Viendo "Posts antiguos"

Una pregunta desde la fe





JESÚS ¿QUÉ QUIERES QUE HAGA POR TI?
Aquí una respuesta breve

Por: Gvillermo Delgado OP


En las mismas preguntas que hacemos sobre nuestra existencia y destino encontraremos las respuestas. No tenemos que ir muy lejos.

Es parecido como cuando se nos pregunta sobre algo, interior o exterior, y respondemos con un: “no sé”. En realidad detrás de ese no se, sí sabemos las respuestas, lo que pasa es que nos resistimos a no responder con la verdad, por diversas razones… una razón es el miedo. El miedo es una gran puerta con muchos candados que no permite entrar e ir al otro lado. Llegar donde quiero y debo llegar.


Del mismo modo, imaginemos que estamos delante de Jesús y le preguntamos: Jesús, ¿Qué quieres que haga por ti? Uno tropieza consigo mismo, con Jesús, y con su mundo. Démonos cuenta que sabemos las respuestas de casi todo, pero preferimos dejar la fe en suspenso. Algo así como quien dice: “otro día será”.

Entonces la relación con Jesús se convierte en una relación muda, congelada en el vaso de los tantos compromisos que empezamos y abandonamos, y se quedan ahí como agua estancada, podrida, que no sirve de nada.

Entonces, ¿qué hacer?

Hay que hacer algo. Algo concreto. En primer lugar hay que buscar dentro de uno mismo, a partir de la sinceridad y el deseo de hacer algo. Y segundo vencer los miedos.


Ese hacer algo es desatar los nudos que me amarran en la comodidad, sabiendo que yo tengo cualidades con las que puedo ayudar a los otros. 

Es saber que no tengo derecho a hablar ni criticar si no me comprometo a cambiar las cosas que se pueden ser cambiadas. 

Para eso no hay que hacer grandes cosas, de las que  parecen imposibles, no… sería suficiente colaborar con los que ya están haciendo cosas. Eso es, al menos, hacer algo. Pero yo puedo hacer algo más que colaborar, como emprender algo nuevo. ¿Cómo hacerlo?


Para ese hacer algo debo derrotar los miedos. Convenciéndome que no necesariamente debo pensar como todos piensan, hacer lo que todos hacen, ir donde todos van… eso es fácil y ahí estoy seguro. 

El asunto es atreverse a ser diferente, pensar por sí mismo, ir a veces por otros caminos. Es atreverse a que la inseguridad de la fe te abra camino, como Abraham, cuando tomó camino sin saber que le iba a pedir Dios cuando llegara a la montaña.

Es ofrecerse a sí mismo como Jesús cuando dijo: Nadie me quita la vida, yo la doy voluntariamente. Eso es desgastarse por lo que vale la pena, es la razón más importante de la existencia humana.



Ahora, vuelve sobre la pregunta...

No escarbes mucho. La respuesta a tus búsquedas está en la búsqueda misma. No vayas muy lejos. Empieza por encontrarte a ti mismo o a ti misma. No olvides esto: por alguna razón misteriosa el ser humano es un pregunta abierta, que empieza por ser respondida en él mismo.

He ahí el corazón del mandamiento principal del amor: Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón... y a tu prójimo como a ti mismo. 

Empieza en el ti mismo: se prójimo de ti mismo. Verás pronto a tu prójimo, y llegarás a Dios. Luego vuelve sobre ti mismo... así infinitamente.

Ya puedes decir: Jesús, ¿Qué quieres que haga por ti?

viernes, 27 de agosto de 2010

LA MEMORIA DE MUESTROS PUEBLOS


Hechos y palabras,
para reflexionar cuando 
intentamos celebrar las fiestas patrias
y desconocemos a las personas que hacemos la patria.

Si la sociedad guatemalteca, salvadoreña o latinoamericana es un cuerpo orgánico, los jóvenes deben ser la parte más vulnerable de ese cuerpo. Esta sociedad supura sus penas en ellos. Y ellos duelen inconscientes. Ahora ya no sólo duelen como "cosa" social. Ellos duelen desde su propia alma. Mueren por decenas, matan por docenas.


