de muerte.


La visión del mundo en que se cierne la vida en gran parte de la población (49% en Guatemala) se basa en la relación siembra y cosecha. Con lo cual abren y cierran los ciclos de vida, movilizándose en cada caso hacia “un futuro prometedor”. Los visos de que dodo ha cambiado sin estar conscientes son evidentes en la comida de navidad, al cantar: “llega navidad y yo sin ti”. Nada es igual para el ciclo que acaba; todo ha cambiado. Esa es la mejor manera de definir la esperanza en los tiempos de navidad, para que todo cambie.

sábado, 30 de noviembre de 2024

El amor nunca pasará

 



El amor nunca pasará


Por: Guillermo Delgado Acosta OP


El himno de San Pablo a los Corintios (primera carta, capítulo 13) es eco de buenas noticias. Como quien dice encontré lo que me faltaba. Esas buenas noticias se parecen a quien encontró el tesoro en su campo, lo vuelve a esconder, para luego comprar la tierra con todo lo que tiene. Es la buena noticia de ofrecer toda nuestra "riqueza". Con ello la propia vida. 


Es lo que pasa en el corazón de los jóvenes que contraen matrimonio. A ellos, se les canta ese himno en esta tarde reluciente de octubre. 


Jóvenes enamorados: En esos corazones, aseguramos para todas las familias lo que perdura aquí mismo desde la luz del mismo amor de Dios. Por eso nos atrevemos a decir que ese amor nunca muere, nunca pasa.


Gustar del amor eterno, hace que todo valga la pena. Que la vida tenga razones suficientes para ser vivida.


Si los esposos se aman en ese amor, la otra persona nunca muere, aunque un día muera. Porque en su amor definen el amor verdadero. Gustar del amor eterno es amar a Dios en la persona que se ama.

jueves, 24 de octubre de 2024

ENREDADOS

 



Enredados

y ¿manipulados?

 

Por. Gvillermo Delgado Acosta OP

 

Vivimos en tiempos de redes. Las redes crean vínculos a modo de unidad. ¿Pero somos red? ¿hacemos redes? O ¿estamos atrapados en las redes como peces?


Las sociedades que lanzan las redes como lo hace el pescador sobre los peces, son aquellas que han declarado la libertad como el poder de “elegir lo que tú quieras”. Siendo tú mismo la regla de la elección. Eso es perseguir nuestro propio bien a nuestra manera, mientras no intentemos privar a los demás del suyo.


Tales razones suenan cómodas. Pero nada más. Porque predican una libertad aberrante, que orienta al individualismo y al manipuleo. No porque yo lo diga, sino porque la realidad así lo ha demostrado.


En este escrito respondemos a la cuestión antes planteada, partiendo de dos premisas. La primera es que las llamadas “redes sociales” no necesariamente nos ponen en red de relaciones creando vínculos humanos a través de cada uno de nosotros, sino que nos utilizan como a un producto en el mercado. Más que en red de relaciones, estamos atrapados o enredados como peces. Segundo que, por lo mismo, las redes nos han cegado para no ver la verdad, por tanto, estamos “drogados”. Nos manipulan sin de ello estar conscientes. 


Esta tesis la sustentamos en los datos del documental: el dilema de las redes, divulgado por Netflix en el 2020.


Yuval Noah Harari en su libro Sapiens afirma que en la historia de la humanidad han ocurrido tres revoluciones: la cognitiva, la agrícola y la científica. Cada una a demarcado desarrollo y evolución. Digamos que cada revolución nos ha traído sus bendiciones. Pero ¿Cómo evitar que tales revoluciones transmuten de bendición a maldición y nos acarreen como ciegos hacia el abismo de la perdición? ¿A caso es esto lo que está ocurriendo en el uso que de la tecnología están haciendo con las redes sociales?


Las redes sociales vistas desde el mercado global que las gobierna es una máquina de hacer dinero. Pocos, los dueños de las herramientas tecnológicas y del capital, manipulan a muchos (a los de este otro lado: a nosotros, a “los enredados”). Sin saberlo ofrecemos nuestras vidas como producto de consumo. Si nos conectamos gratuitamente a las redes; por tanto, sin pagar, es porque nosotros somos el producto. Ahí está la manipulación, porque para hacer negocios en el mundo de la tecnología se requiere de información. Mucha información. De otro modo, comercian conmigo, contigo, con sociedades enteras (como dato). ¿No es esto traficar con personas?


¿Te sientes cómodo si supieras que a través de las redes sociales te controlan, o te han convertido en un avatar (donde tienen un modelo de ti en una representación gráfica de tu identidad virtual) debido a la información que tienen de ti, información que tú mismo has confiado? Esto es manipulación y engaño.


Las redes sociales tienen el poder de crear hábitos inconscientes, usando la psicología de cada uno de los “enredados” en su contra. Son adictivas, como droga, que libera dopanina para adormecer y cegar. Dado que a través de un algoritmo (en tanto conjunto infinito de operaciones, que permiten hallar solución a nuestros problemas o inquietudes más profundas) están “satisfaciendo” nuestros deseos infinitos.


Fácilmente el algoritmo, dado la información que de cada uno nosotros tiene, sabe orientar artificialmente nuestras apetencias y satisfacerlas. Así que el mercado y la política de modos indiscriminados nos manipulan. Arrastrando a sociedades completas, al punto de obligarles a pensar según lo que sus ideologías buscan o que consuman lo que el mercado quiere vender. Con lo cual ¿Cómo individuos en red, somos realmente libres?

Hay luces en el camino, como antorchas puestas en la vera de las calles nocturnas de la otrora ciudad de Roma. El peor de los ciegos es aquel que viendo la luz no la desea. ¡Veamos!


