Indicios de eternidad Hechos y Palabras jueves, 8 de febrero de 2024 Sin Comentarios

 


Indicios de eternidad


Por: Gvillermo Delgado OP

07 de febrero del 2024


En la medida que el tiempo transcurre en esta sociedad de ritmos acelerados no siempre es posible asumir que la vida se acaba.


Es suficiente una pausa, dejando por fuera la tecnología y el ritmo de vaivenes, para percatarnos que no somos cosas en desuso, sino personas de piel y espíritu que se baten en paradojas indescifrables. Para caer en la cuenta de esto, son suficientes hechos relevantes y significativos, por ejemplo: Una celebración “feliz” de un cumpleaños o una nota luctuosa que avisa de la partida de un ser querido. En esta sociedad difuminada y atomizada ¡Necesitamos una pausa para percatarnos de qué estamos hechos!


Al ocurrir, aparece un “de pronto” o sensación de que, con el tiempo el “sentido de ser” ya no es posible. Entonces razonamos con acierto. Atendemos las voces interiores del alma. Habitamos un mapa de verdades que llamamos a veces nostalgia, otras veces recuerdos. En realidad, es la memoria por donde a menudo transitamos (viajes de lo acontecido, por ejemplo, en los abuelos que un día se fueron y nos dejaron para siempre, o los senderos que nosotros trazamos en los días de infancia).


En ese de pronto, también caemos en la cuenta de que apenas empezamos a construir un sitio propio, agrandando ese mapa. Es lo que nos pone en condición melancólica y en desventaja hasta el día en que nos hacemos nostalgia para otros, para los que se quedan ocupando nuestro lugar presente.




En el fondo, esta experiencia no sólo es anhelo acerca de lo que fuimos sino, y al mismo tiempo, lo que podemos llegar a ser un día. Esos son los indicios de eternidad.


Con lo cual habitar aquella geografía describe el sueño originario de Adán cuando su creador lo hizo caer en sueño profundo (Libro del Génesis, 2, 21). Porque el sueño del paraíso terrenal está en la nostalgia y en lo que puedo habitar.


El paraíso es lo mejor del tiempo presente que se bate en las paradojas descifrables de la memoria y el sueño, sobre todo cuando llegamos a saber, con claridad consciente, quien es aquel que nos permite acceder a ese sueño profundo.

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