Viendo "Posts antiguos"

Dichosos los limpios de corazón



Quien mira a Dios ahora mismo, lo mirará para siempre.

Octubre tiene aires, olores, colores y sabores propios. Todo se ordena en torno al rostro, la mirada sublime de la Madre del Señor y a la actitud enternecida de su Hijo, que resplandece en sus brazos. Octubre es nostalgia, por lo que fuimos, por los que ya no están; a la vez, tiempo de agradecimiento por lo que somos ahora mismo; por lo que tenemos, por lo que nos esmeramos alcanzar, desde las primeras horas del día; y por las razones en las que regresamos a casa y esperamos los fines de semana. 
Octubre es pues, la fortaleza para seguir avanzando en el proyecto que nos ha traído hasta aquí. Es pensar en los nuestros: en los hijos cuando sean grandes y alcancen metas, es consentir la esperanza de los buenos tiempos de salud, la economía doméstica, el techo seguro, la mesa servida, y los tantos amigos o familiares que hacen de las tardes del sábado o del domingo, días inolvidables; es estar contentos, ir por las calles y avenidas o salir de paseo sin temor alguno por los senderos de nuestro país. ¡Eso es octubre! 
Esas son las bienaventuranzas cotidianas en las que una vez más nos unimos fervorosos a los pies de La Madre del Señor, Patrona de Guatemala.
Este año hemos preparado el templo, como casa grande, con motivos particulares. Nos preside como tema central el evangelio de acuerdo al Sermón del Monte, a partir de las bienaventuranzas.
Destacamos el versículo: Felices los de corazón limpio porque ellos verán a Dios (Mt 5,8). Aquí contemplamos el rostro maternal de Dios, vehiculado por María Santísima. Tal contemplación sería a penas un discurso sino propusiéramos un itinerario espiritual que nos mueva a ese ser limpios de corazón, ante la posibilidad, más posible, de ver a Dios un día; más aún, hacerlo visible en los rostros de los nuestros. Ese camino, está reforzado por las virtudes, que ustedes encontrarán a lo largo de la nave central sostenido por catorce ángeles. 
Las virtudes no sólo son una sugerencia para alcanzar lo que buscamos en el camino espiritual, sino modos de perfección humanamente experimentados. Por ejemplo, en María de Nazaret o en los santos. Si haces lo posible para que esto acontezca en tu corazón, estoy seguro que podrás llegar al centro de este mensaje expresado bellamente en el rostro de la Madre del Señor.
Estando en el templo, la casa grande, usted tendrá la oportunidad de sentir esa pureza de corazón, en la irradiación de luz, que bañan el conjunto. Con todo ellos nos movemos hacia la Bella Madre; lo sentirás en los valores y virtudes, ahí visibles.

Quien está limpio de corazón lo más probable es que verá a Dios. Las virtudes nos encaminan a perfeccionar esa intención. Por eso, la alegoría tiene muchos detalles de luz y color porque queremos entrar en tu corazón. De tal manera que, al salir del templo cada quien se sienta limpio, saludable. Y pueda recordar que, quien mira a Dios ahora mismo, lo mirará para siempre. 

Por: Fray Guillermo Delgado
Foto: Archivos de la Cofradía del Santísimo Rosario
lunes, 8 de septiembre de 2014

Amarás



Él es la semilla perdurable que despertó al universo con La Verdad Concreta. Como toda semilla tuvo que enterrarse en el silencio de los muertos.
- En Él vos y yo somos, existimos (como caminantes), como dos en la ciudad (la polis), no de cualquier manera sino como "la voz elemental de los siglos que anula la hipocresía y pone al descubierto al más común de los sentidos, para volver a relacionarnos como originalmente fuimos". En Él, precisamente, te descubrí de manera inesperada entre las multitudes. Ahí en la ciudad, donde a veces se está, sin avanzar, de manera anónima. Sin embargo, ¿vos ibas, o yo venía?, nadie lo sabe; el caso es que, sacamos a la polis del anonimato, para hacer política. Política de personas de ciudad. Ahí donde lo asesinaron a Él, por encontrarse delante de aquellos que como vos y yo necesitamos hallarnos más allá de la precariedad.

