Alma encantada
Por: Gvillermo Delgado OP
Fotografía: Manzano en flor, del jardín de la Casa Santo Domingo Cobán.
El alma encantada de los bosques tiene mucho que ver con la
música de quienes lo habitan. La noche da paso a otro día en el momento en que esas
voces se atenúan en la tibieza de la luz y el canto de los pájaros, que
exaltados buscan atraer a sus hembras. En Francia e Inglaterra medieval tal realidad
se asociaba con el amor como tiempo para el romance.
Según una tradición, cimentada en el segundo siglo de
nuestra era, el emperador Claudio II prohibió el matrimonio a los jóvenes, como
garantía de mayor eficacia en el servicio militar. Los jóvenes solteros son
mejores soldados que los casados. San Valentín, desafió al emperador celebrando
matrimonios en secreto. Por lo cual fue arrestado, encarcelado y ejecutado un
14 de febrero del año 270.
Del canto de las aves a la rebeldía de san Valentín, comprendemos
la tendencia humana que pasa necesariamente por el amor.
El amor es la mejor expresión del alma que asegura y realiza todo aquello que una persona se propone. Todo es posible y nada sin ello.
Irrumpir en el amor, como las aves en la mañana, es propio de quien augura desde sí, tiempos mejores. Tiempos mejores, que sin el halo de la "rebeldía" serian imposibles. (Rebeldía entendida como aceptar y sacar provecho de los cambios imprescindibles de la naturaleza social, e incluso promoverlos).
¡Qué cada uno haga memoria de sus propios vuelos contra la
gravedad, que le han permitido, desde su propio paraíso interior, cultivar
relaciones con el fin de vislumbrar el mejor de los mundos posibles y en
consecuencia ofrecerlo y habitarlo en el amor!