Nuestra Señora del Rosario en Fátima Hechos y Palabras lunes, 8 de mayo de 2017 Sin Comentarios

En las distintas apariciones en Fátima, María es identificada como “Señora del cielo” y por su Inmaculado Corazón. Con estas referencias queda explicitada su maternidad y virginidad.

Es, pues, la Madre-Virgen, Nuestra Señora del Rosario.

Esas alusiones definen el prototipo de lo humano íntegro, así salido de las manos del Creador. 

Simboliza la vida en su estado de inmortalidad y nacimiento no contaminado por el tener y ser tenido. 

Ella es el ofrecimiento como flor a punto de abrirse, como fragancia a punto de expandirse por el aire fresco, como la idea buena que se hace palabra y acción.

Ello es la Virgen. Virginidad no estéril sino fecunda. Apertura que hace surgir nuevas realidades.

Por eso es Virgen-Madre, novia y esposa a la vez. Es la creación santa delante del misterio absoluto, posibilidad de nuestro futuro y la razón última de nuestra existencia.

La madre no sólo da a luz al Hijo sino que ejerce tal condición con todos los hijos de la humanidad. Al modo de Abrahán ella es “la madre de todos” por quien Dios nos bendice y hace fecundos (Gn 12, 1-4; 1, 26-28).

De Guillermo Delgado OP
Foto: jgda
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