¿Qué será de Guatemala en diez años vista, si quienes tienen que "hacerse cargo de ella" ahora matan, mueren, y duelen? Esto pasa mientras "los que mandan" y re-tienen las decisiones en función de sus alucinógenas pasiones dejan pasar el tiempo para que la historia los juzgue desde sus hijos. Para entonces, ya no se hablará de los abuelos sino de los ante-pasados (muy atrás de estos abuelos), de aquellos que si sabían que el corazón, el cerebro, el cabello, y la nariz, ¡todo! es vital para que este cuerpo social viva. ¿Nos habremos perdido, todos, en el laberinto de las decenas y docenas de muerte-vidas por donde se fueron y extraviaron para siempre esas generaciones, que ahora no encuentran la salida? El caso es que todos, absolutamente todos, empezando desde la célula más pequeña de nuestro organismo, somos responsables de este asunto. Todos somos responsables. Todos. No se vale culpar.


Puestos en este punto ¿Hacia dónde direccionarnos? ¿Hacia la tradición viva y nostalgica del pasado de lo que fuimos, y morimos, siguiendo la ruta que nos trajo hasta este momento presente, algo así como desandando lo andado, o como quien suma los años de todos a sus escasos años cumplidos? O, ¿diseñar un futuro paradisíaco inventando y reinventando tradiciones según la conciencia y la subconsciencia de lo que fuimos, y el anhelo de lo que siempre hemos querido llegar a ser, para que por fin nos alcancemos a nosotros mismos? ¿Entonces...?

Quizá volveremos a lo que hemos dejado atrás, intencionalmente olvidado: las tradiciones y costumbres, nuestra fe y los valores, la salud de las bonitas relaciones...

Para revivir nuestra auténtica memoria ¿Tendremos que apagar todas las luces y volvernos a dar la mano en lugar de una fría llamada de teléfono?

Revivir nuestro origen y el sentido del destino significa ¿prenderle fuego a los ídolos sedientos de sangre, poder y lujuria, que conjuran a su antojo sobre nosotros?


Volver a las calles de sosiego y salud significa ¿empedrar las avenidas para que los pies  descalzos se calquen con el peso de nuestro corazón que sale al encuentro del otro?

¿Volveremos a esperar en los niños, creer en los jóvenes y amar en los adultos?

Sí! Con lo que tú y yo nos proponemos hacer ahora. La memoria es soñar el país que amamos.

Por: Guillermo Delgado
Fotos: jgda

viernes, 6 de agosto de 2010

Suenan allá adentro

Suenan allá adentro
los pasos acelerados
de la persecución clandestina,
entre calles y avenidas.
Carlos, Carlos, Carlos…

El corazón y su fuerza
no pueden atrincherarse más.

- A esta hora
Mis manos son palma vacía
en posición de ¡Alto!
Mi única barricada.

¡Delante de mi, el olor a pólvora,
fuerza irrevocable de mi asesino!

No puedo más,
No puedo más,
No puedo…

- No hay huellas,
No hay rastros.
Atrás no hay nada.
Mis zapatos en sosiego,
lo mismo mis dedos.
No hay voz en mis labios.

-¿Quién sabrá mi agonía?
¿De este último suspiro
  Lento
      Lento
         Len t o ?

Nada suena allá adentro,
nadie sabe quien es él.

- Ahí lo mataron.
- Mírenlo,
- Ahí, le dieron.

Yo nuca te vi, sólo supe de ti
cuando leí tus datos
debajo de una foto
en blanco y negro,
tamaño cédula.

También vi tu nombre
entre los ciento cuarenta mil:
esa muchedumbre,
de las columnas verticales
en el atrio de la Catedral metropolitana.
Donde te alumbra
al atardecer la sangre del cordero.

Engendrado y creado en esplendor sagrado,
desde la aurora de la juventud
dominas en medio de nuestros enemigos.