- Antes de irse, nos recomendó cuidarnos, el  uno al otro, y dijo que la clave para la felicidad y de todo lo demás que necesitamos para vivir felices está en amar. En entrega o acogimiento. 

-  Por lo mismo, no hames (con mala ortografía). Te lo repito: Amarás, dijo Él. Lo reafirmó  antes de su sentencia de muerte. ¿A caso ese mandado era tan revolucionario que le costara la vida?

- Al poco tiempo lo asesinaron quienes dicen que haman. Y nosotros le dimos continuidad aquel resuello doloroso de último momento. A pesar de todo, nos vinimos a vivir en este espacio único de la contingencia. 

Por: Gvillermo Delgado
Foto: jgda


martes, 12 de agosto de 2014

Las manos


Supe por el Filósofo que
 las manos son prolongación del alma. 

Entonces,
 el alma ha de prolongar las acciones de las manos. 

Lejos, lejos podemos llegar. 

Ahora mira tus manos. 
Considera tu alma

Santa María Magdalena y la doctrina de las lágrimas




María Magdalena y la doctrina de las lágrimas de Santa Catalina de Siena

Santa Catalina de Siena en la doctrina de las lágrimas dice que: el deseo más grande del alma es alcanzar la perfección. El alma avanza hacia ese estado a través de las lágrimas que nacen del corazón. El corazón se manifiesta en los ojos, porque todas las lágrimas son de corazón: el corazón es vasija de donde sale toda lágrima.

Por eso, a toda lágrima se le llama “lágrimas de corazón”. Así, cuando se ama, el dolor duele tanto. La persona llora cuando está privada de lo que ama.

Dios le manifestó a Santa Catalina de Siena la verdad en cinco clases de lágrimas imperfectas, fundadas en el temor. Según ella, se parte del temor del alma.
Si el alma se ejercita en la virtud, para alcanzar la bondad de Dios, empieza a perder el temor. El alma se va elevando hacia la alegría, eso es moverse en un amor espiritual. Cuando se mezcla el dolor de la culpa con la esperanza de la vida misericordiosa, van apareciendo poco a poco los consuelos espirituales.

En la meditación de la doctrina de las lágrimas seguimos de cerca la vida y el camino espiritual que María Magdalena hizo a partir de su pecado, del reconocimiento del mal, del descubrimiento del Señor, de su apostolado y finalmente de como ella alcanza lo que todos buscamos: unirnos profundamente con la divinidad. No haremos mención explícita de su vida en relación con las lágrimas, sólo lo sugerimos para tí, en la comprensión de esta doctrina, no sólo te encuentres a tí mismo sino que te unas a la gran apóstol: Santa María Magdalena, la patrona de los predicadores.

Estados de las lágrimas y su distinción

PRIMERA LÁGRIMA. Se caracteriza por ser lágrimas de culpa, condenación o de muerte. Se trata de quienes se encuentran en pecado mortal. Esas lágrimas proceden del dolor de corazón que viene de la pena por el pecado cometido. Son lágrimas de las personas malvadas. Dice, la Santa: “Como la raíz del afecto de donde vienen las lágrimas estaba corrompida por eso el llanto sale corrompido y miserable, como todas sus obras”. El dolor tiene origen en los sentidos. Derraman lágrimas de muerte, que engendran la muerte. Proceden de un corazón que ama desordenadamente, sin tener relación con Dios. Denota gravedad de la culpa, por temor de pena. Es el mar tempestuoso.

SEGUNDA LÁGRIMA. Se caracteriza por ser lágrimas de temor, que empiezan a dar vida. Son las de los que comienzan a conocer sus males por medio de la propia pena que sigue a la culpa. Lágrimas que se levantan del pecado por temor a la pena, y por temor lloran. El alma se aparta de los pecados, se entrega al servicio de Dios. Sienten dolor por las ofensas cometidas. A diferencia de las primeras lágrimas, que aunque se ejerciten en el llanto no alcanzan perfección, las segundas lágrimas son más aptas para alcanzar el estado de perfección.