Todo lo que humanamente se ha creado puede ser cambiado. Hay modos de ver que por su propia naturaleza social tienen a difuminarse en nuevos destellos. Va a ocurrir. La tecnología con la inteligencia artificial lo está encaminando, con lo cual, queda dicho que nunca llegaremos a un “desarrollo final”. Siempre habrá un más allá de los deseos y eso es el ejercicio de la libertad al modo de Sartre: estamos condenados a la libertad. Con la insatisfacción daremos lugar a nuevos modos de ver y actuar en la vida. Siempre habrá un algo más en el horizonte.


Humanamente no somos un producto extraíble. El conocimiento está en evolución, su culmen jamás será la inteligencia “artificial”; pues ha sido creada por el Homo Sapiens para los de su especie.


El cambio vendrá no de los ciegos, sino de quienes abramos los ojos. De quienes ¡tengamos el valor de salir de las cavernas!, al modo que lo plantea Platón. La realidad es otra. Nuestra realidad no es la de dioses al modo de un avatar, sino de mortales que penan y tienen enormes posibilidades de ser cada día más felices.


Si no quieres acabar en la misma ceguera, discrimina con tu inteligencia lo inútil. Aprovecha las ventajas de las redes. Haz que ellas trabajen para ti. Manipúlalas, tanto como lo han hecho contigo; o más. Pues las redes son “cosas” manipulables. Tú eres más inteligente de lo que supones.


Terminemos citando a Sofocles, idea con la que Netflix introduce el documental sobre el dilema de las redes sociales:

“Nada extraordinario llega a la vida de los mortales separado de la desgracia”.

lunes, 16 de septiembre de 2024

Unidos en el amor

 


Unidos en el amor


Por: Gvillermo Delgado Acosta OP 


D

ijo Dios: No es bueno que el hombre esté solo. Haré, pues, un ser semejante a él para que le ayude (Gn 2,18).


La soledad, como ausencia de las demás personas es vacío. El vacío es peligroso. En el vacío no acontece nada bueno.


En cambio, la soledad es un bien necesario, para salir al encuentro de lo que falta. Nacimos solos… pero no podemos permanecer ni desarrollarnos sin la compañía de otros. Necesitamos ayuda.


La ayuda está en el diálogo. El diálogo es el lugar del encuentro. Ahí se halla lo que nos falta. Eso que llamamos "la bendición de Dios".




E

l himno de los Corintios. Este himno es el eco, el rumor que se corre, sobre las buenas noticias, por ejemplo en la aldea o en una persona en particular, que le hace decir: Encontré lo que me faltaba. No como un capricho sino como una voluntad de amor, del único amor (Cor 13).


Gustar del amor eterno, hace que todo valga la pena. Que la vida tenga razones suficientes para ser vivida.


Si se ama en ese amor, la otra persona nunca muere, aunque un día muera. Porque define al amor verdadero. Gustar del amor eterno es amar a Dios en la persona que se ama.




E

l hombre y la mujer abandonan a sus padres para formar “un solo ser (Mt 19).  La realización humana solo acontece en el encuentro con otro ser humano. No nos realizan los títulos o tener cosas. Las cosas son necesarias como mediaciones.


Lo más preciado de lo humano está en quienes se aman. La historia ha ordenado el mundo a partir del encuentro de dos personas, que dió origen y consistencia a la familia humana.


La familia es el mayor de los tesoros de la humanidad. Es un regalo enorme de Dios. Cuyos responsables directos de ese tesoro son lo esposos: ha sido voluntad de Dios poner ese tesoro en sus manos para que lo cuiden y lo perfeccionen.


Así se crea al nuevo ser. No en soledad. Sino en el tesoro de la familia. La familia junto a todas las familias del universo. Por eso en una boda todas las familias del mundo se renuevan en dos personas que hacen promesas de amor.



Cuatro recomendaciones para aquellos que han hecho promesas de amor


1

Si ustedes no son un invento, sino un despertar desde el sueño de Dios, cuiden lo que Dios ha puesto en sus corazones. Implica asumir la responsabilidad de cuidarse mutuamente. Cuidarse es el mejor modo de mostrar que el amor está vigente en sus almas. Ese fue el primer encargo que Dios dio a la persona cuando creó el mundo: cuidarlo y perfeccionarlo. Ahora, les toca a ustedes.


2

Si se constituyen en esposos a partir de lo eterno, jamás presuman que la vida depende sólo de ustedes. Son parte de la familia humana. De la familia de Dios. Por eso, no teman nunca depender de Dios. Él puso en ustedes el amor, su mismo amor. El amor no es una ocurrencia del destino, aunque así lo parezca. El amor eterno es todo. De él procede todo. Está en todo. Con lo cual, la salud, el trabajo, el crecimiento de los niños, sanarse de las enfermedades, jamás será posible sin ese amor.


3

Si bien es cierto que con el sacramento del matrimonio los esposos se convierten en un nuevo ser, no presuman del conocimiento que tienen del matrimonio, pues no es suficiente como para no necesitar de los demás. Para eso tienen a sus padres, a los demás esposos y amigos. Aprendan con ellos. Crezcan juntos. Corríjanse con ellos.


4

Después de consagrarse en el amor ustedes van a festejar con los amigos. Esto significa que su amor vale la pena. Con lo cual, no sólo hay que celebrarlo el día que se casan. Hay que celebrarlo siempre con quienes aman. Celébrenlo siempre. Busquen motivos para hacerlo. Dios es la alegría, el sabor de la vida. En su boda ustedes dan fe de eso. ¡Sólo así pueden asegurar que ese día feliz dure para siempre!

domingo, 1 de septiembre de 2024