Tu irreverente ternura
te hizo caer vencido
para que el lirio erguido
de la belleza pura
destelle insurrecto
al alba prometida,
y se prenda gloriosa
en los corazones amantes,
de las parejas enamoradas.

Destelle jubilosa
acá adentro
en quienes andamos,
de las verapaces al Darién:
diciendo nuevamente
esa verdad que te trajo problemas
entre el beso y la ira.

No nos pierdas de vista
y quémanos en la muerte apasionada
para estos días en que se atisba
cualquier nueva conquista.

Que tu sangre
nos liberte
de toda tentación.

           Amén.

A: Carlos Morales. Asesinado en 1982.
Por: Guillermo Delgado
Fotos: jgda
viernes, 23 de julio de 2010

TU CANTO ES UNA VOZ

Tu canto es una voz
que dice cosas
que no siempre entiendo
como que no fueran para mi;
sin embargo al mirarme
vuelas, vuelves,
reiteras tu canto.

Yo inconsciente
sigo esperando
a que te poses en mi rama,
que cantes adentro,
más debajo de mi alma.
En la raíz secreta de estas flores.

¿Por dónde vienes ave mía
a caso entre los matorrales de Corinto
o por las alturas de los Cuchumatanes;
por el equilibrio del niño de pecho,
o por el vértigo de la edad de los abuelos?

Yo te estoy esperando
en la puerta del amanecer.
Con los cánticos sálmicos del templo sagrado,
para que derramen las nubes la victoria
y germine de la tierra la justicia.

Yo anhelo con nervio de fuego
que todos los clamores voceen en una
a la orden de Amós
en la fuerza isaídica consumada;
mientras en tu secreto silente
me tejes por dentro
otra vez como en el vientre de mi madre.

Para que cuando por fin vengas
me eleves en tu canto,
más allá de las alturas de tu mirar,
al otro lado de mi súplica,
me traigas en la suavidad de tu camino
a tocar por fin tus secretos
como tocas los míos en mi amor distraído.

Por: Guillermo Delgado
Fotos: jgda
lunes, 19 de julio de 2010

Fiesta de luna llena

Las hojas de los liquidámbares se estremecen
nerviosas por el abrazo de los bejucos en su tallo.

Las oropéndulas van gritándose una a otra
mientras se persiguen
hasta alcanzarse en los guarumos.

Los clarineros  juegan sin disimulo
para atraer a sus hembras.
Por su parte, en otro árbol, los chíllos posan en el ápice de las ramas vigilando las distancias.
Después de todo, los pájaros llaman a sus hembras desde sus nidos. Y la luna invisible entre lo espeso del verano espía a la montaña en el otro extremo de la noche.

- Se acerca nuestra fiesta,
 nuestra fiesta de luna llena.

- Salgamos.

- Vámonos para la Ermita.

- Ponte el chal de la tardecita.

- Allá, a la distancia de otro día, los niños vienen cortando las flores y persiguiendo mariposas.

De un lado a otro los conacastes
bromean contentos,
mientras se pasan de mano en mano
el perfume del viento visible
en sus pequeños dedos dorados.

- A esta hora seguimos el rumbo
que nos trajo la mañana.

Mientras tanto, las mariposas duermen,
y brillan las luciérnagas
al compás del túngere, túnguere de las ranas.

Y la niña tomada de la mano de su Madre pregunta: ¿para dónde vamos Mami?

Cuando en el silencio de la noche los grillos tocan sus chinchines.


Por: fr. Gvillermmo Delgado OP
Fotos: jgda

sábado, 17 de julio de 2010

Carta de un Sacerdote Católico

Carta del P. Martín Lasarte, salesiano uruguayo que hace casi 20 años está en Angola (África). Es una carta dirigida al periódico New York Times, que se ha empeñado en una campaña mediática contra la Iglesia y el Papa, más allá del doloroso escándalo de los sacerdotes que han sido motivo de escándalo por sus inconductas sexuales aberrantes.

