La creatividad Hechos y Palabras jueves, 6 de septiembre de 2018 Sin Comentarios



La creatividad

La creatividad humana está en relación con las capacidades naturales de crear. Crear y volver a crear. Pensar y volver a pensar, como una acción permanente.

La creatividad, en tanto capacidad es un regalo inmerecido, que, como la vida, recibimos sin ni siquiera pedirla.

Todos llevamos  cicatrices en las manos como señales de aquello que hemos intentado hacer más de una vez desde pequeños. Porque siempre supimos que podemos ser algo más que creativos, creadores. Por algo aprendimos a hablar, a caminar, a leer y a escribir, a amar cada día, para mostrarnos a nosotros mismos de lo que somos capaces de hacer y perfeccionar.

Por tanto, el paso breve por este mundo sólo puede ser valorado por aquello que hemos creado. De lo contrario seremos olvidados como los animales.

Creando, la persona se autopercibe como un pequeño dios, haciendo de su mundo el mejor de los mundos posibles. 

El mejor autorretrato de sí mismo son tus obras, como los hijos son para los padres, la silla para el carpintero y la salvación de las almas para quienes predicamos el amor eterno.

Todos tenemos un mundo propio cimentado en el interior, de donde percibimos aquella luz infinita que ilumina el alma y evita que se extinga la llama divina que nos sostiene. Así construimos este mundo continuamente, haciéndolo salir del fuego arde por dentro; materializándolo en las obras de nuestras manos.

O sea, pues, la capacidad creativa nos viene dada por quien nos creó en el amor. De quien está saliendo  nuestro ser continuamente como de la fuente el río. Con lo cual, “todo lo que somos viene íntegramente de quien nos creó”. Nuestro quehacer está fundado en otro mayor.

Cuando construimos una casa, hacemos una obra de arte, educamos a los jóvenes, escribimos un libro o componemos una canción, estampamos nuestra propia alma a lo que hacemos porque con ello avanzamos hacia lo mejor y a lo perfecto, ya que en todo lo que hacemos, por pequeño que sea, estamos intentando, cada vez, tocar con la yema de los dedos y con el intelecto a aquello de quien, sin saberlo venimos, y en cuya dirección avanzamos.

Por lo mismo, la capacidad creadora es terapéutica, como dirían los animadores del personal de las empresas, pues es la fórmula para superar todo fatalismo. Porque tiene que ver con la insatisfacción de vivir en el tiempo y hacer historia, o con la impronta de vivir en el espacio para dejar una huella imborrable que otros perfeccionarán.

La creatividad revela que somos universales y pequeños dioses. De tal modo que cuando lleguemos a los ochenta años, como mi Padre y mi Madre, podamos estar seguros de que el mundo que construimos jamás será olvidado.

Dios actúa en el mundo con la fuerza interior que el mismo puso en estas manos. Y si fue voluntad suya, hacerse invisible, fue con el único fin, de saber que un día nos enviaría de niños con un mensaje suyo para que nos hiciéramos cargo su obra magnífica.

Dios está actuando y perfeccionando la creación en el mundo gracias a ti, gracias a mí, gracias a nosotros .

Por: Gvillermo Delgado OP
Foto: en línea.


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