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ENREDADOS

 



Enredados

y ¿manipulados?

 

Por. Gvillermo Delgado Acosta OP

 

Vivimos en tiempos de redes. Las redes crean vínculos a modo de unidad. ¿Pero somos red? ¿hacemos redes? O ¿estamos atrapados en las redes como peces?


Las sociedades que lanzan las redes como lo hace el pescador sobre los peces, son aquellas que han declarado la libertad como el poder de “elegir lo que tú quieras”. Siendo tú mismo la regla de la elección. Eso es perseguir nuestro propio bien a nuestra manera, mientras no intentemos privar a los demás del suyo.


Tales razones suenan cómodas. Pero nada más. Porque predican una libertad aberrante, que orienta al individualismo y al manipuleo. No porque yo lo diga, sino porque la realidad así lo ha demostrado.


En este escrito respondemos a la cuestión antes planteada, partiendo de dos premisas. La primera es que las llamadas “redes sociales” no necesariamente nos ponen en red de relaciones creando vínculos humanos a través de cada uno de nosotros, sino que nos utilizan como a un producto en el mercado. Más que en red de relaciones, estamos atrapados o enredados como peces. Segundo que, por lo mismo, las redes nos han cegado para no ver la verdad, por tanto, estamos “drogados”. Nos manipulan sin de ello estar conscientes. 


Esta tesis la sustentamos en los datos del documental: el dilema de las redes, divulgado por Netflix en el 2020.


Yuval Noah Harari en su libro Sapiens afirma que en la historia de la humanidad han ocurrido tres revoluciones: la cognitiva, la agrícola y la científica. Cada una a demarcado desarrollo y evolución. Digamos que cada revolución nos ha traído sus bendiciones. Pero ¿Cómo evitar que tales revoluciones transmuten de bendición a maldición y nos acarreen como ciegos hacia el abismo de la perdición? ¿A caso es esto lo que está ocurriendo en el uso que de la tecnología están haciendo con las redes sociales?


Las redes sociales vistas desde el mercado global que las gobierna es una máquina de hacer dinero. Pocos, los dueños de las herramientas tecnológicas y del capital, manipulan a muchos (a los de este otro lado: a nosotros, a “los enredados”). Sin saberlo ofrecemos nuestras vidas como producto de consumo. Si nos conectamos gratuitamente a las redes; por tanto, sin pagar, es porque nosotros somos el producto. Ahí está la manipulación, porque para hacer negocios en el mundo de la tecnología se requiere de información. Mucha información. De otro modo, comercian conmigo, contigo, con sociedades enteras (como dato). ¿No es esto traficar con personas?


¿Te sientes cómodo si supieras que a través de las redes sociales te controlan, o te han convertido en un avatar (donde tienen un modelo de ti en una representación gráfica de tu identidad virtual) debido a la información que tienen de ti, información que tú mismo has confiado? Esto es manipulación y engaño.


Las redes sociales tienen el poder de crear hábitos inconscientes, usando la psicología de cada uno de los “enredados” en su contra. Son adictivas, como droga, que libera dopanina para adormecer y cegar. Dado que a través de un algoritmo (en tanto conjunto infinito de operaciones, que permiten hallar solución a nuestros problemas o inquietudes más profundas) están “satisfaciendo” nuestros deseos infinitos.


Fácilmente el algoritmo, dado la información que de cada uno nosotros tiene, sabe orientar artificialmente nuestras apetencias y satisfacerlas. Así que el mercado y la política de modos indiscriminados nos manipulan. Arrastrando a sociedades completas, al punto de obligarles a pensar según lo que sus ideologías buscan o que consuman lo que el mercado quiere vender. Con lo cual ¿Cómo individuos en red, somos realmente libres?

Hay luces en el camino, como antorchas puestas en la vera de las calles nocturnas de la otrora ciudad de Roma. El peor de los ciegos es aquel que viendo la luz no la desea. ¡Veamos!


Todo lo que humanamente se ha creado puede ser cambiado. Hay modos de ver que por su propia naturaleza social tienen a difuminarse en nuevos destellos. Va a ocurrir. La tecnología con la inteligencia artificial lo está encaminando, con lo cual, queda dicho que nunca llegaremos a un “desarrollo final”. Siempre habrá un más allá de los deseos y eso es el ejercicio de la libertad al modo de Sartre: estamos condenados a la libertad. Con la insatisfacción daremos lugar a nuevos modos de ver y actuar en la vida. Siempre habrá un algo más en el horizonte.


Humanamente no somos un producto extraíble. El conocimiento está en evolución, su culmen jamás será la inteligencia “artificial”; pues ha sido creada por el Homo Sapiens para los de su especie.