Querido hermano y hermana periodista:
Soy un simple sacerdote católico. Me siento feliz y orgulloso de mi vocación. Hace veinte años que vivo en Angola como misionero.

Me da un gran dolor por el profundo mal que personas que deberían de ser señales del amor de Dios, sean un puñal en la vida de inocentes. No hay palabra que justifique tales actos. No hay duda que la Iglesia no puede estar, sino del lado de los débiles, de los más indefensos. Por lo tanto todas las medidas que sean tomadas para la protección, prevención de la dignidad de los niños será siempre una prioridad absoluta.

Veo en muchos medios de información, sobre todo en vuestro periódico la ampliación del tema en forma morbosa, investigando en detalles la vida de algún sacerdote pedófilo. Así aparece uno de una ciudad de USA, de la década del 70, otro en Australia de los años 80 y así de frente, otros casos recientes… Ciertamente ¡todo condenable! Se ven algunas presentaciones periodísticas ponderadas y equilibradas, otras amplificadas, llenas de preconceptos y hasta odio.

¡Es curiosa la poca noticia y desinterés por miles y miles de sacerdotes que se consumen por millones de niños, por los adolescentes y los más desfavorecidos en los cuatro ángulos del mundo! Pienso que a vuestro medio de información no le interesa que yo haya tenido que transportar, por caminos minados en el año 2002, a muchos niños desnutridos desde Cangumbe a Lwena (Angola), pues ni el gobierno se disponía y las ONG’s no estaban autorizadas; que haya tenido que enterrar decenas de pequeños fallecidos entre los desplazados de guerra y los que han retornado; que le hayamos salvado la vida a miles de personas en Moxico mediante el único puesto médico en 90.000 km2, así como con la distribución de alimentos y semillas; que hayamos dado la oportunidad de educación en estos 10 años y escuelas a más de 110.000 niños... No es de interés que con otros sacerdotes hayamos tenido que socorrer la crisis humanitaria de cerca de 15.000 personas en los acuartelamientos de la guerrilla, después de su rendición, porque no llegaban los alimentos del Gobierno y la ONU. No es noticia que un sacerdote de 75 años, el P. Roberto, por las noches recorra las ciudad de Luanda curando a los chicos de la calle, llevándolos a una casa de acogida, para que se desintoxiquen de la gasolina, que alfabeticen cientos de presos; que otros sacerdotes, como P. Stefano, tengan casas de pasaje para los chicos que son golpeados, maltratados y hasta violentados y buscan un refugio. Tampoco que Fray Maiato con sus 80 años, pase casa por casa confortando los enfermos y desesperados. No es noticia que más de 60.000 de los 400.000 sacerdotes, y religiosos hayan dejado su tierra y su familia para servir a sus hermanos en una leprosería, en hospitales, campos de refugiados, orfanatos para niños acusados de hechiceros o huérfanos de padres que fallecieron con Sida, en escuelas para los más pobres, en centros de formación profesional, en centros de atención a seropositivos… o sobretodo, en parroquias y misiones dando motivaciones a la gente para vivir y amar.


No es noticia que mi amigo, el P. Marcos Aurelio, por salvar a unos jóvenes durante la guerra en Angola, los haya transportado de Kalulo a Dondo y volviendo a su misión haya sido ametrallado en el camino; que el hermano Francisco, con cinco señoras catequistas, por ir a ayudar a las áreas rurales más recónditas hayan muerto en un accidente en la calle; que decenas de misioneros en Angola hayan muerto por falta de socorro sanitario, por una simple malaria; que otros hayan saltado por los aires, a causa de una mina, visitando a su gente. En el cementerio de Kalulo están las tumbas de los primeros sacerdotes que llegaron a la región… Ninguno pasa los 40 años.

No es noticia acompañar la vida de un Sacerdote “normal” en su día a día, en sus dificultades y alegrías consumiendo sin ruido su vida a favor de la comunidad que sirve.

La verdad es que no procuramos ser noticia, sino simplemente llevar la Buena Noticia, esa noticia que sin ruido comenzó en la noche de Pascua. Hace más ruido un árbol que cae que un bosque que crece.

