La belleza ética
Por Guillermo Delgado OP
La salud integral está determinada por la ética y la moral.
El rastro que deja una mala acción es el pesar que daña lo más invisible e
interior y se refleja en lo visible y exterior. Es lo que nos enferma y
arrastra.
El pensamiento determina la acción y la acción se eleva al
entendimiento para mayor satisfacción. Cuando esta ecuación se combina el resultado
es la salud.
Cuidar la vida interior, digo cuidar los pensamientos, los sentimientos,
la conciencia, la voluntad, el espíritu de búsquedas, y todo aquello desde
donde nos expresamos visiblemente es apostar por la belleza moral.
La imponente presencia de los maestros del espíritu como
Jesús, y quienes han ofrecido su vida por amor, trazan para estos días la dirección
que a veces nos falta. Sobre todo, en dirección de la belleza.
Cuidar la vida moral y ética en estos tiempos es una cosa
urgente y necesaria. Pues, se requieren de referentes que, como los maestros de
otros tiempos, modelen la belleza; sobre todo para quienes se asoman por nuestra
vida o simplemente caminan cotidianamente a nuestro lado.
Los jóvenes buscan ávidamente la belleza, esa sed les
apremia. Buscándola corren a velocidades virtuales, achican los tiempos y los
espacios y no siempre saben que si la encontraron o no; porque, así como llegaron a buscándola por un
clic, así mismo se vaciaron del encantamiento que su hallazgo les contrajo. El resultado
es el reproche de sí mismos, con lo cual su búsqueda se reinicia una y otra vez de modo infinito.
Para esas búsquedas ¿Qué te parece si nos posamos en la belleza
ética como referentes para los extraviados del camino?
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