Viendo "Posts antiguos"

MUJER MADRE


Si quieres transformar un pueblo educa un niño,
si quieres transformar el mundo educa una niña.

A: Mi Madre, Doña María Elida
y mis abuelas: Chrisanta y Teresa

La feminidad es... Gracias a su naturaleza de vigor y ternura.
En el mundo más de la mitad de las muertes maternas ocurren por aborto. Esta es la primera causa después del cáncer y los accidentes. En Guatemala se reportan 65,000 abortos anuales. De esos casos más de 21, 000 mujeres necesitan tratamiento médicos por daños físicos y psicológicos recibidos. De cada ocho mujeres embarazadas una aborta. De cada diez abortos dos provienen de jovencitas menores de diecinueve años. Muchas de ellas tendrán que pasar muchos años tratando de comprender el sentido de ser mujeres.

Ninguno de nosotros puede presumir ignorancia de esta realidad. Ya sea por indignación, indiferencia o complicidad.

Yo conozco a muchas mujeres que me han hecho pensar en lo que digo. Mi Madre, por ejemplo, a pesar de las vicisitudes, ha trazado una ruta, un destino, como las grandes mujeres, que todos debiéramos imitar. Lo cual me hace pensar que la feminidad es una condición honda que hace visible lo que de otro modo no podría ser. Gracias a su naturaleza de vigor y ternura.

Imagina por un momento. Intenta hacer correr la película que te muestre la realidad de veinte años atrás, notarás, sin duda, al volver a tu presente, los grandes cambios generados en la calidad de vida. Y si te fijas sólo en las mujeres te asombrarás de lo tanto que hemos avanzado humanamente, y que tan pobres fueron aquellos que en otros tiempos se perdieron la posibilidad de dejar que las mujeres fueran lo que deben ser.

El rostro de los países industrializados es el de las mujeres. La técnica y la ciencia, las democracias, la fe, la calidad humana nos toca con dedos suaves como de recién nacidos, como si nos estuviéramos estrenando en humanidad, gracias a que las mujeres están dando nuevos sentidos a este mundo masculinizado, y, es porque ellas lo están tomando con sus manos. De ese modo “lo digno” empieza a asomarse en lo que hasta ahora hemos llamado ser humano. ¿Pero que hay con nuestras sociedades?

¿Será la belleza femenina el rostro de nuestra sociedades?
Debo contarles con tristeza de lo que aún pasa en estas tierras de Verapaz. En Cobán, por ejemplo muchas de las mujeres que trabajan como “empleadas domésticas”, (con promedios de 21 años de edad, quienes en muchos de los casos han comenzado a trabajar a partir de los 12 o 13 años, la mayoría sin escolaridad. Quienes aún siendo madres, son obligadas a trabajar más de 8 horas diarias, sin prestaciones, contrato, vacaciones, bonificaciones, y aguinaldo. Los salarios de “esas muchachas” –como les tratan sus jefes o jefas- va desde Q300 a Q500 mensuales, siendo el sueldo máximo de 800, en pocos casos. Y en raras excepciones gozan de sueldo mínimo) nos hacen pensar en “lo pobres” que somos, y en lo lejos que nos queda el día en que la sociedad tenga ese rostro que en otras latitudes le han permitido.

Esto es lo que aun pasa aquí. Y, saben! Se los digo en bajito: “quienes son mujeres y madres, a veces son cómplices de estas cosas”. Ellas no terminan de entender que la maternidad es una, que viene por el hecho de ser mujer. Todas las mujeres son “madres”. Esta condición humana es lo que pone en movimiento el devenir de la criaturidad que debe elevarse hacia la perfección.


Gracias a nuestras propias madres, la mía desde luego, y a las grandes pequeñas mujeres, nuestro mundo está empezando a ser distinto.

Por: Guillermo Delgado
Fotos: Sara Delgado y jgda




lunes, 15 de agosto de 2011