TERCERA LÁGRIMA. Se caracteriza por ser lágrimas de dulzura y por la caridad para con el prójimo. Son las de quienes se levantan del pecado y empiezan a tener gusto de Dios. Lloran con dulzura y comienza a servir a Dios. Pero aún son lágrimas de imperfección, aunque hayan superado el temor, y alcanzado el amor y la esperanza. Con sus lágrimas satisfacen los sentimientos del corazón. Se ejercitan a la luz del conocimiento de Dios. El alma se aborrece a sí misma para acoplar su voluntad con la voluntad divina. Empieza a experimentar la compasión y la alegría a través de la compasión al prójimo. La caridad para con el prójimo por medio del conocimiento de sí mismo. La caridad que procede de Dios. Según Santa Catalina, el Señor nos dice:

“Deben amar con el amor puro con que yo los amo, y esto porque los amé sin ser amado y sin interés alguno… el amor me movió a crearlos a mi imagen y semejanza, y como un amor de este género no me lo pueden tener, por eso deben otorgárselo a las criaturas racionales, amándolas sin ser amados por ellas…”

CUARTA LÁGRIMA. Lágrima de perfección. Es llanto de amor por sí mismo por la ofensa cometida. Lágrimas de quienes han alcanzado la perfección en la caridad con el prójimo. De quienes aman sin interés. El alma se une a la voluntad divina, por estar revestidos de amor al prójimo, gusta de la divinidad. Conoce la naturaleza divina venida a la humanidad. Se mueve al estado unitivo. En este estado el alma descansa en al mar de la tranquilidad.


QUINTA LÁGRIMA. Son lágrimas de dulzura. Que mueven hacia el “dulce y glorioso estado unitivo”. Lágrimas derramadas con gran suavidad. Las lágrimas de dulzura se alcanzan en el momento de la “unicidad con Dios”. Esas lágrimas son “leche que alimenta el alma en la verdadera paciencia”. Son ungüento oloroso que derrama un perfume de gran suavidad.

Dice Santa Catalina:
“Los ojos que están bien orientados se ingenian para satisfacer lo que procede del corazón, y así derraman lágrimas… La percepción de los sentidos se encuentra dominada y la voluntad está muerta por la unión realizada con Dios”.

En este estado, dulce unión del alma, permite ver secretos, en la que muchas veces recibe el espíritu de profecía para conocer las cosas venideras. Es un estado de perfección en el amor que se acrecienta en el estado tercero. De esta perfección huye el demonio que no puede herir el alma, pues se ha hecho paciente en las injurias y aborrece los consuelos con verdadera humildad. El alma no consiente al demonio. El demonio que nunca duerme incita a dormir. Pero no puede arrebatar el ardor de la caridad, es por eso que el demonio: “huye como las moscas de la olla hirviendo, por el miedo que tiene al fuego”. Tampoco puede soportar el olor de la unión que el alma ha efectuado del don Dios, Mar de paz. El alma no puede ser engañada mientras esté unida a Dios.

LÁGRIMAS DE FUEGO. Lágrimas para consolar a los que muchas veces desean lágrimas y no las pueden tener. El Espíritu Santo llora delante del Padre (Rm 8, 26-27). Estas lágrimas son del verdadero santo, santidad realizada por medio del perfecto amor. Es de quienes quieren derretir su vida en llanto por medio del aborrecimiento a sí a la salvación de las almas. El Espíritu santo llora en la presencia de Dios por ellos y por su prójimo. La divina caridad enciende al alma con su llama para ofrecer el deseo de estar en la presencia de Dios, sin lágrimas en los ojos. Ante la imposibilidad de llorar con los ojos se abren los ojos del entendimiento.

Estos estados del alma a través de las lágrimas se elevan a partir del temor hacia el amor perfecto. Para alcanzar la verdad de las lágrimas: “Sumérgete en la sangre de Cristo, humilde, torturado e inmaculado cordero… para que en ti se fortalezca el fuego de mi divina caridad”. Y como eso no se alcanza así no más, todas las lágrimas dan vida si son derramadas en la virtud. Recuerda que por las palabras vienen los cambios, las palabras entran a lo íntimo del corazón.