No pretendo hacer una apología de la Iglesia y de los sacerdotes. El sacerdote no es ni un héroe ni un neurótico. Es un simple hombre, que con su humanidad busca seguir a Jesús y servir sus hermanos. Hay miserias, pobrezas y fragilidades como en cada ser humano; y también belleza y bondad como en cada criatura…

Insistir en forma obsesionada y persecutoria en un tema perdiendo la visión de conjunto crea verdaderamente caricaturas ofensivas del sacerdocio católico en la cual me siento ofendido.

Sólo le pido amigo periodista, busque la Verdad, el Bien y la Belleza. Eso lo hará noble en su profesión.

En Cristo,

P. Martín Lasarte sdb
Angola - África
miércoles, 2 de junio de 2010

Lo humano


¿Qué sería de lo humano fuera de lo divino?


El ser humano es un caminante en marcha hacia una infinitud absoluta que jamás podrá medir. Él debe salir del mundo familiar de la existencia. No puede atrincherarse en su limitación. Está obligado a salir de sí mismo como entrega al Dios incomprensible. Pues sólo cuando entiende a Dios sin abarcarle ni comprenderle, es cuando su incomprensibidad llega a ser el contenido dichoso de su la existencia.

Dios actúa en el fondo de la existencia humana poniendo de relieve lo que el hombre es como criatura, imagen y semejanza suya. Lo humano está fundado en el abismo del absoluto, en el abismo de la libertad de Dios, por eso, de alguna manera, ya aquí mismo somos lo que debemos ser.

Pero esta no es una cuestión de mera comprensión racional.  Pues de no aceptarlo con gusto, no por eso dejaría de imponerse a nuestra existencia.

Es  la realidad de lo divino donde se funda el ser del hombre. Y sólo puede ser experimentado trascendentalmente desde su propia existencia histórica. Lo cual nos hace reconocer que hemos sido creados por Dios, a él destinados, colocados ante él y llamados a participar inmediatamente de su gloria. Pero nos hallamos todavía en la era del mundo, no donde nos corresponde estar eternamente.
  
Esta verdad la sabe todo hombre, aun aquel que no se declare creyente, arreligioso o que no tenga una fe explicitada, o sea "los cristianos anónimos" de los que habla Rahner. De cualquier modo aunque sea con “pretensiones racionales” todo Homo Sapiens Sapiens  busca explicitar esa verdad. Todo Sapiens dice amar, en palabras de Scott Peck: “el amor es la voluntad de extender los propios límites del yo, con el fin de impulsar el desarrollo espiritual propio o ajeno”.

 ¿Qué sería de lo humano fuera de Dios? No estaría ante la totalidad única de la realidad ni de su propia existencia. “Abría olvidado su propio olvido”. Habría dejado de ser humano, sería un animal habilidoso. O simplemente estaría en el nihilismo vacío encaminándose a la nada. Incapaz de amar sería intecambiado como un bien de consumo, tal como cocurre ahora, donde la humanidad se desactualiza, pierde valor, con y en los bienes que consume en el paso breve de tiempo. El mismo es cosa de consumo, algo, no siempre alguien. Y así como  intercambia bienes y servicios, se intercambia así mismo como sentimientos, amistad, cuerpo...

¿Cómo podríamos inteligir esta realidad del hombre histórico, sino es a partir de su propia existencia, desde dónde se sabe a sí mismo no conociéndose del todo por ser misterio él mismo y por estar enfrentado siempre con la “otra” misteriosidad? 

La persona humana individual relacional  es dios, dios relativo. Esa realidad constatada históricamente, inherente al hombre, que a la vez le es inmerecida y extraña- es lo que nos remite atrevernos a decir lo que de suyo es parte de nuestra propia autoexperiencia.

Guillermo Delgado-Acosta, OP
Breve estracto de mi tesis en teolgía.
El existencial Sobrenatural de Karl Rahner, 2001
lunes, 3 de mayo de 2010