HOMBRE-ARBOL
Por: José Gvillermo Delgado
Los hombres crecen
como los árboles,
florecen de vez en cuando:
desgajan sus ramas
y dan brotes nuevos.
Los hombres y los árboles
hunden sus raíces
donde nadie las mira,
para sorprendernos con la vida.
Los hombres y los árboles
Crecen por las mañanas,
recuentan sus frutos por las tardes.
Fluyen continuamente
en sangre y savia,
toda su vida
Emigran en sus hojas a tiempos nuevos;
atajan el vuelo de los vientos
con sus ramas de manos abiertas.
Lloran cuando les mutilan la vida...
Y mueren cuando les cortan las alas.
Viven igual en distancia;
son fruto del jardín.
Van juntos siempre:
el hombre y el árbol.
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