El alma siempre ansía vivir en la caridad. La razón por lo que no puede saciar ese deseo es porque siempre apetece las cosas finitas. Y el alma es infinita en cuanto al ser. Y como la persona está por encima de todas las cosas y todas las criaturas, por eso no puede saciarse ni hallar quietud sino en las cosas superiores a él. Ahí está Dios, quien puede saciar el alma.

La mejor manera de comprender la doctrina de las lágrimas es hacer un ejercicio donde tú mimo o tu misma te sientas migrando de un estado a otro hacia uno de más perfección, o haciendo una relación de comparación entre tu vida con la vida de Santa María Magdalena. En ella se describen estos pasos, ella que llegó a abrazar la unicidad del amor y la verdad en el conocimiento de Cristo el Señor. María Magdalena es ejemplo para comprender los estados de perfección de las lágrimas.

Por: Gvillermo Delgado OP
Fotos: Prestadas de diferentes autores. La imagen es del Templo de Santo Domingo, Guatemala. Excepto una que es de  la Pasión (película) de Mel Gibson y otra pintura de Dacinvi.

lunes, 28 de julio de 2014

CONOCERTE





Yo que te conocía
 desde antes, 
te encontré
 hasta hace poco tiempo. 

Y si te hallé
 fue sólo porque tu me encontraste antes a mi.

Por: Gvillermo Delgado
Foto: jgda

viernes, 11 de julio de 2014

VENIMOS



Venimos del infinito. 
Por eso soñamos lo eterno.

Realmente nacimos de un sueño divino. 
Que no sabemos como olvidar.
Hasta qué nos veamos cara a cara con lo divino. 

Entonces viviremos en la lucidez de la memoria.

Por: Gvillermo Delgado
Foto: jgda

Comunicar



Sí aprendemos a escribir lo que pensamos
vamos a prender a pensar lo que escribimos. 

Sólo entonces habláremos bien. 

Hablar como escribir, 
escribir como hablar
es clave en estos tiempos
 en que importan pocos los signos lingüísticos. 

Sabernos comunicar es siempre una tarea pendiente.

Por: Gvillermo Delgado
Foto: Sergio Delgado
jueves, 26 de junio de 2014

Más que dos



Cuando uno o dos están reunidos en mi nombre, 
ahí estoy yo en medio de ustedes, 
dijo el Maestro. 

Y aquí estamos más que dos y que tres. 

Como dijo el poeta: 
"... y en la calle codo a codo somos mucho más que dos".

Por: Gvillermo Delgado
Foto: jgda

Escribir


Escribir con el corazón
es tener de amanuense el alma.

Escribir desde la razón es tener aliada la pasión.

 Porque como compasivos
 somos racionales:
Servidores de la verdad.

Por: Gvillermo Delgado
Foto: jgda

La tolerancia


La tolerancia es ceder el lugar a la otra persona, tal y como lo merece, para que se exprese, crezca, eche raíces desde su propia alma y florezca en el aroma de las relaciones humanas. Para aceptar o querer a una persona, no tenemos que imponer un modo de ser. Debes sentirte obligado a decir: nadie tiene que ser como yo soy, pensar como yo pienso, ni siquiera que crea lo que yo creo.

Para abrir las puertas de la felicidad sólo necesitamos abrir las puertas que la intolerancia a veces no permite. Hemos de saber que para vivir en la felicidad de-la-comunión-de- los- hermanos no necesitamos mucho. Sólo que nos acepten como somos. Igualmente dejar a Dios ser Dios, porque Dios mismo nos ama tal como somos, no condiciona nada para querernos. Al punto de buscarnos cuando estamos en pecado, porque necesita abrazarnos. Ante eso, el pecador no resiste, y él mismo se va sintiendo obligado a abandonar su condición envilecida. Simplemente por quererle a pesar de ese estado, que a veces se torna despreciable.

No olvidemos nunca que somos para el hermano como somos para Dios. La comunión es nuestra vocación más propia. Esa es una de las cualidades que mejor definen a Dios. Por eso, el hijo consumó su proyecto de amor en la mesa. En la fracción del Pan. quedándose él mismo como alimento. Alimento de comunión.

Por: Gvillermo Delgado
Foto: prestada
sábado, 21 de junio de 2014