Despertar Hechos y Palabras martes, 27 de mayo de 2014 Sin Comentarios


Vitral lateral de la Natividad del Señor, Templo Santo Domingo, Guatemala.
Hagamos un poco de filosofía a la manera de los niños. Considera las siguientes categorías de análisis: La realidad, las causas y los efectos, la naturaleza, la observación, el despertar, los sueños, y los colores de la vida. 

Empecemos.

Si pensamos en la naturaleza de todas las cosas vemos que ellas tienen leyes que rigen sus fuerzas. Si pensamos en la fuerza de todas las cosas naturales notamos que hay una causa original que lo impulsa todo hacia sí mismo, a veces de manera cíclica. Observa las estaciones de los años, los pétalos de las flores cuando se abren, el hambre permanente de los árboles sin raíces, etc.
Y te das cuenta que hallar las causas de lo esencial nace del aprender a sorprenderse o maravillarse de la realidad de la naturaleza. La maravilla emerge de la observación de tu propio cuerpo, del movimiento, de la energía que hace que todo se mueva y se oriente al permanente cambio. Porque todo fluye. Nada es igual ni siquiera al segundo anterior. 
Es darse cuenta, inclusive, que los sueños son la materialización de lo que puedes permitir que acontezca. Tu mismo, yo mismo somos sueño. Antes fuimos proyecto. Estábamos contenidos en el corazón de aquellos que se amaron. Y surgimos del más allá de un beso fortuito. 
Alguien, nos pronunció sin ni siquiera conocernos. Y empezamos a existir. Así es como llegamos a esta hora, a este segundo. 
Ahora somos los constructores de más sueños. Sueños que otros recogerán y perfeccionarán. Porque nosotros somos más efímeros de lo que creemos, sólo date cuenta de lo distinto que somos después de cada de acabar la noche.
Posiblemente no logres comprender todo esto que digo. Y no tienes por qué. Pero si intentas descifrarlo  activa la clave, una es suficiente. Pronuncia esto para ti mismo:
La clave es permanecer despierto en todo momento independientemente de la situación y la hora... Mientras el absurdo no corroa la conciencia y contamine lo sublime que llega a mi abismal ternura a través de lo que tu puedes ofrecerme a cualquier hora de este camino mío.
Entonces es la hora de la realización de todo: los sueños, el amor, la amistad, la integración, expeles los buenos aromas, curas las heridas de otros, sonríes desde el corazón, vives en sosiego o apasionadamente el dolor y la alegría, te sientes parte activa de la naturaleza, te gobiernas y gobiernas, haces de la felicidad tu bandera, escribes libros odiosos y liberadores, distingues entre el bien y el mal, sigues lo que más conviene a la vida, nada te perturba, llegas al punto de no necesitar nada más que ser uno con lo esencial que está en ti y fuera de ti. 
Entonces acontecen los colores de la vida, existes, existimos. Somos. Hemos despertado.
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