Una pregunta desde la fe Hechos y Palabras sábado, 28 de agosto de 2010 1 Un Comentario





JESÚS ¿QUÉ QUIERES QUE HAGA POR TI?
Aquí una respuesta breve

Por: Gvillermo Delgado OP


En las mismas preguntas que hacemos sobre nuestra existencia y destino encontraremos las respuestas. No tenemos que ir muy lejos.

Es parecido como cuando se nos pregunta sobre algo, interior o exterior, y respondemos con un: “no sé”. En realidad detrás de ese no se, sí sabemos las respuestas, lo que pasa es que nos resistimos a no responder con la verdad, por diversas razones… una razón es el miedo. El miedo es una gran puerta con muchos candados que no permite entrar e ir al otro lado. Llegar donde quiero y debo llegar.


Del mismo modo, imaginemos que estamos delante de Jesús y le preguntamos: Jesús, ¿Qué quieres que haga por ti? Uno tropieza consigo mismo, con Jesús, y con su mundo. Démonos cuenta que sabemos las respuestas de casi todo, pero preferimos dejar la fe en suspenso. Algo así como quien dice: “otro día será”.

Entonces la relación con Jesús se convierte en una relación muda, congelada en el vaso de los tantos compromisos que empezamos y abandonamos, y se quedan ahí como agua estancada, podrida, que no sirve de nada.

Entonces, ¿qué hacer?

Hay que hacer algo. Algo concreto. En primer lugar hay que buscar dentro de uno mismo, a partir de la sinceridad y el deseo de hacer algo. Y segundo vencer los miedos.


Ese hacer algo es desatar los nudos que me amarran en la comodidad, sabiendo que yo tengo cualidades con las que puedo ayudar a los otros. 

Es saber que no tengo derecho a hablar ni criticar si no me comprometo a cambiar las cosas que se pueden ser cambiadas. 

Para eso no hay que hacer grandes cosas, de las que  parecen imposibles, no… sería suficiente colaborar con los que ya están haciendo cosas. Eso es, al menos, hacer algo. Pero yo puedo hacer algo más que colaborar, como emprender algo nuevo. ¿Cómo hacerlo?


Para ese hacer algo debo derrotar los miedos. Convenciéndome que no necesariamente debo pensar como todos piensan, hacer lo que todos hacen, ir donde todos van… eso es fácil y ahí estoy seguro. 

El asunto es atreverse a ser diferente, pensar por sí mismo, ir a veces por otros caminos. Es atreverse a que la inseguridad de la fe te abra camino, como Abraham, cuando tomó camino sin saber que le iba a pedir Dios cuando llegara a la montaña.

Es ofrecerse a sí mismo como Jesús cuando dijo: Nadie me quita la vida, yo la doy voluntariamente. Eso es desgastarse por lo que vale la pena, es la razón más importante de la existencia humana.



Ahora, vuelve sobre la pregunta...

No escarbes mucho. La respuesta a tus búsquedas está en la búsqueda misma. No vayas muy lejos. Empieza por encontrarte a ti mismo o a ti misma. No olvides esto: por alguna razón misteriosa el ser humano es un pregunta abierta, que empieza por ser respondida en él mismo.

He ahí el corazón del mandamiento principal del amor: Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón... y a tu prójimo como a ti mismo. 

Empieza en el ti mismo: se prójimo de ti mismo. Verás pronto a tu prójimo, y llegarás a Dios. Luego vuelve sobre ti mismo... así infinitamente.

Ya puedes decir: Jesús, ¿Qué quieres que haga por ti?

1 Un Comentario

Sofia

eso es muy cierto.... Muy buenas reflexiones!!... =) saludos... un abrazo... bendiciones....