Viendo "Posts antiguos"

Amor Imponente

Imponente
en medio de la profunda noche,
así es el Amor.
Es Luz,
no claridad.

La Verdad,
no posibilidad.
Es el movimiento,
no la inercia.
El espacio en el tiempo,
no la casualidad.
El alma expandida,
no la noche breve.
La hora del encuentro,
no la búsqueda.
Lo Eterno que abraza.
Quien vino para quedarse.
Por: Guillermo Delgado, OP
Foto: jgda
miércoles, 17 de mayo de 2017

Nuestra Señora del Rosario en Fátima

En las distintas apariciones en Fátima, María es identificada como “Señora del cielo” y por su Inmaculado Corazón. Con estas referencias queda explicitada su maternidad y virginidad.

Es, pues, la Madre-Virgen, Nuestra Señora del Rosario.

Esas alusiones definen el prototipo de lo humano íntegro, así salido de las manos del Creador. 

Simboliza la vida en su estado de inmortalidad y nacimiento no contaminado por el tener y ser tenido. 

Ella es el ofrecimiento como flor a punto de abrirse, como fragancia a punto de expandirse por el aire fresco, como la idea buena que se hace palabra y acción.

Ello es la Virgen. Virginidad no estéril sino fecunda. Apertura que hace surgir nuevas realidades.

Por eso es Virgen-Madre, novia y esposa a la vez. Es la creación santa delante del misterio absoluto, posibilidad de nuestro futuro y la razón última de nuestra existencia.

La madre no sólo da a luz al Hijo sino que ejerce tal condición con todos los hijos de la humanidad. Al modo de Abrahán ella es “la madre de todos” por quien Dios nos bendice y hace fecundos (Gn 12, 1-4; 1, 26-28).

De Guillermo Delgado OP
Foto: jgda
martes, 9 de mayo de 2017