El cambio vendrá no de los ciegos, sino de quienes abramos los ojos. De quienes ¡tengamos el valor de salir de las cavernas!, al modo que lo plantea Platón. La realidad es otra. Nuestra realidad no es la de dioses al modo de un avatar, sino de mortales que penan y tienen enormes posibilidades de ser cada día más felices.


Si no quieres acabar en la misma ceguera, discrimina con tu inteligencia lo inútil. Aprovecha las ventajas de las redes. Haz que ellas trabajen para ti. Manipúlalas, tanto como lo han hecho contigo; o más. Pues las redes son “cosas” manipulables. Tú eres más inteligente de lo que supones.


Terminemos citando a Sofocles, idea con la que Netflix introduce el documental sobre el dilema de las redes sociales:

“Nada extraordinario llega a la vida de los mortales separado de la desgracia”.

lunes, 16 de septiembre de 2024

Unidos en el amor

 


Unidos en el amor


Por: Gvillermo Delgado Acosta OP 


D

ijo Dios: No es bueno que el hombre esté solo. Haré, pues, un ser semejante a él para que le ayude (Gn 2,18).


La soledad, como ausencia de las demás personas es vacío. El vacío es peligroso. En el vacío no acontece nada bueno.


En cambio, la soledad es un bien necesario, para salir al encuentro de lo que falta. Nacimos solos… pero no podemos permanecer ni desarrollarnos sin la compañía de otros. Necesitamos ayuda.


La ayuda está en el diálogo. El diálogo es el lugar del encuentro. Ahí se halla lo que nos falta. Eso que llamamos "la bendición de Dios".




E

l himno de los Corintios. Este himno es el eco, el rumor que se corre, sobre las buenas noticias, por ejemplo en la aldea o en una persona en particular, que le hace decir: Encontré lo que me faltaba. No como un capricho sino como una voluntad de amor, del único amor (Cor 13).


Gustar del amor eterno, hace que todo valga la pena. Que la vida tenga razones suficientes para ser vivida.


Si se ama en ese amor, la otra persona nunca muere, aunque un día muera. Porque define al amor verdadero. Gustar del amor eterno es amar a Dios en la persona que se ama.




E

l hombre y la mujer abandonan a sus padres para formar “un solo ser (Mt 19).  La realización humana solo acontece en el encuentro con otro ser humano. No nos realizan los títulos o tener cosas. Las cosas son necesarias como mediaciones.


Lo más preciado de lo humano está en quienes se aman. La historia ha ordenado el mundo a partir del encuentro de dos personas, que dió origen y consistencia a la familia humana.


La familia es el mayor de los tesoros de la humanidad. Es un regalo enorme de Dios. Cuyos responsables directos de ese tesoro son lo esposos: ha sido voluntad de Dios poner ese tesoro en sus manos para que lo cuiden y lo perfeccionen.


Así se crea al nuevo ser. No en soledad. Sino en el tesoro de la familia. La familia junto a todas las familias del universo. Por eso en una boda todas las familias del mundo se renuevan en dos personas que hacen promesas de amor.



Cuatro recomendaciones para aquellos que han hecho promesas de amor


1

Si ustedes no son un invento, sino un despertar desde el sueño de Dios, cuiden lo que Dios ha puesto en sus corazones. Implica asumir la responsabilidad de cuidarse mutuamente. Cuidarse es el mejor modo de mostrar que el amor está vigente en sus almas. Ese fue el primer encargo que Dios dio a la persona cuando creó el mundo: cuidarlo y perfeccionarlo. Ahora, les toca a ustedes.


2

Si se constituyen en esposos a partir de lo eterno, jamás presuman que la vida depende sólo de ustedes. Son parte de la familia humana. De la familia de Dios. Por eso, no teman nunca depender de Dios. Él puso en ustedes el amor, su mismo amor. El amor no es una ocurrencia del destino, aunque así lo parezca. El amor eterno es todo. De él procede todo. Está en todo. Con lo cual, la salud, el trabajo, el crecimiento de los niños, sanarse de las enfermedades, jamás será posible sin ese amor.


3

Si bien es cierto que con el sacramento del matrimonio los esposos se convierten en un nuevo ser, no presuman del conocimiento que tienen del matrimonio, pues no es suficiente como para no necesitar de los demás. Para eso tienen a sus padres, a los demás esposos y amigos. Aprendan con ellos. Crezcan juntos. Corríjanse con ellos.


4

Después de consagrarse en el amor ustedes van a festejar con los amigos. Esto significa que su amor vale la pena. Con lo cual, no sólo hay que celebrarlo el día que se casan. Hay que celebrarlo siempre con quienes aman. Celébrenlo siempre. Busquen motivos para hacerlo. Dios es la alegría, el sabor de la vida. En su boda ustedes dan fe de eso. ¡Sólo así pueden asegurar que ese día feliz dure para siempre!

domingo, 1 de septiembre de 2024